domingo, 31 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

EUGENESIA E HIGIENE Para encarar con seriedad el problema, es necesario distinguir, entre los males que afligen a la humanidad, aquellos que pueden repercutir desfavorablemente en las generaciones venideras. Exceptuando las mutaciones, que son muy raras, sólo transmitimos a nuestros hijos aquello que heredamos de nuestros padres. Las vicisitudes de nuestra vida son incapaces de introducir la menor alteración en este patrimonio de que somos depositarios. En otras palabras, los caracteres adquiridos por influencia del medio no son transmitidos a los hijos. Supongamos dos gemelos idénticos, portadores, pues, del mismo conjunto de caracteres hereditarios, y supongamos que uno haya vivido lleno de desgracias, privaciones y enfermedades, mientras que el otro ha tenido vida más higiénica y feliz. Para obtener la mejor descendencia, no hay razón en preferir uno de ellos al otro, como reproductor. Hay enfermedades y anormalidades hereditarias, y otras adquiridas. De las primeras se ocupa la eugenesia, procurando mejorar el patrimonio hereditario de la especie. De las segundas trata la higiene, que vela por la salud y bienestar de los individuos. Pero hay factores sociales que incrementan indirectamente la proliferación de aquellos individuos genéticamente menos favorecidos. Examinemos tres de los más importantes, cuidando de no exagerar sus efectos.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

OTROS TIPOS DE INSTRUMENTOS DE MEDICION Se pueden emplear otros efectos de las corrientes eléctricas para hacer funcionar instrumentos de medición; por ejemplo, puede utilizarse el calor generado en un conductor al pasar una corriente, y aprovechar las dilataciones del conductor para hacer accionar una aguja que indique directamente en una escala la intensidad de la corriente. En este principio se funda el funcionamiento de los instrumentos térmicos, y pueden emplearse tanto para construir voltímetros como amperímetros. Otro "instrumento térmico" es el llamado "termocupla", el cual está basado en el hecho de que al calentar el punto de unión de dos conductores de distinto material, se genera una fuerza electromotriz, resultando una corriente continua cuya intensidad depende de la temperatura y de la clase de metales en contacto. Los metales más empleados son el bismuto y el antimonio, puesto que son los que generan mayor fuerza electromotriz por efecto del calor. Los instrumentos a termocupla se emplean para mediciones eléctricas en circuitos de corriente alterna de elevada frecuencia, y también en la industria, para la medición, a distancia, de temperaturas. Otros tipos de instrumentos de medición son los que emplean los efectos electrostáticos de las cargas eléctricas en reposo, de los que sólo se construyen voltímetros que se emplean exclusivamente en los laboratorios, y se llaman electrómetros o voltímetros electrostáticos.

sábado, 30 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

LA GUERRA Entre los salvajes, la guerra provocaba una selección natural y contribuía al mejoramiento de la raza. Pero la guerra moderna, en vez de eliminar a los débiles e incapaces, siega y estropea a los jóvenes más sanos, cuidadosamente seleccionados por las autoridades militares. Entre tanto, en la retaguardia, se reproducen libremente los inferiores de todos los tipos, inclusive los portadores de todas las enfermedades y defectos hereditarios, ya sean físicos o mentales. Los efectos disgenésicos de la guerra están atenuados, sin embargo, por los siguientes hechos: 1) los soldados se reproducen, aunque en menor escala, durante el tiempo de guerra; 2) no todos mueren, y los que vuelven, aun los mutilados y los neuróticos, conservan intacto el patrimonio hereditario que legarán a los hijos; 3) los enfermos hereditarios más graves, aun en tiempo de guerra, están en gran parte internados o son mal aceptados por las mujeres (selección sexual). Naturalmente que no sólo por motivos eugenésicos urge que la humanidad se libre de la guerra.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

MEDIDORES DE ENERGIA ELECTRICA El medidor de energía eléctrica, que da las lecturas directamente en watts-hora o kilowatts- hora, es un tipo especial de motor eléctrico construido para girar a una velocidad proporcional a la potencia eléctrica que circula por el circuito al que está aplicado. Por medio de un sistema de engranajes se cuentan el número de vueltas que da el rotor, las que se indican sobre un cuadrante graduado, en el que se lee la cantidad de energía eléctrica absorbida por el circuito en un intervalo dado de tiempo. La escala está graduada en watts-hora o en kilowatts-hora, siendo esta última forma la más usual. Debe observarse bien que, aunque muchas veces se confunde este instrumento con el wattímetro, son completamente distintos. Como el wattímetro, estos instrumentos dan indicaciones proporcionales a la potencia que circula o que absorbe el circuito, pero, este último da lecturas acumulativas, esto es, introduce el tiempo indicándonos la cantidad total de potencia que ha circulado por el circuito en un determinado intervalo de tiempo. Los medidores de energía eléctrica más usuales son pequeños motores de inducción, cuyo rotor es un pequeño disco de aluminio, y poseen dos arrollamientos que crean campos magnéticos, cuya interacción hace girar el disco de aluminio. Una de las bobinas es de pocas vueltas de alambre relativamente grueso y de muy poca resistencia, y se conecta en serie en el circuito; la otra tiene muchas vueltas de alambre delgado de elevada resistencia, y se conecta en paralelo. Los dos campos magnéticos creados por las bobinas interfieren entre sí y generan una corriente eléctrica dentro del disco, que se llama corriente de Foucault, que a su vez reacciona con los campos magnéticos haciendo rotar el disco. El disco gira entre los polos de un potente electroimán, cuyo objeto es inducir una fuerza contraelectromotriz y corrientes de Foucault que se oponen a la rotación del mismo, produciéndose así un frenamiento electromagnético automático. Este freno evita que el disco gire demasiado rápido o continúe girando luego de haber circulado corriente por las bobinas. Para la medición de energía eléctrica en los circuitos de corriente continua se emplean más corrientemente instrumentos del tipo electrodinamómetro. El instrumento tipo motor de inducción sólo puede emplearse, como se comprende fácilmente por lo antes dicho, para medir corriente alterna.

viernes, 29 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

EL FACTOR ECONÓMICO Las estadísticas muestran que los individuos de las clases más pobres son justamente los que tienen más hijos. Esto ocurre por ser ellos menos cómodos, por casarse antes, por tener menos sentido de la responsabilidad, por necesitar de hijos que los ayuden en el trabajo, por desconocer los métodos anticoncepcionales o no tener recursos para emplearlos. Esto resulta altamente perjudicial par? la sociedad, pues tienen más hijos los menos aptos económica y culturalmente para criarlos y educarlos. Pero en el campo de la eugenesia, ¿repercutirá esta situación? En una democracia es de suponer que se injerten en las clases pobres los genéticamente inferiores, incapaces de adquirir una posición mejor en un régimen de libre concurrencia. Así se reproducen ellos más que los bien dotados de las clases medias y acomodadas. Este razonamiento se basa, no obstante, en un postulado difícil de demostrar: que la inferioridad económica acompaña a la inferioridad genética. Esto parece exacto para los casos extremos, de grandes taras hereditarias, relativamente raras. Pero inferioridades físicas y mentales próximas a la normalidad, que son las más importantes en eugenesia, por ser su número elevado, no impiden al individuo tener empleos productivos. La gran mayoría de los pobres está constituida por individuos normales y hasta bien dotados, que no recibieron instrucción y que son víctimas de una sociedad que, lejos de ampararlos, los explota. La desigualdad económica de las clases, condenable desde diversos puntos de vista, no parece tener en eugenesia la gravedad que algunos autores le atribuyen. Otro aspecto del problema: la población del campo es mucho más prolífica que la de las ciudades. Pero los mejores elementos del campo emigran en gran parte en busca de trabajo más productivo a las grandes urbes. Es así como los tipos superiores del campo pasan a las ciudades, donde tienen una descendencia menor.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

MEDIDOR DE POTENCIA ELECTRICA. EL WATTIMETRO El wattímetro es el instrumento empleado para medir automáticamente el productos de los volts por los amperes, en un circuito eléctrico, y leer directamente la potencia en watts en la escala graduada. Este instrumento es del tipo dinamométrico descrito anteriormente, con una bobina móvil y otra fija. En el caso de un amperímetro o un voltímetro de este tipo, ambas bobinas están conectadas en serie y conducen la misma corriente; en el caso de un wattímetro del tipo más usual, la bobina fija se conecta en serie con el circuito, es decir, que por la misma circula toda la corriente del circuito y la bobina móvil es de elevada resistencia y se conecta en paralelo. En esta forma, la cupla de torsión que hace girar la bobina móvil es proporcional a la interacción del campo magnético creado por la bobina móvil, y a la tensión del circuito; el campo magnético creado por la bobina fija es proporcional a la intensidad de la corriente; luego, la cupla será proporcional al producto de ambos, es decir, a la potencia, y, por lo tanto, el instrumento puede ser calibrado y dar las indicaciones directamente en watts o kilowatts.

jueves, 28 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

EL EXAMEN PRENUPCIAL El examen médico prenupcial trata principalmente de descubrir enfermedades venéreas, como la sífilis (que no es hereditaria, pero puede pasar por contagio de la madre al hijo), y por lo tanto, es una medida higiénica. Cuando se hace bien, sin embargo, es de gran alcance eugenésico, porque puede revelar en los cónyuges o en sus familias enfermedades hereditarias que contraindican la procreación. Por lo tanto, debe incrementarse esta práctica por todos los medios, para ambos cónyuges.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

INSTRUMENTOS DE MEDICION DE CORRIENTE ALTERNA Los tipos de instrumentos para corriente continua mencionados anteriormente, de bobina móvil o de hierro móvil, indican tanto la dirección como la intensidad de la corriente; por lo tanto, no pueden ser empleados en circuitos de corriente alterna, puesto que la aguja oscilaría rápidamente en ambos sentidos y tendería a permanecer en equilibrio, debido al cambio rápido de polaridad de 50 veces por segundo. Por ello es necesario adoptar un principio enteramente distinto al de los instrumentos de corriente continua. La diferencia fundamental es que en los instrumentos de corriente alterna no se emplea imán permanente.

miércoles, 27 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

LA ESTERILIZACIÓN Más de veinte estados norteamericanos y algunos países europeos (Suiza, Finlandia, Estonia, Alemania, etc.) tienen una legislación que determina la esterilización obligatoria de los portadores de graves enfermedades hereditarias. Estas enfermedades son, con pequeñas variantes, las siguientes: oligofrenia congénita (idiotas, imbéciles y débiles mentales), esquizofrenia, locura maníaco-depresiva, epilepsia hereditaria, corea de Huntington, ceguera hereditaria, sordera hereditaria y graves deformidades hereditarias. La esterilización quirúrgica en el hombre es una operación sencilla (sección y ligadura del canal deferente, con que se impide la expulsión de los espermatozoides). En la mujer exige la apertura del peritoneo para ligar las trompas. En ningún caso, sin embargo, la esterilización perjudica los impulsos o actividades sexuales. La eficiencia de la esterilización como medida eugenésica varía según el tipo de herencia considerado. Puesta en práctica con rigor, eliminaría en pocas generaciones cualquier enfermedad producida por un gen dominante que se manifieste antes de la pubertad. Pero en el caso de la corea de Huntington, por ejemplo, surge una dificultad: aunque producida por un gen dominante, la enfermedad sólo aparece en la madurez, cuando el individuo, en general, ya se ha reproducido. En cambio, en las enfermedades que dependen de gen recesivo, la eficacia de la esterilización como medida eugenésica se torna muy reducida. Para cada oligofrénico de una población hay quizá treinta portadores sanos de un gen recesivo de oligofrenia. De los que nacen oligofrénicos, sólo el 11% tiene uno de los padres oligofrénico; el 89% restante proviene de padres normales, portadores ambos de un gen anormal. Así, esterilizando todos los oligofrénicos de una generación, reducimos apenas en un 11% los oligofrénicos de la otra. Y cuanto menor es el número de oligofrénicos, es mayor el porcentaje de oligofrénicos que nacen de padres sanos, y, por lo tanto, es menor la eficacia de la esterilización. De cualquier modo, la esterilización de los anormales graves hereditarios es siempre útil, y los más beneficiados son los propios esterilizados, que pueden ejercer normalmente la actividad sexual sin temor de legar a un hijo su anormalidad.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

MEDICIONES Como la electricidad es una cosa intangible e invisible que puede ser detectada, medida o gobernada solamente a través de sus efectos, únicamente por medio de los instrumentos y aparatos eléctricos podemos "verla" o saber qué sucede en un circuito eléctrico. Luego, los instrumentos de medición nos proporcionan el único medio para dirigir y controlar inteligentemente los equipos eléctricos y asegurarnos que cumplen con los fines propuestos en su proyecto. Cuando hacemos girar la llave de luz en nuestro hogar, no necesitamos medir la tensión u otras características del circuito, puesto que eso ya lo realiza con mucho cuidado el personal de la fábrica de energía eléctrica. En lo único que está interesado el que usa la corriente eléctrica es en el medidor de energía, instalado a la entrada de los conductores que alimentan de energía eléctrica al hogar, puesto que indica la cantidad consumida y que debe abonarse a fin de mes. Este instrumento funciona automáticamente y sin ninguna atención del usuario. Pero, en cambio, en la fábrica donde se genera la energía eléctrica, se emplea una gran variedad de instrumentos de medición para medir y registrar la tensión, corriente, potencia, temperaturas y presiones en las distintas partes de las delicadas y costosas maquinarias, y otras importantes magnitudes que dan al personal los datos necesarios para tener la certeza de que los generadores entregan la energía eléctrica a la tensión establecida, en forma continua y sin inconvenientes. Ya hemos dado una breve indicación de las funciones de los wattímetros y de los medidores de energía; ahora trataremos brevemente de la construcción y empleo de los tipos más corrientes de instrumentos para mediciones eléctricas. Existen, desde luego, muchos otros instrumentos eléctricos de medición y de control, pero su estudio está fuera del alcance de este curso y, además, la mayoría de los mismos emplean uno o más de los principios fundamentales ya estudiados. Con el objeto de indicar algunos principios sobre la forma cómo deben ser empleados los instrumentos de medición para determinar las magnitudes y características de un circuito eléctrico o parte del mismo, veamos mediciones referentes a voltímetros y amperímetros.

martes, 26 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

CASAMIENTOS ENTRE CONSANGUÍNEOS Los casamientos entre consanguíneos han sido prohibidos a través de los tiempos por leyes religiosas y laicas. ¿Habrá realmente algún peligro en su realización? Por lo que ya sabemos sobre la transmisión de las enfermedades recesivas, se desprende que sí. Ninguna persona, por más normal que sea, puede estar segura de no albergar un gen recesivo de alguna enfermedad. Pero este gen sólo puede producir la anormalidad en el hijo si se une con otro idéntico, proveniente del otro cónyuge. Cuanto más próximo es el parentesco entre dos personas, mayor es la probabilidad de que ambas tengan el mismo gen recesivo enmascarado, y de que, casándose, tengan, por lo tanto, hijos anormales. Los sordomudos de nacimiento provienen en el 25% de los casos de casamientos entre primos. Pero en la historia ha habido ejemplos de casamientos consanguíneos por muchas generaciones que no trajeron hijos anormales. Esto demuestra que no habiendo genes recesivos anormales en la familia, el casamiento consanguíneo no trae aparejado ningún peligro; pero desgraciadamente no podemos saberlo con seguridad a priori.

INGENIERIA ELECTRICA - Mediciones y aparatos de medición

GALVANOMETROS DE BOBINA MOVIL Estos tipos de aparatos derivan de una modificación de los de bobina fija, destinada a eliminar los inconvenientes de estos últimos, y están constituidos por un potente imán permanente en forma de herradura o de U, y una bobina móvil. Se los conoce como galvanómetros de D'Arsonval. Cuando, circula una corriente eléctrica a través de la bobina móvil, se produce el mismo efecto electromagnético que en los motores eléctricos, descrito anteriormente; es decir, se produce una cupla o fuerza de torsión sobre la bobina, cuya intensidad depende de la intensidad de la corriente que circula por la bobina. Del mismo modo, cuando se invierte el sentido de la corriente en la bobina, se invierte la dirección de la cupla y, por lo tanto, el movimiento de la misma. Un instrumento de medición muy común en que se aplica este principio, es el empleado en los automóviles para medir la intensidad de carga o descarga de la batería. En esa aplicación comercial del galvanómetro de D'Arsonval, se emplea una bobina con núcleo de hierro para aumentar la intensidad del campo magnético y con ello la seguridad y precisión del instrumento. La aguja va fija a la bobina y dispuesta de modo que indique cero en la escala cuando no circula corriente por la misma; luego, cuando pasa una corriente eléctrica, a través del instrumento, en una dirección dada, la aguja marcará hacia un lado del cero, y cuando la corriente circule en el sentido opuesto, la aguja se moverá hacia el otro lado del cero.

lunes, 25 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Lo que enseñan los fósiles

CÓMO MARCAN EL TIEMPO LAS ROCAS Pero es mucho más difícil para el paleontólogo que para el historiador situar los hechos en el tiempo, pues sus documentos, los fósiles, no llevan fecha. Debe recurrir a un método indirecto para el conocimiento del tiempo: debe leerlo en las rocas, no en horas, sino en millares de años. En Geología se llama roca cualquier conjunto de minerales de la corteza terrestre, independientemente de su consistencia: las piedras, la arena, el barro. En el fondo de los mares y lagos se depositan constantemente detritos que las aguas arrancan de la tierra. Se constituyen de esta manera, a través de los tiempos, grandes depósitos de arena o arcilla. También en las planicies se acumulan detritos traídos de las montañas por el viento y por la lluvia, o se derrama la lava de los volcanes, formándose así otros terrenos sedimentarios. En otros casos son los cadáveres de las plantas de los pantanos los que suministran capas de sedimentos transformados con el tiempo en turba o carbón. Es evidente que los depósitos más recientes quedan por encima de los más antiguos; las capas sucesivas corresponden, por lo tanto, a sucesivas épocas de la historia de la Tierra. Si encontramos tres capas diferentes de sedimentos (A, B y C) en una región donde no hubo ningún fenómeno geológico que alterase el orden primitivo de las capas, sabemos que la inferior (A) es más antigua que la del medio (B), y ésta más que la superficial (C). Si una capa (C) de roca idéntica a C en constitución, estructura y fósiles existentes, se encuentra en otra región, podemos decir que se formó al mismo tiempo que C. Si C' queda por debajo de otra roca D, es claro que D será más reciente que C, y también que B y A, aunque no la hayamos encontrado sobre éstas.
Capas de rocas de la corteza terrestre. Por el orden en que están superpuestas se ve que A es más antigua que B, ésta que C (igual a C), y éstas que D. El mismo orden de antigüedad tienen, evidentemente, los fósiles contenidos en cada una de ellas. Por eso las rocas "marcan" en su inmovilidad el tiempo.
Así se consigue relacionar sedimentos de regiones y hasta de continentes diferentes y agrupar las rocas por edades relativas en una columna geológica teórica, en la cual las más recientes hállanse sobre las más antiguas. Como la sucesión de los sedimentos corresponde a una sucesión de épocas, el mismo nombre se emplea para designar un terreno y la época en que como tal se formó. También se puede calcular la edad absoluta de las rocas. El método más moderno y exacto se basa en el grado de desintegración de las sustancias radiactivas contenidas en ellas. Es natural que el ser que dejó fósiles en un sedimento, vivió y murió cuando este sedimento se depositaba. Los fósiles tienen, pues, la edad del terreno en que se encuentran. Esta proposición puede ser invertida; podemos a veces relacionar un terreno aislado con los de edad conocida gracias a los fósiles que contiene. La Paleontología retribuye así las gentilezas de la Geología.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

LEY DE LENZ DE LAS CORRIENTES INDUCIDAS Si introducimos en la bobina el polo norte del imán, la corriente circulará en un sentido tal, que tiende a desarrollar un polo norte en el extremo de la bobina donde introducimos el imán. Esto significa, de acuerdo con lo estudiado de magnetismo, que existirá una repulsión entre el imán y la bobina cuando introducimos aquél dentro de ésta.
Proceso de generación de la corriente alterna sinusoidal por efecto de inducción, en la espira del generador elemental, cuando da una vuelta completa, o sea, gira 360º.
También podemos observar, cuando sacamos el imán, que la corriente inducida por ese movimiento crea un campo magnético tal, que tiende a oponerse al mismo. La explicación de esta oposición al movimiento la podemos deducir recordando que la aguja del galvanómetro se movía en sentido contrario cuando se introducía o se sacaba el imán de la bobina, por lo tanto, la corriente inducida en ambos casos tiene sentido contrario; luego, si en el caso anterior se generaba un polo norte al introducir el polo norte, en este caso se generará un polo sur, que tiende a atraer el polo norte del imán que estamos retirando. Esta ley fue descubierta por otro de los primeros experimentadores en el campo de la electricidad, Lenz, físico ruso, que la enunció de la siguiente manera: Cuando se produce una inducción electromagnética, la corriente resultante de la fuerza electromotriz inducida, siempre circula en la dirección capaz de crear un campo magnético que tienda a oponerse al movimiento que crea la inducción. La ley de Lenz explica algunos de los fenómenos que se producen en las máquinas que trabajan aplicando la inducción electromagnética. Antes de terminar este interesante aspecto de la electricidad, estudiaremos dos aparatos que funcionan aplicando la inducción electromagnética: la bobina de inducción y el transformador. En otros parágrafos estudiaremos los motores, generadores y otras máquinas eléctricas similares.

domingo, 24 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Lo que enseñan los fósiles

LOS FÓSILES Y EL TIEMPO Un hecho notable es que en depósitos antiguos no se encuentran fósiles de animales adelantados. Tomemos como ejemplo la era Secundaria o Paleozoica. En su primer período, el cámbrico, sólo se encuentran invertebrados. En el ordoviciense surgen los vertebrados, pero sólo los acuáticos (peces). Sólo al final del devónico aparecen los anfibios, y en las postrimerías del carbonífero los reptiles, que se desarrollaron en el pérmico v dominaron en la era siguiente, la Mesozoica. Los mamíferos más primitivos, sin placenta, surgieron en el primer período de esta era, o triásico; las aves en el jurásico, y los mamíferos placentarios en el cretáceo. Se ve, pues, que los diversos grupos de animales que conocemos hoy no aparecieron al mismo tiempo; su evolución duró más de un billón de años, y aún continúa.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

INDUCCION MUTUA En la figura se ha reemplazado el imán permanente por un electroimán, y con este dispositivo se podrá demostrar que sin alterar físicamente ni el imán ni la bobina, podemos inducir en esta última una fuerza electromotriz que origina a su vez una corriente eléctrica.
Inducción mutua entre dos circuitos.
Primeramente, podemos observar que con el contacto A abierto, el galvanómetro indicará siempre cero, es decir, no hay corrientes inducidas; si a continuación lo cerramos durante algunos segundos, observaremos que el galvanómetro se moverá rápidamente hacia un lado, indicando la intensidad de la corriente inducida en el circuito, y luego volverá a cero, permaneciendo en esa posición. Si ahora abrimos el contacto y lo dejamos abierto, observaremos que la aguja del galvanómetro se moverá bruscamente en sentido contrario al que tenía cuando lo cerramos, indicando una corriente inducida de igual intensidad que la anterior, pero de sentido contrario, y luego volverá a su posición cero de reposo. Si repetimos periódicamente estas experiencias, es decir, abrimos y cerramos el circuito, la aguja del galvanómetro oscilará a un lado y a otro del cero. Hemos demostrado así, que sin alterar físicamente el circuito, es decir, la posición de la bobina con respecto al campo, se puede inducir una fuerza electromotriz variando la intensidad del campo magnético. Este es un principio muy importante que se aplica en los transformadores de corriente eléctrica y en las bobinas de inducción que se emplean, por ejemplo, para generar las corrientes de alta tensión requeridas por las bujías de los automóviles. El experimento que hemos descrito es exactamente igual al producido en las bobinas de inducción. Cuando, como hemos dicho, las variaciones del campo magnético en un circuito inducen una fuerza electromotriz y la correspondiente corriente en otro circuito vinculado con el primero, se tiene el fenómeno llamado inducción mutua. La magnitud de la fuerza electromotriz inducida, de acuerdo con las leyes del electromagnetismo estudiadas anteriormente, depende directamente de la intensidad del campo magnético y de la velocidad del cambio. Las leyes que rigen la corriente y fuerza electromotriz inducidas deben ser bien comprendidas y recordadas, ellas dicen: Una fuerza electromotriz puede inducirse, en un conductor, con un campo magnético, produciendo un movimiento relativo entre el conductor y el campo, o variando la intensidad del campo; cuando el conductor es parte de un circuito cerrado, es decir, forma un "circuito eléctrico completo", la fuerza electromotriz inducida produce una corriente eléctrica cuya intensidad depende de la resistencia y otras características del circuito. Debe recordarse que podemos tener una tensión o fuerza electromotriz y medirla en volts, sin tener una corriente eléctrica, salvo que el circuito sea completo.

sábado, 23 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Lo que enseñan los fósiles

Ningún historiador contemporáneo ha presenciado la crucifixión de Jesús, la vida de los cristianos en las catacumbas, la extinción del paganismo, la Reforma, la matanza de San Bartolomé. No obstante, por los documentos dejados, el historiador reconstruye los hechos y nos da una idea de la evolución del cristianismo. Es así, también, como el paleontólogo, estudiando los fósiles dejados por seres que vivieron en otras épocas, puede describirnos la evolución de las especies de plantas y animales que han sido inquilinos sucesivos de la Tierra.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

INDUCCION ELECTROMAGNETICA Inducción electromagnética es el nombre que se da al fenómeno de la generación de una tensión o fuerza electromotriz, cuando un conductor se mueve transversalmente en un campo magnético, cuya intensidad varía en distintos lugares, es decir, un campo magnético no uniforme. Es muy interesante y necesario dedicar cierta atención a este fenómeno y a sus leyes, puesto que es fundamental para el estudio de la electricidad. Ya hemos aprendido que se puede crear un imán o un campo magnético haciendo circular una corriente eléctrica por una bobina arrollada sobre un núcleo de hierro o de acero; en otras palabras, podemos inducir magnetismo en un núcleo de metal, colocándolo en un campo magnético creado por una bobina por la que circula corriente eléctrica. En la figura se ve un circuito simple para realizar este experimento, que consta de una bobina de alambre conectada a los terminales de un indicador muy sensible llamado galvanómetro, cuya aguja tiene su posición de cero en el centro de la escala, de modo que da una indicación distinta según el sentido de la corriente eléctrica en el circuito. Mientras la bobina permanece quieta en el campo magnético el galvanómetro indica cero, es decir, no circula corriente por el circuito, pero si movemos o cambiamos de posición la bobina dentro del campo magnético con cierta rapidez, notaremos que la aguja del galvanómetro se mueve en un determinado sentido, o sea, que podemos leer una cierta cifra en su cuadrante. Si ahora dejamos la bobina quieta en su nueva posición, la aguja volverá a cero, esto es, dejará de circular corriente. Si volvemos rápidamente la bobina a su primera posición, la aguja marcará una lectura igual a la primera, pero en sentido contrario, y nuevamente volverá a cero, tan pronto como dejemos de mover la bobina. Si pasamos continuamente la bobina de una posición a otra, es decir, le imprimimos un movimiento de vaivén, la aguja oscilará a ambos lados del cero sincrónicamente, y su desplazamiento dependerá de la velocidad impresa a la bobina. Para examinar más en detalle el verdadero principio fundamental de la inducción electromagnética que acabamos de estudiar, reduzcamos nuestra bobina a una espira única y consideremos el campo magnético concentrado, por ejemplo, entre los polos de un imán, como puede verse en la figura.
Manera sencilla de comprobar que moviendo un conductor o una bobina de muchas espiras dentro de un campo magnético, se induce una fuerza electromotriz en el conductor o en la bobina.
Aunque se han desarrollado teorías bastante explicativas, no se sabe exactamente por qué se induce una tensión o fuerza electromotriz en un conductor, cuando varía el campo magnético que lo rodea. Sabemos que existe ese fenómeno, podemos medir sus resultados y hemos aprendido a utilizarlo en provecho de la humanidad, pero no conocemos su íntima esencia.

viernes, 22 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Lo que enseñan los fósiles

LOS ANTECESORES DEL CABALLO Examinemos detalladamente un caso concreto que muestra la marcha de la evolución. El caballo actual está muy especializado. Pisa sobre la uña del dedo medio, transformada en casco; ese dedo, que ejerce por sí solo la función de pie, está extraordinariamente desarrollado; el hueso metacarpiano que le corresponde forma la parte inferior de la pata, y lo que se considera generalmente como rodillas corresponde en realidad a nuestro tobillo o muñeca. La rodilla y codo verdaderos quedan muy hacia arriba, cubiertos por la piel del tronco (ver figura 49). Los otros dedos o están muy atrofiados o no existen. Los enormes dientes, con surcos y entradas llenas de cemento, son verdaderas máquinas de moler hierbas duras. Nuestra historia comienza hace 40 millones de años, en el período eoceno, primero de la era Cenozoica. En ese tiempo en América del Norte vivía el Eohippus, el fósil más antiguo del linaje. Era poco mayor que la cabeza del caballo actual, tenía cuatro dedos en las manos y tres en los pies, conservando éstos vestigios del primero y quinto dedo. El dedo medio ya estaba más desarrollado, y todos tenían un pequeño casco. Los dientes eran cortos, sin cemento, con apenas un ligero esbozo de los surcos moledores. De allí en adelante, a través de 260 especies que los paleontólogos distinguen, la evolución siguió un rumbo principal: 1) el dedo medio se fue haciendo cada vez mayor y más fuerte, mientras los otros se iban atrofiando; 2) los dientes fueron creciendo cada vez más, igualando los premolares a los molares y proveyéndose de una complicada serie de surcos llenos de cemento; 3) crecieron los miembros, el cuello, la mandíbula y todo el hocico; 4) el tamaño total siguió en aumento. La evolución gradual que culminó en el caballo se produjo bajo la influencia de una nueva condición de vida, resultante de la aparición de grandes prados en sustitución de las selvas. El tronco del caballo dominó este nuevo hábitat, siendo premiadas con la supervivencia las especies que presentaban los mayores adelantos: patas más largas y apropiadas para la carrera (medio de defensa), dientes cada vez más adaptados para la trituración de las hierbas. Otras líneas evolutivas son hoy bien conocidas, como la del elefante, la del camello y de la llama, y la de ciertos invertebrados.
Etapas de la evolución del caballo. Patas anteriores y dientes del Eohippus (I), el fósil mas antiguo que se conoce como antepasado del caballo. En los dos fósiles intermedios (II-III) y en el caballo actual (IV), se observa el desarrollo del dedo medio, la atrofia progresiva de los demás dedos y el aumento de la corona dentaria.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

FUERZA ELECTROMOTRIZ PRODUCIDA POR EL MOVIMIENTO DEL CAMPO MAGNETICO Hemos tratado con alguna extensión el modo de inducir una fuerza electromotriz, moviendo el conductor a través de un campo magnético fijo. Pero un resultado exactamente igual puede obtenerse manteniendo fijo el conductor y moviendo el campo con respecto al mismo. Si en el dispositivo que se ve en la figura, introducimos, rápidamente, un imán dentro de la bobina, la aguja del galvanómetro nos dará una lectura hacia un lado, y volverá a cero tan pronto quede en reposo el imán, si luego lo retiramos con igual rapidez, la aguja marcará otra lectura igual a la anterior, pero en sentido opuesto con respecto al cero.
El galvanómetro indicará cero, es decir, que no circula corriente eléctrica mientras no haya movimiento, o sea que permanezca sin alteración la posición relativa del campo y la bobina.

jueves, 21 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

REGULACIÓN Una experiencia muy simple prueba esto claramente. Separando las dos células resultantes de la división de un huevo de erizo de mar, cada una de ellas continúa su desarrollo y origina un individuo completo, aunque menor que el normal. Si el erizo estuviera preformado en el huevo, la mitad de éste no podría dar origen a un erizo entero. En realidad, el material vivo del huevo aún estaba indiferenciado cuando se separaron las dos células, de modo que la mitad que normalmente debía dar el lado izquierdo del animal, aislada de la mitad opuesta, se reorganizó para dar un erizo completo. El material embrionario tiene, por lo tanto, la capacidad de regular hasta cierto punto su futuro desarrollo. También se obtienen animales completos aislando las cuatro células resultantes de la segunda división del huevo de erizo, pero la regulación tiene un límite: en adelante, no posee cada célula los elementos necesarios para producir un animal entero. Ya está demasiado diferenciada para eso. Según el animal, la imposibilidad de la regulación sobreviene más tarde o más temprano. En la ascidia, por ejemplo, ya las dos células resultantes de la primera división del huevo son incapaces de regulación: si se las separa, cada una da origen a una mitad de ascidia. La regulación en este caso es imposible desde la primera división del huevo.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

OTROS EMPLEOS DE LAS BOBINAS DE INDUCCION También se emplean bobinas de inducción fundadas en los mismos principios, pero con características especiales según su empleo, por ejemplo, en telefonía para amplificar las débiles señales de entrada y hacerlas audibles en las estaciones muy lejanas conectadas a la línea telefónica; en algunos aparatos de rayos X, y en las instalaciones de tubos de luz "neón", que requieren altas tensiones. En general, una bobina de inducción puede emplearse para producir una tensión muy elevada, a partir de una fuente de baja tensión de corriente continua, siempre que la alta tensión vaya acompañada por muy poca intensidad de corriente. Cuando se necesita mayor intensidad de corriente para la elevada tensión, deben emplearse transformadores.

miércoles, 20 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

OTROS FACTORES Además de los organizadores, concurren también agentes de otra naturaleza para ciertos detalles del desarrollo. El punto de penetración del espermatozoide determina en ciertos animales la dirección del plano según el cual se dividirá el huevo. La cantidad y distribución del vitelo también tiene influencia en el tipo de mórula, blástula y gástrula que se forma. El hecho de tener el polo animal una actividad formativa mayor, consumiendo más oxígeno que el polo vegetativo, determina en el embrión una asimetría que también orienta, en ciertos aspectos, el curso del desarrollo. Por otra parte, es preciso no olvidar os factores externos. Un huevo de gallina que se deja a la temperatura común nunca habrá de producir un pollo, ya que no dispone del calor necesario para desarrollarse. Sobre los huevos que se desarrollan en el mar, ciertas soluciones salinas ejercen curiosas influencias. Colocando blástulas de moluscos en agua de mar privada de sales de calcio, las células se separan. Las sales de litio provocan un predominio de los órganos oriundos del polo vegetativo y la atrofia de los que se forman en el polo animal; de ahí los monstruos con narices hundidas y un ojo único en el medio de la cabeza. Por el contrario, el sulfocianato de sodio provoca el predominio de los órganos del polo animal.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

DIRECCION DE LA CORRIENTE ELECTRICA INDUCIDA En el parágrafo anterior hemos indicado la regla "de la mano derecha" para determinar la dirección del campo magnético conociendo la dirección de la corriente en el conductor o la bobina. Ahora estudiaremos otra regla similar "de la mano derecha" para establecer la dirección relativa del campo magnético, dirección del movimiento del conductor y dirección de la corriente o fuerza electromotriz inducida. Como se ve en la figura, al extender los dedos, pulgar, índice y medio en forma que queden perpendiculares entre ellos, colocando el pulgar en la dirección en que movemos el conductor, y el índice en la dirección del flujo magnético, el dedo medio nos indicará la dirección de la corriente eléctrica inducida.
Regla de Fleming o de la "mano derecha"; colocando el pulgar, el Indice y el medio de la mano derecha en ángulo recto, tenemos una forma sencilla para determinar qué sucede cuando un conductor se mueve dentro de un campo magnético. El pulgar señala la dirección del movimiento, el medio la dirección de la corriente inducida, y el índice la dirección del flujo magnético.
Cuando se conocen dos de los tres elementos, se determina la dirección del tercero con esta regla, llamada de "los dedos de la mano derecha" o "regla de Fleming", dado que fue descubierta por uno de los primeros experimentadores en el campo de la electricidad llamado John Ambrosse Fleming. Al aplicar esta regla, debe cuidarse que el índice indique la dirección del flujo o campo magnético en el sentido en que "circulan" las líneas de lasfuerza, que se consideran como saliendo del polo norte y entrando en el polo sur, tanto en un imán permanente como en un electroimán. Puesto el índice en su verdadera dirección, se hace girar la mano empleando el índice como eje de rotación, hasta que el pulgar coincidacon la dirección del movimiento; luego el tercer dedo, es decir, el medio, indicará siempre la dirección de la corriente eléctrica o fuerza electromotriz inducida.

martes, 19 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

EL ORGANIZADOR Experiencias de ese tipo condujeron a Spemann a un descubrimiento fundamental que le valió el premio Nobel. Extrajo el labio dorsal del blastóporo de una gástrula aún en el comienzo de formación y lo injertó en la cara ventral de otra gástrula. En lugar de formar piel, el injerto siguió su propio destino ahondándose hacia el interior del embrión, como lo hubiera hecho en su sitio de origen, prosiguiendo el proceso de gastrulación. Pero además de eso se observó un hecho importantísimo. Las células que rodeaban el injerto, en lugar de producir piel, se diferenciaban como lo hubieran hecho las células que en un embrión intacto rodean el labio dorsal del blastóporo: daban origen a un canal nervioso, a una cuerda dorsal y al mesodermo.
Embrión de tritón del lado en el cual fue injertado el organizador. Alrededor de él se formó un nuevo esbozo embrionario, observándose en el medio el surco del canal nervioso.
Quedó aclarado así que el injerto, además de seguir impasiblemente su destino, obliga a las células adyacentes a diferenciarse y organizarse para formar ciertos órganos que no formarían sin la intervención del injerto. El labio dorsal del blastóporo es, por lo tanto, un organizador. Es él quien determina el destino de gran número de células situadas a su alrededor, siendo, a la vez, un orientador del desarrollo. El labio dorsal del blastóporo tiene un poder organizador muy grande. Pero en muchos elementos del embrión se descubre la misma capacidad, aunque en menor escala. Los mismos órganos cuya formación es provocada por el labio del blastóporo, son, a su vez, organizadores secundarios. Así, la parte anterior del canal nervioso provoca, injertada debajo del ectodermo, la formación de esbozos de ojos.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

CREACION DE UNA CORRIENTE ELECTRICA POR MEDIO DEL MAGNETISMO Cuanto más se avanza en el estudio de la electricidad, más se comprende la relación e interdependencia entre los distintos fenómenos naturales. Acabamos de estudiar la relación entre la energía magnética y la eléctrica, y sabemos que una corriente eléctrica que circula a través de un conductor, crea o produce un campo magnético alrededor del mismo; ahora veremos cómo, inversamente, un campo magnético puede generar una corriente eléctrica. En los dos años que siguieron al descubrimiento de Oersted, en 1819, de que una aguja imanada se desviaba cuando se la acercaba suficientemente a un conductor, por el que circula corriente, Michael Faraday, de la Royal Institution de Londres, consiguió producir un movimiento haciendo actuar un imán sobre un conductor por el que circulaba una corriente eléctrica. Estas experiencias fueron, en realidad, las que dieron lugar a la invención del motor eléctrico. Faraday también descubrió que moviendo un conductor dentro de un campo magnético, se produce una corriente eléctrica a través del mismo y éste es el principio básico en que se fundan todos los generadores eléctricos. Continuando con sus experimentos, Faraday encontró que un cambio en la posición relativa entre el conductor y el campo, o la variación de intensidad del campo magnético alrededor del conductor, tenían el mismo efecto de crear una corriente eléctrica en el conductor. Este es el principio fundamental de los transformadores eléctricos, que han hecho posible la transmisión a gran distancia de la energía eléctrica, por la economía que reporta enviarla con elevadas tensiones, y la relativa seguridad y bajo costo de la generación y utilización a baja tensión. Debemos, pues, a Michael Faraday, los descubrimientos que dieron la mayor parte del rápido desarrollo al campo de la electricidad y de la electroquímica, y por ello es necesario decir algunas palabras sobre este hombre que tanto ha contribuido al progreso de la ciencia de la electricidad. Faraday se inició en la carrera científica como ayudante, en el laboratorio de química de Sir Humphrey Davy, quien en los comienzos de 1807 anunció que, luego de prolongados estudios sobre los efectos químicos de las corrientes eléctricas que circulan a través de sales y soluciones, había conseguido disociar la sal común en sus dos componentes, el metal sodio y el gas cloro. Estimulado por los trabajos de Davy, era natural que Faraday continuara sus estudios en esta nueva rama. Los resultados de los trabajos experimentales realizados por Faraday entre los años 1812 y 1840, contribuyeron en forma realmente excepcional al establecimiento, sobre bases sólidas, de la ciencia y el arte de la electricidad y electroquímica. Esos trabajos condujeron a la revelación de las leyes fundamentales de la inducción electromagnética y de la electroquímica.

lunes, 18 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

LAS MARCAS COLOREADAS La genética ha demostrado, por el conjunto de sus complejos y depurados trabajos experimentales, que los genes son los factores generales del desarrollo. Pero correspondía a los embriólogos descubrir los factores locales, las causas inmediatas de cada formación del embrión. A esta tarea se consagraron los embriólogos modernos. Ante todo era necesario saber detalladamente a qué formaciones da origen cada célula de la mórula, cada zona de la gástrula. Es difícil hacer una observación rigurosa de ese tipo, porque las células se dividen y subdividen, moviéndose las unas con relación a las otras, y al cabo de poco tiempo ya no se consigue saber lo que ocurre con el elemento que se vigilaba. Algunos embriones poseen puntos de referencia que facilitan el trabajo. Así, la rana europea tiene una calota pigmentada en el hemisferio del polo animal, y debajo de ella, una mancha cenicienta en forma de media luna. No contentos con ello, los experimentadores idearon la coloración de la región en estudio con colorantes que no matan las células, pudiendo identificarse así por el color todo lo que deriva de ella. Con el auxilio de estas marcas coloreadas se consiguió determinar el destino de cada porción del embrión; saber, por ejemplo, en qué se transforma cada territorio de la gástrula.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

CLASES DE CORRIENTES Hasta ahora liemos estado hablando de corriente continua y corriente alterna o alternada; a continuación explicaremos bien el significado de ambas expresiones.
CORRIENTE CONTINUA es la producida por una fuente electroquímica tal como una pila o una batería de acumuladores, mientras que la energía eléctrica producida por cualquier medio de aplicación del electromagnetismo, como la bobina de inducción, generadores eléctricos, etc., es siempre corriente alterna. Cuando a la salida de un generador eléctrico que emplea el electromagnetismo se tiene corriente continua, ésta se produce por medio de un "rectificador" o "conmutador" mecánico que modifica la corriente alterna básica, generada en la máquina, haciéndola aparecer en los terminales como si fuera continua. CORRIENTE ALTERNA es la que circula en un circuito eléctrico, primero en una dirección y luego en la contraria, repitiéndose la inversión constantemente y con tanta rapidez que parece circular ininterrumpidamente. En un generador elemental, la salida de la espira única que gira constantemente en un campo magnético fijo, dará siempre una corriente alterna. Un estudio más profundo de este generador elemental nos mostrará por qué la corriente circula alternativamente en ambas direcciones, (aplíquese la regla de la mano derecha). La corriente continua que proveen las baterías de pilas secas o acumuladores y los generadores eléctricos especialmente construidos con conmutadores, son necesarias y muy importantes en los equipos de comunicaciones, para cargar baterías de acumuladores, y para muchos trabajos de la industria electroquímica, como la electrólisis, electrogalvanoplastia, etc. También se emplea en la alimentación de motores de corriente continua, que presentan algunas ventajas, en determinadas aplicaciones industriales. Por otro lado, la corriente alterna es muy ventajosa y superior a la continua,por muchas razones, en gran número de aplicaciones, como iluminación, calefacción eléctrica, y para la gran mayoría de los motores eléctricos. A la corriente alterna se debe exclusivamente el desarrollo de los transformadores, la posibilidad de transportar o transmitir a gran distancia y con muy altas tensiones, enormes cantidades de energía eléctrica, y la retransformación a las tensiones adecuadas, en los lugares de utilización. Por esto, es sumamente importante comprender bien qué es la corriente alterna, que será estudiada ampliamente en los parágrafos siguientes. Pero, para tener desde ahora una idea, veamos la figura, que esquematiza la representación gráfica de una corriente alterna.
La curva ondulada se llama onda sinusoidal, y un ciclo completo del diagrama corresponde a una vuelta completa de la armadura del generador; la sinusoide describe la fuerza electromotriz variable generada en la espira durante una revolución completa, partiendo de la posición a con tensión cero, aumentando en el sentido positivo hasta llegar al máximo en b, luego descendiendo hasta llegar a cero en c, y continuando hacia el máximo negativo, es decir, el máximo en sentido contrario, en d, luego ascendiendo hasta llegar al punto de origen cero, en e, para completar así un ciclo en una vuelta completa. En la posición b, el conductor o la espira de nuestra armadura simple, atraviesa el campo magnético en una zona de máxima intensidad, o en otras palabras, corta las líneas de fuerza en la máxima cantidad por unidad de tiempo, lo que produce una fuerza electromotriz máxima, con la correspondiente máxima intensidad de corriente, que circula, como se puede observar, dentro de la espira en el sentido de las agujas del reloj. Una vez que esta espira ha girado 90° o sea 1A  de vuelta, posición c, el conductor exterior de la espira se moverá paralelamente al campo y no cortará líneas de fuerza. Esto está representado en el gráfico de la sinusoide de la fuerza electromotriz por su caída hacia cero; otro cuarto de vuelta o 90°, coloca de nuevo la espira de manera que el conductor exterior corta líneas de fuerza en máxima cantidad por unidad de tiempo, pero en sentido contrario en el conductor A, el cual en el primer cuarto de vuelta cortaba las líneas frente al polo norte, hacia abajo, mientras que ahora corta el campo frente al polo sur, hacia arriba, y el conductor de la parte opuesta de la espira, está siempre en sentido contrario al primero. Si aplicamos nuevamente la regla de la mano derecha, encontramos que la corriente circulará por la armadura o la espira desde A hacia 13, en lugar de ser como al principio desde B hacia A. Esta condición está indicada en el punto d, donde la fuerza electromotriz tiene un máximo, pero con polaridad negativa, esto es, la circulación es en sentido contrario. Un nuevo giro de 90° llevaría la espira a la posición e, que corresponde al punto a, es decir, al punto inicial, ya que cuatro giros de 90 grados representan una vuelta completa. Toda inversión de sentido de una corriente alterna se llama una alternancia; dos alternancias forman un ciclo completo y llevan la corriente alterna a la polaridad inicial. La frecuencia de una corriente alterna es una característica muy importante que indica el número de veces por segundo que la corriente recorre un ciclo completo, o sea, que cambia de polaridad e intensidad, y por ello la frecuencia se mide en ciclos por segundo. La mayor parte de la energía eléctrica generada comercialmente tiene una frecuencia de 50 ciclos por segundo, es decir, 100 alternancias en un segundo, con su correspondiente cambio de polaridad e intensidad. También se generan y emplean corrientes alternas, con una frecuencia de 60 y 25 ciclos por segundo, para usos industriales, iluminación, etc., y en muy poca proporción otras frecuencias distintas. En radiocomunicaciones, radar y otros aparatos electrónicos, se emplean corrientes alternas cuya frecuencia llega a muchos miles y millones de ciclos por segundo, y son las corrientes llamadas de alta frecuencia, que se diferencian de las industriales, de 25, 50 ó 60 ciclos, que se llaman de baja frecuencia.

domingo, 17 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

La formación de un ser es una de las mayores maravillas que el hombre puede contemplar. Una pareja de animales suministra un par de células reproductoras que se funden en una célula única, la célula huevo, y ésta se transforma, en semanas o meses, en un ser de millones de células con las mismas características de los padres, los mismos órganos y tejidos, y con idénticas funciones. Es tan fantástico que una simple célula se transforme en un hombre, que hubo un tiempo en que se creyó que en la célula huevo ya existía un ser en miniatura. Y como a veces la imaginación desvía aun los cerebros más equilibrados, algunos investigadores, después de la invención del microscopio, vieron y hasta dibujaron un hombrecillo acurrucado dentro del espermatozoide. Con el progreso de la óptica y de la citología se ha llegado hoy a conocer con muchos detalles la estructura de las células reproductoras y de la célula huevo, y ha quedado claramente establecido que nada existe preformado en ellas.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

LA BOBINA DE INDUCCION La bobina de inducción es un dispositivo que emplea el principio de la inducción mutua, que ya hemos considerado en párrafos anteriores, para producir tensiones muy elevadas a partir de tensiones de alimentación relativamente bajas. Las bobinas comunes de inducción se componen, generalmente, de dos bobinas separadas y arrolladas alrededor de un núcleo construido con alambres de hierro dulce; una de las bobinas se llama bobina o arrollamiento primario y se compone de relativamente pocas vueltas de alambre grueso; la otra, llamada secundaria o arrollamiento secundario, se compone de muchas vueltas de alambre más delgado que el primario y, a menudo, aunque no siempre, se construye inmediatamente encima y bien apretada contra el primario, y concéntrica con este arrollamiento alrededor del mismo núcleo magnético. Los impulsos de corriente eléctrica de baja tensión, que pasan a través del primario, producen un campo magnético pulsante cuyas líneas de fuerza también rodean los conductores del secundarlo. Este campo pulsante induce en cada espira del secundario una tensión aproximadamente igual a :a tensión impresa a cada vuelta del primario, induciéndose de este modo una tensión total en el secundario que es superior a la del primario, y que está en la misma relación que el número de espiras de ambas bobinas. Para comprender cómo funciona una bobina de inducción, veamos la figura, y que consiste en un primario de pocas espiras de alambre relativamente grueso y un núcleo de hierro dulce que está conectado a través de un interruptor con una batería. Superpuesto con este primario y concéntrico con el núcleo común tenemos una bobina de exploración de muchas más espiras de alambre relativamente delgado, que se emplea como arrollamiento secundario; podemos, además, cuando lo necesitemos, introducir una resistencia en paralelo entre los terminales del galvanómetro. Esto será necesario, en el circuito, debido a que se producen fuerzas electromotrices relativamente elevadas y, por lo tanto, las corrientes inducidas en el secundario pueden destruir o dañar el galvanómetro si no lo protegemos con esa resistencia en paralelo o shunt, que sirve para desviar parte de la corriente, previamente calculada, del circuito secundario.
Esquema de una bobina de inducción.
Si ahora apretamos el botón del interruptor y cerramos el circuito primario, observamos una brusca inclinación de la aguja del galvanómetro hacia un lado del cero; igualmente, cuando abrimos los contactos interrumpiendo la corriente del primario, observamos otra brusca inclinación de la aguja del galvanómetro, pero esta vez en sentido opuesto al anterior, y de mayor intensidad. Esta experiencia nos revela otra de las leyes de los circuitos eléctricos, ley que dice: El campo magnético de un electroimán, al establecerse o iniciarse, alcanza su valor máximo con mayor lentitud que al desaparecer, cuando desde ese máximo desciende a cero al interrumpir la corriente eléctrica que lo produce. Esta ley se utiliza en una de las aplicaciones modernas más comunes de las bobinas de inducción: la fuente de corriente de ignición o de chispa para las bujías de los motores de automóviles, aeroplanos y muchos otros de combustión interna. En esas aplicaciones se reemplaza nuestro interruptor a mano por una serie de contactos que establecen y cortan la corriente por medio de un mecanismo gobernado por la misma máquina, pues está sincronizado con la rotación de la misma y la posición correspondiente de los cilindros para producir la chispa en el momento oportuno. Estos contactos sincronizados abren y cierran el circuito primario de la bobina de inducción en el preciso instante en que se necesita la chispa. La tensión inducida en el secundario por medio de estas interrupciones del circuito primario, que se emplea para producir la chispa en las bujías de los motores, puede alcanzar tensiones comprendidas entre 3 500 a 15.000 volts o más, lo que depende de la longitud de la chispa, es decir, de la separación entre los puntos de las bujías en que se produce, y de la presión de la mezcla aire-gasolina dentro del cilindro. Generalmente se emplea como fuente de energía para el primario, en estas bobinas, una batería de acumuladores de 6 volts, y en algunos casos de 12 volts, aunque también pueden emplearse baterías de pilas secas. El poder de la inducción mutua queda así claramente expresado, ya que con una bobina de inducción se consigue transformar un impulso de 6 ó 12 volts, en el primario, en una tensión de salida de hasta 15.000 o más volts.

sábado, 16 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

LOS INJERTOS EMBRIONARIOS Hecho esto, se puede investigar hasta qué momento cada región es capaz de regulación, y ello se consigue por medio de la técnica de los injertos. Se sabe, por ejemplo, que determinada región del ectodermo de una gástrula joven de tritón da origen a una parte del canal nervioso que más tarde formará la medula. Pues bien: esta región, extraída e injertada en la cara ventral de una gástrula de la misma edad, no forma allí canal nervioso, sino piel, a semejanza del territorio en que ha sido injertada. Significa esto que su destino no está fijado aún; colocado en la región que produce piel, el injerto sufre la influencia de las células adyacentes y tiene el mismo destino de ellas. Si injertamos ahora la región correspondiente de un embrión más viejo, que ya tiene canal nervioso, provocará en la cara ventral de la gástrula que la recibe la formación de un canal nervioso y de una medula. Su destino, pues, está ya fijado. Dondequiera que lo injertemos dará siempre una medula.

INGENIERIA ELECTRICA - Inducción electromagnética

AUTOINDUCCION Además de explicar y determinar la dirección relativa de la corriente inducida resultante de la inducción mutua entre dos circuitos eléctricos separados, la ley de Lenz también explica otra forma similar de inducción, que se produce en cada circuito individual. La variación del campo magnético de una bobina, producida por variación de la corriente a través de la misma, genera una fuerza electromotriz y la correspondiente corriente que tiende a oponerse a la variación de la corriente original. (Este fenómeno es, nuevamente, un caso particular de la ley general de conservación de la energía.) Esa tensión y corriente inducidas se explican como producidas por las propiedades de autoinducción del circuito. A veces se llama self-inducción en lugar de autoinducción, lo que es una derivación de la palabra inglesa de igual significado. Por ejemplo, en un circuito en el que existe un electroimán, cuando se establece o corta la corriente, se produce, además del efecto de inducción mutua descrito, un efecto de autoinducción. Para observar mejor este efecto modifiquemos el circuito como se ve en la figura; si ahora cerramos el circuito y lo dejamos algunos segundos o minutos, observaremos que la bombilla despide un destello muy brillante y luego descenderá a su luz normal; si luego abrimos el circuito la bombilla dará otro destello intenso y después se apagará completamente.
Circuito que permite demostrar la existencia de autoinducción. La autoinducción de la bobina con núcleo de hierro da un destello en la bombilla, al abrir o cerrar el interruptor A.
Esta experiencia demuestra en forma clara y sencilla la propiedad de un circuito inductivo de oponerse a todo cambio. Un circuito inductivo es el que comprende bobinas o electroimanes y, por lo tanto, sus características inductivas serán más pronunciadas si los electroimanes tienen núcleos de hierro. Así, la iluminación inicial que da nuestra bombilla antes de abrir el circuito, indica la impedancia eléctrica del electroimán, el cual, mientras se está formando su campo magnético proporcional a la fuerza electromotriz de la batería de alimentación, se opone al flujo de electricidad a través de sí mismo y desvía la mayor parte de la corriente a través de la bombilla. Luego, cuando el campo ha llegado a su máximo y ya no cambia más, la impedancia eléctrica del electroimán se reduce hasta ser igual a la resistencia eléctrica del conductor, que forma la bobina, y entonces la corriente eléctrica total se divide entre el electroimán y la bombilla en razón inversa a sus respectivas resistencias, como ya se explicó anteriormente. Si la resistencia fuera la misma en ambos elementos, la corriente se dividiría por partes iguales en cada rama. El destello de la bombilla al abrir el circuito revela la tendencia de autoinducción de un circuito magnético. En este caso, la rápida declinación de la intensidad del campo electromagnético al abrir el circuito por medio del interruptor A, por efecto de la autoinducción induce en sus propios arrollamientos y ejerce sobre la bombilla una fuerza electromotriz y la correspondiente corriente eléctrica momentánea que produce el destello, antes de desaparecer totalmente el campo al abrir el circuito de alimentación.
Analogía hidráulica. La inercia de volante produce un efecto equivalente a la autoinducción en un circuito eléctrico.
Consideraremos ahora una analogía hidráulica que posiblemente aclare más el significado de la autoinducción y las características de un circuito eléctrico inductivo. En la figura está representada dicha analogía; comparémosla. El motor que impulsa la bomba de agua representa la batería como fuente de energía o de flujo de corriente, la cañería equivale a los conductores eléctricos, y el volante constituye la carga del circuito y es comparable a la carga representada por el electroimán y la bombilla. En el circuito de la figura el agua comenzará a moverse cuando se pone en marcha la bomba e iniciará el movimiento de rotación de la rueda y su volante. Pero, para llegar a la velocidad máxima que puede alcanzar la bomba, se debe vencer la inercia del conjunto, del agua y del volante. La inercia, como el lector probablemente sabrá, es la propiedad de un objeto o masa material de ofrecer resistencia al cambio de la velocidad o de la dirección del movimiento en que se halla. La inercia del volante tiende a oponerse al esfuerzo de rotación provocado por el agua y se requiere un cierto tiempo antes que ésta venza completamente esa inercia estática o estacionaria. Una vez que la inercia ha sido vencida, la velocidad del agua se mantendrá y será la máxima que es capaz de brindarle la bomba, mientras se mantenga constante la potencia dada al motor. Si se suprime la energía al motor de la bomba, la inercia del volante y la combinación de toda la maquinaria se opondrá a la disminución de la velocidad por la inercia de rotación o de movimiento, tardando un cierto tiempo antes de llegar al estado de reposo.

viernes, 15 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

LOS GENES A no ser que se prefiera admitir la intervención de fuerzas especiales e indefinibles que orientan el desarrollo, debemos aceptar que la célula huevo está constituida por sustancias tales que en proporciones y estado físico-químico específicos, necesariamente se desarrollará por el camino normal en la especie, si las condiciones del ambiente lo permiten. Si bien todos los detalles de la célula huevo tienen influencia en el desarrollo, son los genes, localizados en los cromosomas del núcleo, las partículas más importantes desde este punto de vista. De hecho, como lo ha probado la genética, son ellos los que determinan la aparición de este o aquel carácter del ser y, por lo tanto, de esta o aquella variante en el desarrollo del embrión. Los directores de escena en el embrión son los genes de la célula huevo, provenientes de las células reproductoras que se han unido. En cada división celular los cromosomas se desdoblan, de modo que cada célula hija tiene los mismos cromosomas que la célula madre y, por lo tanto, los mismos genes. Así, en cada célula del embrión están presentes cromosomas idénticos a los de la célula huevo, dirigiendo su diferenciación. Lo que no se conoce con certeza es el mecanismo por el cual los genes influyen en cada detalle de la ontogénesis; pero no hay duda de que lo hacen. Es como si conociéramos, por una parte, los ministros del Estado, y por otra, los más modestos funcionarios públicos, pero desconociésemos los directores y subdirectores de los diversos departamentos y servicios que relacionan a los ministros con los funcionarios modestos. En efecto, por un lado sabemos que los genes son los directores del desarrollo; por otro, sabemos que quienes determinan, en muchos casos, la diferenciación de los esbozos embrionarios son sustancias químicas análogas a los fermentos y hormonas, pero ignoramos aún de qué manera provocan los genes, en un momento dado, la secreción de tales sustancias químicas en ciertos puntos del embrión y no en otros.

PREHISTORIA - El Período Paleolítico

MANERAS DE VIDA EN EL PERIODO PALEOLITICO La misma extensión del Paleolítico permite al hombre vivir, alternativamente, durante él en climas diferentes. Suave y agradable durante los dos primeros períodos —prechelense y chelense—, permitió que el hombre del Paleolítico inferior pudiese vivir al aire libre, durmiendo bajo el amplio manto del cielo, en el blando lecho arenoso de las márgenes de los ríos, a los que bajaba para abrevar, o al pie de las grandes peñas, que le protegían de los vientos e impedían, al menos parcialmente, el ataque sorpresivo de las fieras. Esta somera protección era completada, cada noche, con algunas precauciones adicionales: posiblemente arrancaba los arbustos y malezas vecinas, para impedir que sirvieran de escondrijo a las bestias dañinas o —insuperable ayuda, abrigo y defensa—encendía fuego para ahuyentarlas con la claridad y el resplandor. En efecto, el hallazgo de la manera de encender voluntariamente el fuego es una de las conquistas más preciadas de este período auroral, acaso la más importante de todas, sobre todo por sus consecuencias de algo más tarde, cuando el clima cambia y comienza a tornarse frígido, especialmente en las noches. El fuego no sólo ahuyenta los temibles terrores nocturnos, tan justificados cuando la noche se tiende sobre la tierra y las fieras avanzan con paso sigiloso y colmillo asesino en busca del hombre indefenso, sino que procura el calor bienhechor. Algo después el hombre aprenderá a cocinar sus comidas; más tarde a conservarlas, curando las carnes por medio del humo. Pero sólo en el Neolítico —después de millares de años de saber producir el fuego a voluntad— discierne el poder solidificador del horno sobre la arcilla fresca, y crea la cerámica. Y sólo millares de años más tarde, sabrá hacer hornos capaces de alcanzar el punto de fusión de los metales y logrará otro gran paso en su avance cultural. Entre tanto el Paleolítico sigue su curso. El frío arrecia, obligando al hombre a disputar a las fieras la posesión de las cavernas. Gracias a sus míseras armas de piedra —y acaso al fuego— consigue expulsar de ellas a los grandes felinos y plantígrados, al tigre y al oso de las cavernas. A veces los mata y los devora, a juzgar por la profusión de restos de estos animales que en algunos de estos refugios se encuentran. Y, finalmente, los exorciza, pintándolos en las paredes (como lo veremos, por menudo, al tratar del arte prehistórico). En ese entonces el hombre es esencialmente cazador y recolector. Caza los animales mayores — mamut, elefantes, hipopótamos y rinocerontes—, ante los cuales sus armas líticas carecen de poder, por medio de trampas, hechas cerca de los lugares de abrevadero. Los ciervos, renos, caballos, jabalíes, búfalos y toros eran cercados, asustados e impulsados a huir hacia valles estrechos en donde los mejores cazadores se apostaban de antemano. Acaso consiguiera, también, realizar cacerías por sorpresa, merced al perfecto conocimiento de las costumbres de los animales y a una gran astucia y paciencia, como la que despliegan aun hoy, en parecido trance, algunos aborígenes de Africa y América. Pudiera ser que redes, lazos u otros artificios semejantes comenzaran a usarse en estos lejanos tiempos. Naturalmente, los animales más jóvenes, por su confianza y falta de experiencia, los menos diestros para huir con rapidez, como los muy viejos, cansados o enfermos, o las hembras en estado de preñez o con cría al pie, resultaban las víctimas más frecuentes. Era el resultado natural, correspondiente a la incesante lucha por la vida, que rige en todas las manifestaciones de la naturaleza, con la correlativa supervivencia de los más aptos y los mejor dotados. De ahí que estas hordas de cazadores no siempre lograran las mejores presas para alimentarse. Otro tanto ocurría en otras manifestaciones de la actividad del hombre. Grupos armados chocaban entre sí, en lucha ardiente, de algunas de las cuales nos han quedado (en la región de España) muy curiosas y antiquísimas pruebas iconográficas. Los viejos, las mujeres y los niños debieron de constituir la propiedad del vencedor, las víctimas y el botín del triunfo. La vida cotidiana, totalmente errante al comienzo del Paleolítico, no debió de lograr, seguramente, la sedentarización perfecta ni aun más tarde, dentro del período, pese a la frigidez del clima. El nomadismo es la regla en la vida rústica del cazador y recolector, necesitado de seguir su presa y de abandonar los predios en los que los animales, extinguidos o escarmentados, han muerto o han huido. Sollas muestra, en una hipótesis atrevida, cada vez más confirmada, hasta dónde lleva al hombre paleolítico del occidente europeo esta necesidad de seguir tras la huella de los renos.
CAZA DE CIERVOS. Se halla en la cueva de la Vieja (Alpera, España).

jueves, 14 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

GEMELOS Y HERMANOS SIAMESES Si las dos células resultantes de la primera división del huevo se separan accidentalmente, nacen, pues, en vez de uno, dos individuos. Y como ambos provienen del mismo huevo poseen exactamente el mismo patrimonio hereditario: son gemelos idénticos y forzosamente del mismo sexo. El tato (armadillo de América del Sur) da normalmente de cuatro a seis gemelos idénticos, porque el embrión, en las primeras fases del desarrollo, se escinde en otras tantas zonas, cada una de las cuales es origen de un pequeño tato. Los gemelos humanos idénticos son debidos al mismo fenómeno. Las cinco hermanas Dionne constituyen el único caso de la historia en que cinco gemelos han conseguido vivir. En los últimos cinco siglos se calcula que sólo unas sesenta veces nacieron en toda la Tierra gemelos quíntuplos. Las Dionne nacieron todas de un óvulo único fecundado por un solo espermatozoide. El embrión, dividiéndose dos veces sucesivas, da origen a cuatro embriones, uno de los cuales se divide aun una vez. Pero también nacen gemelos no idénticos y hasta de sexos diferentes. Éstos, llamados fraternos, provienen de dos óvulos fecundados y evolucionados simultáneamente. Así, presentan tantas diferencias como las que se encuentran habitual-mente entre hermanos. La biología enseña también cómo se forman los gemelos que tienen ciertas partes del cuerpo soldadas, los llamados hermanos siameses o xifópagos. Si estrangulamos un huevo de tritón con un lazo de hilo fino de modo que se separen las dos células resultantes de la primera división del huevo, nacen dos tritones gemelos e independientes; pero si dejamos el lazo algo flojo, de tal manera que las células sólo se separen parcialmente, los gemelos formados tendrán cierta porción del cuerpo en común, correspondiente a la parte del embrión que no se bipartió. En el caso humano la causa es análoga.
Huevo de tritón estrangulado por un hilo (I); da como resultado dos tritones xifópagos (II).

PREHISTORIA - El Período Paleolítico

GEOGRAFIA Y CRONOLOGIA DEL ARTE PALEOLITICO La difusión de este arte auroral es, sin embargo, bastante limitada, tanto en el tiempo como en el espacio. Desde el punto de vista geográfico su área se limita casi exclusivamente al occidente europeo y, allí, a las dos grandes provincias culturales, netamente diferenciadas: la del sur de Francia y la del nordeste de España. En la primera el arte se refugia en el interior de las cavernas, denotando con ello el carácter de cosa restringida, cuya visión está limitada a un estrecho núcleo de iniciados. En la segunda, pinturas y grabados se muestran abiertamente sobre amplios lienzos de pared, en los llamados "abrigos bajo roca". Otra diferencia grande se marca entre ambas provincias artísticas. En la del norte las figuras se presentan siempreaisladas, entreverándose a veces de tal manera, sobre los limitados espacios posibles, que el seguimiento del trazo completo de cada una de ellas se hace singularmente difícil. Pese a esa superposición —que a veces es puramente espacial y otras es también cronológica—, cada figura es un hecho en sí, sin más conexión con las otras que su acercamiento o superposición puramente fortuitos. En cambio, en la del sur aparece un elemento pictórico nuevo: la composición. Escenas de caza o de guerra asocian hombres y animales o enfrentan a los hombres. En el segundo caso, uno y otro bando son debidamente caracterizados, tanto en lo que se refiere a su antropología como a su atuendo. Desde el punto de vista cronológico, podemos hoy seguir perfectamente el desarrollo, culminación y final del arte prehistórico. En el período auriñaciense se le ve aparecer como tímidas líneas ondulantes, aisladas o paralelas, fruto de la acción de un dedo o de una mano, torpes y vagabundos, o como inseguras reproducciones de figuras humanas o animales, a las cuales su propia tosquedad. La dureza de su ejecución, conceden una inesperada intensidad de caricatura. A estas muestras casi infantiles suceden, más tarde, pictografías en las cuales toda una imagen —especialmente animal y de perfil— queda encerrada en un solo trazo como en un alarde de virtuosismo. Muy atrás han quedado los torpes albores. El arte paleolítico denota ya fuerza, sobriedad, realismo y movimiento, en forma sorprendente.
CACERIA DE CIERVOS. Nueva prueba de la maestría pictórica y de la capacidad de observación de los artistas paleolíticos. Fresco existente en la cueva de los Caballos, barranco de Valltorta, provincia de Castellón, España.
En las representaciones humanas —preferentemente reproducidas de frente—hay una voluntaria y pertinaz esfumación de los rasgos faciales, al par que una reproducción magnificada de los sexuales, como si este arte estuviese dirigido a exaltar a la fecundidad. Reproducciones de manos, de heridas causadas por flechas y de otros signos, que pueden interpretarse como trampas, son claramente visibles en el interior del cuerpo de algunos animales. Los prehistoriadores que se han especializado en el estudio del arte prehistórico —el abate Breuil, Peyrony, Cabré y Hernández-Pacheco, para no citar sino algunos de los más conocidos— han considerado tales signos como una nueva demostración del carácter mágico- religioso de estas figuraciones. En efecto, obligado el grupo de cazadores a pasar encerrado gran parte de su tiempo en el seguro refugio rupestre, bloqueados por las nieves y el frío, ocuparían sus forzados ocios en reproducir la figura de los animales temibles o de aquellos que les servían de diario sustento, para lograr, por medio de encantamiento, una presa más fácil, menos riesgosa o más abundante.

miércoles, 13 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

LOS FACTORES DEL DESARROLLO No pudiendo recurrir, pues, a la preformación, los embriólogos se enfrentaron con cuestiones fascinantes y dificilísimas. ¿Qué es lo que orienta la diferenciación de los tejidos? ¿Qué los obliga a coordinarse de manera que formen un organismo unitario y armónico? ¿Qué es lo que hace que el embrión se desarrolle de idéntico modo en los individuos de una misma especie y de modo distinto en los de otra especie? Constituye una de las glorias de la biología moderna el haber estudiado tales enigmas con el más riguroso método experimental, y haber llegado, con el descubrimiento de hechos totalmente nuevos, a una comprensión del desarrollo, si no completa, muy satisfactoria.

PREHISTORIA - El Período Paleolítico

FINALIDAD DEL ARTE PALEOLITICO Tales pinturas, pues, tendrían no una finalidad puramente artística, sino realmente utilitaria. Ello se ve claramente en la forma pertinaz en que se esconden de la mirada de los no iniciados estas manifestaciones de arte. En la gruta de Font de Gaume hay que atravesar un punto peligroso, el Rubicán. La gruta de Tuc d'Audoubert se nos aparece como un santuario lleno de misterio: hay que realizar un viaje por la profundidad de la cueva, que se va estrechando gradualmente; pronto no queda paso, ni aun yendo encogido, y hay que proseguir, arrastrándose de bruces por el suelo, entre las tinieblas, oyendo acrecentarse el rumor cada vez más cercano del agua; al llegar al arroyo subterráneo hay que atravesarlo a nado, cosa bien difícil en invierno, cuando las crecientes lo convierten en un furioso torrente; sólo así se llega a nuevas salas, con dibujos preparatorios cuyo número e interés está sabiamente graduado; queda por recorrer, todavía, otra sala cuyas paredes están desnudas de recuerdos de arte, pero cuyo piso está sembrado de osamentas de osos; y, allí, a más de setecientos metros de la entrada, se encuentra una de las manifestaciones más extraordinarias del arte prehistórico. Se trata de los dos celebrados bisontes, grupo semiescultórico, realizado en arcilla. Lo extraordinario de estas figuraciones no es sólo el material empleado para tan vasto friso escultórico, ni la vivacidad y justeza de movimiento que anima a ese grupo, sino la técnica utilizada; en la mayoría de los casos ese arte mural está logrado mediante el empleo de la pintura o del grabado; pero aquí tenemos un ensayo logrado en la tentativa de destacar a las figuras de la pared natural rocosa que le sirve de fondo, de modelar en relieve, de hacer escultura. Esta cueva extraordinaria fue explorada por el conde Begouen y sus hijos. Dos de ellos utilizaron más tarde este hallazgo para escribir una de las más interesantes novelas de asunto prehistórico: Les Bisons d'argile.
BISONTE HERIDO. Reproducciones de animales heridos, como la presente, son pruebas de las finalidades mágicas del arte paleolítico europeo. Esta pintura mural, en negro, fue realizada en la caverna de Niaux, Ariége, Francia.
No ha de creerse, sin embargo, que una caverna en que las representaciones artísticas se encuentran a tanta distancia de la boca de entrada sea realmente única. En la de Niaux, las primeras manifestaciones de arte se hallan a cuatrocientos cincuenta metros de aquélla, y la famosa sala redonda en la que se hallan tan excelentes reproducciones de bisontes, se encuentra a ochocientos. Otra caverna, la de Trois Fréres, nos ofrece, no ya por deducción, las muestras de su carácter mágico religioso. Está allí representada, en una de las paredes, la imagen del mago mismo, con su disfraz ceremonial, en el que se destacan una especie de máscara con cuernos y barba postiza. Es ésta la figuración ceremonial más remota de que tengamos noticias y el antecedente necesario de cuantas manifestaciones de ritual mágico muestra la historia de los pueblos primitivos.

martes, 12 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Por qué se desarrolla el embrión

CÓMO ACTÚA EL ORGANIZADOR ¿Cómo consigue el organizador provocar la diferenciación de las células que lo rodean? Se trata ciertamente de una acción química o fisicoquímica. De hecho, los efectos promovidos por el organizador se obtienen aun cuando el labio del blastóporo fuese muerto por el calor antes de ser injertado, y también actúan como organizadores huevos hervidos de batracios, músculos hervidos de anélidos y hasta fragmentos de hígado, riñon, lengua y cerebro humanos. Varias sustancias químicas actúan como organizadores; parece que la organización depende principalmente de las perturbaciones en la proporción de anhídrido carbónico y oxígeno que la presencia del organizador provoca. De cualquier modo, se aclara considerablemente el problema del desarrollo embrionario. Éste se produce armoniosamente y en cierta dirección, porque los genes de la célula huevo así lo determinan. No sabemos bien cómo logran hacerlo, pero conocemos una parte de la complicada historia. El labio del blastóporo, cuya existencia y propiedades se deben, como todo lo demás en el embrión, a los genes, induce a las regiones vecinas a diferenciarse en cierto sentido; éstas, a su vez, inducen a la diferenciación a las otras partes.

PREHISTORIA - El Período Neolítico

MATERIAL Y TECNICA DEL NEOLITICO Así como en muchos casos se nota una continuidad de las formas y de las técnicas del Paleolítico en yacimientos del Neolítico —supervivencia de viejas costumbres que cuesta abandonar y que perduran, más o menos larvadamente, al lado de los mismos adelantos—, de la misma manera hay manifestaciones del Neolítico que perviven y se mantienen hasta después de aparecida la Edad de Hierro. Tal ocurre, por ejemplo, con las hachas pulidas, de las que hace un momento nos ocupábamos. Más aun, los primeros instrumentos de bronce no son sino copias. El metal es inicialmente muy raro y los primeros objetos no son más que meros sustitutivos de lujo de las viejas formas de piedra pulida. Sólo más tarde el hombre aprenderá que el nuevo material requiere nuevas formas de expresión. Entre tanto, y durante todo el período Neolítico, el hombre se preocupa por la adquisición o la conservación de los yacimientos naturales de las piedras mejores para la realización de su instrumental. Esos yacimientos poseen un alto valor comercial, según antes se ha visto. El sílex es, entre todos, el más solicitado. Pero este tipo de piedra no se forma en todas partes. Necesita la presencia de la creta, en la que se forma al tiempo que ella se deposita. El sílex se concentra por obra de la acción de diminutos espongiarios, agrupándose en los espacios vacíos dejados por la desaparición de la materia orgánica. Los grandes bancos de creta blanca, que se hallan en el norte de Francia, el sur de Inglaterra, Bélgica, Dinamarca y el norte de Alemania producen, por esta razón, los mejores sílex. Pero es curioso señalar que estos puntos de agrupación natural de la materia prima no corresponden con los centros artificiales de producción del instrumental lítico. Los grandes talleres neolíticos (que hoy llamaríamos, casi, de "producción en serie") se establecieron en Bélgica y en el valle del Loire, en Grand Pressigny. De ambos centros de producción, el segundo parece haber alcanzado la mayor perfección. De allí salieron las soberbias láminas que, por trueques, cubrieron todo el occidente europeo. Este maravilloso perfeccionamiento fue logrado a expensas del sacrificio de la diversidad. En efecto, se logró allí una verdadera especialización. Grand Pressigny no produjo otra cosa que esas grandes láminas, como lo demuestran los millares de núcleos abandonados en el terreno, restos de la producción y demostrativos de la especialización antes dicha. Algunos de ellos miden hasta 0,50 mts. Las láminas obtenidas de un núcleo de ese tamaño revelan que han sido arrancadas de él por un golpe único de percusión que sólo puede dar la mano hábil de un artífice especializado. De esta suerte se lograba una lámina, larga y delgada, con una hoja aguzada como la de un puñal moderno. El retoque final acentuaba la magnífica eficacia de la pieza. Otros talleres situados en las regiones del este del Mediterráneo intentaban vanamente competir con tan soberbias muestras de capacidad técnica, pero sus láminas no sobrepasaban nunca la mitad del tamaño de aquellas piezas excepcionales recién descritas. También los retoques finales de pulido constituían una nueva demostración de excelencia. Primero, por medio de pequeños retoques de percusión eran alisadas las superficies líticas, haciendo desaparecer todas las aristas salientes que el sílex pudiese conservar; en rocas de otro tipo se empleaban para el mismo fin percutores puntiagudos con los cuales se iba picando, minuciosamente, la superficie. La última etapa se practicaba frotando las láminas con un pulidor de piedra, hecho de granito, cuarcita u otra roca dura, ayudándose, en el logro de ese fino raspado, con arena húmeda. Los había fijos, sobre los cuales se frotaba el instrumento que se quería pulir, o móviles. En los primeros tiempos no todos los instrumentos de piedra son pulidos. Sólo las hachas, las gubias, los cinceles, los rompecabezas y algunos otros pocos son pulidos. En Egipto sólo lo son
los cuchillos y los brazaletes, aunque debemos reconocer que, especialmente estos últimos, alcanzan allí una gran perfección. Es curioso señalar, además, que ninguna de las tres penínsulas europeas —España, Italia y Grecia— poseen hachas pulidas de sílex. Tampoco las hay en Africa del Norte, o son totalmente escasas. Además, cabe observar que en muchos lugares de Europa los instrumentos pulidos no lo son en su totalidad. Sólo presentan pulimento en la región correspondiente a su filo, tal como hemos visto al efectuar la revisión de los distintos tipos de hachas neolíticas europeas.
EVOLUCION DEL NEOLITICO EN EL N. DE EUROPA. En el período inicial el hombre vive en lo alto de las colinas de conchillas y valvas. (Kjoekkenmoeddings), que le sirven de alimentos; en el siguiente debió levantar viviendas con materiales perecibles; entonces usa hachas puntiagudas, 1 y 2. El 3 es el tiempo en que erige los dólmenes. En el 4 su instrumental se diversifica, apareciendo las puntas de flecha y de lanza y el hacha de puntas curvas. Es el tiempo de los sepulcros con corredor. El 5, donde hay también utensilios nuevos, es el de las sepulturas en cistas. Las figuras provienen de Montelius.
NUEVOS YACIMIENTOS DE SILEX También aparece, vinculado con la industria de la piedra, un hecho nuevo, demostrativo de hasta dónde ha aumentado la inventiva y el espíritu de empresa del hombre, que consiste en la ardorosa búsqueda, en el subsuelo, de los yacimientos de sílex, que ya comenzaban a agotarse en la superficie. Además, como lo hace notar muy justamente de Morgan, es muy posible que los artífices neolíticos hubiesen advertido ya que el sílex recién extraído de las capas de creta se talla con más facilidad que el que ha estado largo tiempo en contacto con la intemperie. La primera de esas "minas de sílex" fue hallada en Spiennes, cerca de la ciudad de Mons, por tres arqueólogos belgas, Briart, Cornet y Houzeau de Lehaye. Veinte años se tardó en encontrar la segunda, que fue señalada en Aveyron, por Boule y Cartailhac. Después aparecieron, sucesivamente, en otros departamentos franceses y en las regiones de Norfolk y Sussex, en
Inglaterra. No ha de creerse que estas excavaciones fuesen pequeñas. La osadía de los neolíticos los lleva, en Spiennes, a perforar un pozo de 0,60 a 0,80 mts. hasta una profundidad de 12 metros. Y no contentos con eso, a esa profundidad verificaron galerías irregulares de hasta 2 metros de altura y 2,50 de extensión. En el interior de esas galerías se han encontrado instrumentos de piedra enmangados, tales como picos, hachas y martillos, con los que se realizaron los trabajos de extracción, así como restos de madera calcinada que sirvieron para iluminar y calentar. Los materiales extraídos deben haber sido singularmente abundantes, como lo prueban los restos de núcleos y de astillas (subproductos de retoque), de los que el suelo estaba sembrado en una extensión de 25 hectáreas, alrededor de pozos. Podrá preguntarse por qué estos hallazgos de minas neolíticas no son más abundantes. La respuesta es obvia. El hombre moderno ha trabajado intensamente la superficie del suelo en todas partes de Europa, de tal suerte que estas obras neolíticas han desaparecido, en su casi totalidad, desde lejanos tiempos. En cambio, en Egipto, donde se han descubierto sobre terrenos desérticos que el hombre histórico no había tocado, minas de sílex idénticas a las de Francia e Inglaterra, esas obras neolíticas se muestran con la claridad de las cosas noalteradas por la inconsciente acción destructora del hombre moderno. Aunque lo deleznable del material empleado no haya permitido el mantenimiento de muy fuertes y frecuentes huellas, no hay duda de que los neolíticos trabajaron abundantemente la madera. Las habitaciones sobre pilotes, de que en seguida hablaremos, y las grandes canoas monoxilas de los últimos períodos, en la vecindad de la Edad de Hierro, muestran hasta qué punto este material ocupó un lugar preferente entre sus materias primas. Con él, además, enmangaron buena parte de sus armas y utensilios, adelanto éste de cuya importancia ya nos hemos ocupado.
VIVIENDAS NEOLITICAS El mismo enorme salto en otros aspectos de la vida, se opera en lo referente a la vivienda. El hombre paleolítico sólo había conocido el acurrucamiento al amparo del abrigo bajo roca o la instalación, algo menos precaria, de la vida en las cavernas. A estas dos maneras puede agregarse, todavía, la permanencia en lo alto de los montículos de conchillas de moluscos, en las regiones costeras. Esos "kjoekkenmoeddings" —para darles el nombre clásico con que se les conoce en Dinamarca— aparecen, con evidente signo de instalación humana, no sólo en los mares Báltico y del Norte, sino también en numerosos puntos de las costas europeas y africanas del Mediterráneo (sin contar, naturalmente, los casos en que el hecho se repite en Africa o en América). Sobre esos montículos, así como en algunas estaciones del interior de Europa, el hombre montaba sus abrigos vegetales que, en las épocas mesolíticas, alcanzaban a constituir, posiblemente, pequeñas agrupaciones de cabañas muy primitivas, a veces protegidas por una especie de empalizadas. La ubicación natural de las corrientes de agua marcaba, por lo común, el emplazamiento de estos núcleos iniciales de vida en común. Pero sólo con el alborear de los tiempos neolíticos estas instalaciones se acentúan y se precisan con sus características. Es así como aparece un pequeño tipo de habitación, baja, de madera, con un diámetro que no excede de los 2,50 mts. Cerca de estos grupos de chozas se instalaban los campos para el cultivo de los cereales y de otros productos necesarios para la alimentación vegetariana; a su vera, otros destinados a la crianza de los animales domésticos. Desde luego, pese a estas medidas, los neolíticos hacían gran consumo de caza y pesca, de suerte que los ríos y arroyos siguieron marcando el lugar de instalación de las poblaciones neolíticas, como lo habían hecho, por idénticas razones, en los
periodos precedentes. Algunas variantes locales se producen, sin embargo, en la forma y detalles constructivos de aquellas viviendas. En Francia eran circulares, pero en Alemania tenían forma rectangular. Schliz ha demostrado la existencia de habitaciones decoradas con pinturas geometrizantes, en la región de Wurtemberg. Dichas pinturas eran de diversos colores. Europa central (especialmente Hungría y Bohemia) y los Balcanes (en especial Rumania), han revelado la existencia de pueblecillos neolíticos, en los que se advierten interesantes variantes locales. Las empalizadas mesolíticas, de protección contra los enemigos, aumentan, se perfeccionan y propagan por toda Europa. Esto muestra el mantenimiento de luchas incesantes, de poblado contra poblado, que mantienen a todo el Continente en un estado muy alto de excitación guerrera, a pesar del avance y significado de las artes de la paz. Es muy posible que estas luchas entre grupos vecinos hayan provocado, a la larga, el desplazamiento de los menos fuertes hacia las regiones donde la naturaleza les ofrecía barreras naturales de protección. Así, algunos se habrán acantonado en las regiones montañosas; otros habrán buscado protección en la espesura de las selvas; algunos, por fin, la habrán encontrado en la región insalubre de los pantanos, al borde de los lagos o del mar. Apremiados, estos últimos, por sus enemigos, y no pudiendo traspasar la barrera humana que aquéllos les ofrecían, no les ha quedado otro recurso que formar poblaciones lacustres, internándose en la superficie semisólida del terreno todo lo que éste lo consintiera, para fijar allí sus viviendas precarias. Para lograr mantenerlas, han necesitado cortar con sus hachas de piedra los gruesos troncos de los árboles de las selvas vecinas, despojarlos de sus ramajes, alisarlos en cuanto fuera posible y transportarlos hasta la ribera pantanosa de los lagos, para convertirlos, finalmente, en pilotes de sustentación de sus moradas. De esta manera han ido penetrando, cada vez más, en la zona pantanosa, estableciendo allí una red de pequeños caminitos vegetales, que unían unas casas con otras y permitían seguir ganando terreno sobre las superficies pantanosas, hasta llegar a poder pescar desde el borde de sus casas. Todo esto ha implicado un esfuerzo enorme, primero de concepción y luego de realización, que los neolíticos han logrado y cuyo testimonio es suficiente para mostrarnos que esos hombres estaban ya, potencialmente, dotados de todas las condiciones de inteligencia y de voluntad que han llevado luego a sus descendientes, durante los siglos de la Historia, hasta el dominio del Universo. Sólo en Suiza, Heierli señala la presencia de más de doscientos centros de población construidos sobre palafitos. Otro gran núcleo lo constituyen los que estuvieron situados en las orillas de los lagos de los Alpes y del Jura. Pigorin muestra la importancia de los terramare de Italia del Norte. Un núcleo importante lo constituyen los que se instalaron en los lagos de Escocia y otro, acaso no menor, los que lo hicieron en los de Rusia. Conviene señalar, finalmente, que grandes poblaciones asiáticas, de una densidad extraordinaria, se concentran todavía en nuestros días en poblados de tipo palafítico: los pescadores chinos de la bahía de Singapur y sus colegas los de la Malasia, por ejemplo, no hacen hoy, en realidad, más que mantener la concepción neolítica de los palafitos. Naturalmente, la enorme población asiática actual, que obliga en muchos sitios a una elevación enorme de las cifras de la densidad, nos presenta, como con un vidrio de aumento, lo que eran las reducidas instalaciones neolíticas. Sin embargo, algunas veces éstas lograban cierta importancia y extensión. Si tomamos la instalación de los palafitos de Robenhausen, en el lago suizo de Pfaefikon, veremos que las casas se alzaban a casi dos kilómetros de la orilla, a la que se unían por medio de un larguísimo puente, y ocupaban una extensión de casi dos hectáreas. Tenemos, además, una inesperada nueva manera de conocer como eran las casas neolíticas. Es
su reproducción pequeña, realizada en cuidadas urnas funerarias de cerámica, que las imitan prolijamente hasta en sus detalles. La dúctil materia plástica empleada ha permitido mantener, hasta nuestros días, estas especies de involuntarias "maquettes". Tal ocurre, por ejemplo, con las urnas funerarias de Etruria y del Lacio. Al intentar construir esas pequeñas casitas de arcilla para sus muertos, aquellos neolíticos nos han legado documentos invalorables acerca de su arte de construir.
CERAMICA NEOLITICA No debe creerse que la cerámica de la Europa occidental y central haya logrado, en seguida la perfección en las proporciones y en el detalle figurativo que caracteriza a las ya recordadas urnas funerarias. Como todas las industrias —y particularmente aquellas que, cual la presente, carecían de antecedentes en el Paleolítico—, la cerámica ha atravesado por oscuros períodos iniciales. Como en muchas otras industrias, no puede hablarse, con propiedad estricta, de una cerámica neolítica, sino de las muchas cerámicas neolíticas que nacen en focos culturales aislados (recuérdese la fragmentación político-cultural característica del Neolítico). En todas partes, en efecto, sus comienzos nos muestran piezas irregulares, inarmónicas, del tipo de los platos playos, hechos de una pasta grosera, de grano grueso, y de cocción imperfecta que revela el uso de hornos de cocción muy primitivos, instalados al aire libre. La elección de la arcilla se verifica sin la requerida discriminación. La mayor parte de la usada está mezclada con areniscas y tierras ordinarias, que le restan plasticidad y cohesión. No es que la arena o los otros elementos incorporados a la arcilla se empleen como antiplásticos, tal como lo hacen los alfareros indígenas modernos. La mezcla se verifica en forma totalmente irregular, fuera de las debidas proporciones, lo que tiende a dar la impresión clara de una utilización no intencional. Otro motivo hay para que los vasos resulten mal hechos: la pasta está apenas amasada, lo que también contribuye, en fuerte grado, a que carezca de plasticidad. La cocción resulta, asimismo, defectuosa, como lo revela el examen en el interior de cualquier fragmento. El color marrón de las capas interior y exterior de la pared del vaso no se mantiene en la zona media. Esta se revela con una coloración grisácea, denunciadora de que la cocción no se ha completado. El calor, mal dirigido o administrado, no ha llegado a penetrar en forma homogénea todo el espesor de la pasta. De ahí que sólo haya cocido realmente las partes superficiales, sin ejercer sus efectos sobre el interior. El vaso presenta, pues, una cocción sólo aparente, que conspira contra su solidez y durabilidad. Dos son los elementos principales para juzgar de la perfección alcanzada por un arte cerámico determinado: la variabilidad y riqueza de las formas y la del decorado. Ambas manifestaciones corren una evolución habitualmente sincrónica, en la mayoría de los focos culturales neolíticos, aunque —en algunos casos— una de estas manifestaciones pueda estancarse por algún tiempo mientras la otra continúa enriqueciéndose y diversificándose. Con respecto a la primera puede notarse, con el andar del tiempo, una creciente complicación, así como una tendencia general a un mayor equilibrio y elegancia.
De las manifestaciones fundamentales antes citadas —la forma y la decoración—, la primera es la que primero aparece. Es lógico que así sea. El continente debe preceder siempre al contenido. Toda una serie de vasos groseros, cuya calidad de meros recipientes es notoria, aparecen antes de que las más simples decoraciones sean agregadas. Estas llegan durante el Campigniano. Son meras incisiones o entalladuras, irregulares, hechas sobre arcilla fresca, antes de la cocción. Luego aparecen decoraciones constituidas por una o varias series de puntos, sobresalientes en la
superficie exterior del vaso, y, preferentemente, en la región inmediata a su borde. Estos punteados se obtienen con bolitas de arcilla fresca, que se adhieren por presión antes de someter la pieza a la acción del fuego. Gradualmente, este tipo de decoración va invadiendo casi todo el cuerpo del vaso. Otra etapa decorativa está constituida por la que se obtiene con la huella dejada sobre la arcilla fresca por una cuerda enrollada alrededor del cuerpo de la pieza. Y otra, por las huellas, igualmente logradas con una cinta. Ya desde el año 1900, Gotze y Reinecke, casi al mismo tiempo, intentaron la presentación de una sistemática de la cerámica neolítica de la Europa central, buscando el señalamiento de los tipos principales y su cronología. Como consecuencia de estos estudios, los especialistas alemanes se dividieron en dos grandes grupos: los que, encabezados por Gotze, Schliz y Hoernes, afirmaban la mayor antigüedad de la cerámica encordada (schnurkeramik, o céramique cordée), y los que, dirigidos por Schumacher, Konen y Kohl, en Alemania, Heierli en Suiza, y Butchela en Bohemia, proclamaban como más antigua a la cerámica encintada (bandkeramik, o céramique rubanée). Estas disputas cronológicas ocurrieron, aunque sin el rigor metodológico alemán, en otros países. Finalmente, los dibujos de tipo geométrico —triángulos unidos por su base, formando guardas; rombos, ajedrezados, mallas, volutas, grecas— son igualmente producidos sobre la superficie externa de los vasos, por medio del ya conocido sistema de las bolitas de arcilla aplastadas. No ha de creerse, sin embargo, que las discusiones respecto de la antigüedad relativa de cada uno de estos tipos decorativos hayan cesado completamente. Por el contrario, de tanto en tanto, otro clasificador plantea un nuevo problema y provoca la reapertura de la cuestión. Pero, todavía son de estricta aplicación las palabras de Reinecke, de fines del siglo pasado: "Para decir verdad, la cronología del Neolítico no puede establecerse a la ligera, y según una sola fouille, en que los tipos pueden estar mezclados y en que no es fácil determinar la sucesión cronológica de los diversos depósitos. La tipología, por otra parte, es impotente para suplir estas indicaciones precisas. Es necesario, pues, estudiar en su conjunto el material neolítico. Los tipos de sepultura son un elemento de cronología completamente insuficiente". Todavía hoy pueden repetirse con provecho esas palabras sabias. Y la multiplicidad de las manifestaciones culturales del neolítico europeo no ha hecho, en este casi medio siglo de investigaciones arqueológicas, más que ratificar la extrema variabilidad de la presentación local de todos sus diversos problemas. Agreguemos, finalmente, que el proceso de incisiones, como técnica decorativa, es, sin embargo, en toda Europa, más antiguo que cualesquiera de las otras maneras conocidas. Este hecho permite apreciar, también, uno de los motivos que asegura su dominación, en muchas regiones, sobre todas las otras técnicas que hemos reseñado. Más aun, en algunos países, como los escandinavos, alcanza un relieve artístico realmente extraordinario. Sin embargo, frente a las artes manuales, finas y elaboradas, de Egipto, el Asia Menor y algunas de las grandes islas del Mediterráneo oriental, que ya comienzan a mostrarse como grandes centros culturales del futuro, las artes europeas causan la impresión de algo rudimentario y naciente. Será necesario esperar el advenimiento de la Edad de Bronce con los contactos orientales-europeos que ella crea, para que esas industrias nacientes, al contacto de las más desenvueltas, adquieran un nuevo impulso de renovación y de progreso.
CULTO A LOS MUERTOS Hemos visto precedentemente, y lo ampliamos en el Curso de Arqueología, cómo el hombre del Paleolítico —aunque de Mortillet lo niega tercamente— enterraba a sus muertos, dotándolos de verdaderas sepulturas, acompañados de ajuar funerario primitivo y tiñendo, a veces, sus huesos de rojo. El hombre del Neolítico retoma este culto a los muertos, creando muy diversos tipos de
sepulturas. En ello, como en todo lo demás, confirma el carácter local de su cultura. Por lo pronto, emplea el simple hoyo de tierra. Esta simplicidad extrema parece no estar de acuerdo con su adelanto en otras manifestaciones culturales. Quizá por ello, esta tumba tan fácil de realizar es relativamente poco empleada en la Europa occidental, siendo en Alemania más frecuente que en Francia. Sin embargo, en este último país, en el departamento del Marne se han hallado sepulturas de este tipo en las cuales los cuerpos eran enterrados replegando las extremidades sobre el tronco, un poco a la manera paleolítica, pero orientando de Norte a Sur los pequeños hoyos verificados en la tierra.
SEPULTURA NEOLITICA EGIPCIA. La ilustración nos presenta el tipo de tumba en la cual el extinto era depositado en posición encogida con brazos y piernas replegados, y rodeado de sus pertenencias, entre las que se destacan cántaros y ánforas para las provisiones. Esta tumba fue hallada en la Necrópolis de El Amrah, cerca de Abydos (Egipto).
Tumbas similares han sido señaladas en el valle del Nilo por Joly, desde 1888. También continuaron manteniéndose las sepulturas en grutas. Y donde no las había, se construyeron abrigos artificiales. El barón de Baye los ha estudiado en el departamento francés que acabamos de citar. En algunos casos el hombre neolítico ha llegado a construir verdaderos hipogeos, abiertos en los yacimientos de tiza —que no deben ser confundidos con las "minas de sílex", de que antes se habló. Estas construcciones comprendían una o dos cámaras, en las que se depositaban los cadáveres y su ajuar funerario. Tanto las grutas naturales como estas intencionalmente practicadas por el hombre eran luego cerradas con lajas de piedra o gruesos maderos. A veces los enterramientos eran numerosos, agrupados regularmente por camadas, unos encima de otros, en dos hileras, dejando entre ellos una especie de pasadizo practicable. Ciertas características de algunas de estas grutas artificiales han permitido a Cartailhac suponer que fueron también utilizadas como capillas funerarias para ciertos cultos mágico-religiosos. Otras, en su opinión, debieron servir como lugar de sepultura para jefes o personajes de categoría superior. Algunos autores, como de Mortillet, han supuesto que los dólmenes —cuya área de extensión cubre Escandinavia, Inglaterra, Bélgica, Francia, Portugal, España, Suiza, Italia, Hungría y los Balcanes, en Europa; toda la costa norte lindando con el Mediterráneo, en el Africa; la Siria y el Asia Menor, el Afganistán, el Beluquistán, la India, Corea y el Japón, en Asia— pertenecían al período Neolítico. Pero estudios más modernos han demostrado por el reiterado hallazgo de rastros metálicos, que pertenecen a épocas posteriores. Dejemos, pues, este problema para la oportunidad que realmente le cuadre. En cambio, debemos señalar, como nuevo ejemplo de la diversidad de las maneras culturales del Neolítico, que si bien en algunas regiones europeas todas las tumbas neolíticas demuestran la costumbre de la inhumación, como por ejemplo en Suecia, Noruega y Dinamarca, otros lugares de Europa nos advierten del uso de la incineración: por ejemplo, Francia, Turingia y Prusia occidental. Sin duda los procedimientos de destrucción o preservación del cuerpo humano después de la muerte estaban en estrecha relación con ideas acerca de un más allá; nada conocemos de éstas en forma tal que nos sirva para hacer una interpretación adecuada. Señalemos, de paso, que ni en Inglaterra, ni en Italia, ni en Suiza, se han encontrado huellas de
incineración. Las sepulturas en dos tiempos (es decir, con descarnamiento previo de los huesos y entierro final de éstos) se han practicado desde el Paleolítico. En el Neolítico parecen haber continuado en uso en distintas regiones de Europa, con un área de distribución muy amplia, que comprende desde Inglaterra a Rusia. En cambio, es propio del período Neolítico el practicar la trepanación de los cráneos. Esta operación —que ignoramos si se verificaba in vivo o post mortem—, se nos revela por los hallazgos de los cráneos de los sujetos que la han sufrido, hallados en tumbas correspondientes a este período. Algunos autores han interpretado esta costumbre como destinada no a intentar la curación de enfermedades sino a procurar los pequeños trozos circulares del casquete craneano —llamado comúnmente "calota", en Antropología— para emplearlos como fetiches o amuletos. Algunos de estos pequeños fragmentos han sido encontrados. Se los había provisto de agujeros de suspensión, para unirlos a collares. Más aun, en el yacimiento de Stradonitz, en Bohemia, se ha encontrado un fragmento de calota decorado con dibujos geométricos incisos, semejantes a los trabajos que realizan aún los habitantes de algunas islas de la Oceanía. Desgraciadamente, sólo los ritos funerarios nos aportan débiles atisbos de lo que debieron ser las religiones y las preocupaciones ultraterrenas de los hombres del Neolítico. Todo cuanto se ha escrito sobre el particular, que no es poco, es el resultado de inferencias, más o menos lógicas o más o menos ingeniosas, deducidas de los restos materiales que aquellos lejanos hombres nos han dejado. Estas dificultades se han hecho aun más intensas por el fracaso a que han conducido todos los intentos de reconocer la existencia de un valor alfabético a las inscripciones figurativas neolíticas, que no son, posiblemente, sino expresiones puramente artísticas o, a lo más, mnemónicas. El último y más rotundo de esos fracasos es el producido a raíz del hallazgo del supuesto "alfabeto neolítico" de Glozel. Este hallazgo espectacular fue logrado en Francia por Morlet y Fradin, quienes lo comunicaron a la Academia de Inscripciones, de París, a la Sociedad de Antropología y a otros centros de cultura, sin merecer más que una desdeñosa o irritada atención. La cosa no hubiera pasado, quizás, a mayores, si Salomón Reinach y el Mercure de France no hubiesen apoyado a los autores nombrados, quienes eran, antes de este affaire, casi totalmente desconocidos. El ruido que las publicaciones del Mercure provocaron, así como la intensa agitación polémica que Reinach desplegó, sirvieron para hacer popular este asunto, sacándolo del medio estrictamente científico en que debió haberse desenvuelto. Pronto llegó hasta las revistas de music-hall y los diarios vespertinos y populares del boulevard. Morlet y Fradin presentaban guijarros con incisiones variadas, cuya disposición recordaba la de los signos de la escritura cuneiforme, y que decían recogidos del subsuelo de Glozel. Llegaron a mostrar hasta noventa y tres signos diferentes (lo que, ya de por sí, hubiese demostrado que no eran alfabetiformes) afirmando que eran encontrados en terrenos netamente neolíticos. A pesar del apasionamiento defensivo de Reinach y de la buena voluntad de otros autores que le seguían —en parte por su prestigio y en parte por su posición oficial de director del Museo de Saint-Germain—, investigaciones posteriores de laboratorio, basadas en observaciones microscópicas, demostraron que los galets de Glozel no eran otra cosa que falsificaciones modernas en las que el microscopio revelaba, implacablemente, las partículas de materia fresca invisibles al ojo humano. Así fracasó la última y más espectacular tentativa de "inventarnos" un alfabeto neolítico.
El descubrimiento de los metales
LA EDAD DEL BRONCE La suma de datos que poseemos acerca de las épocas de los metales, nos permiten asegurar que el hombre los fue conociendo paulatinamente, de una manera empírica, sin la idea previa de su utilización industrial. Esta advino finalmente como consecuencia del conocimiento de las virtudes propias del nuevo material —dureza, ductilidad, elasticidad, maleabilidad, color brillante, etcétera—, en las que el hombre neolítico no había parado, inicialmente, su atención. Como un "salvaje" actual, o como un niño, el hombre primitivo apreció en los metales primero sus condiciones exteriores de brillo y belleza colorista, antes que las virtudes que el empleo mismo le permitió, más tarde, descubrir. De esta suerte, es muy probable que el oro haya sido el metal distinguido o apreciado inicialmente por el hombre. Desde luego, este aprecio nada ha tenido que ver con la estimación crematística de los tiempos modernos. El hombre primitivo ha empleado, en todas partes, el oro en función de su belleza, para realzar su tocado personal, y de ninguna manera para asignarle una función económica de común denominador de los otros valores. Así, por ejemplo, para no citar más que un caso que nos es bien conocido, los indígenas americanos sólo vieron en él un material de ornato. Todos los cronistas concuerdan en aseverar el asombro de los peruanos, contemporáneos de Atahualpa, ante la codicia de los españoles por aquel metal. El caso podría repetirse, con iguales testimonios fidedignos, para varias de las otras culturas andinas americanas que conocieron y emplearon profusamente el oro fundándose en sus propiedades estéticas.
EL METAL Y SUS DIFICULTADES TECNICAS Ese metal, tenía el grave inconveniente de no aparecer sino en escasa cantidad y en unidades excesivamente pequeñas. Las pepitas, arrancadas del seno de la tierra, o las partículas auríferas extraídas de las arenas de los ríos gracias al lavado, resultaban, habitualmente, de un tamaño demasiado reducido para poder trabajar con ellas un instrumento determinado. Los objetos resultantes debían de ser, forzosamente, muy pequeños en la época inicial de su empleo. Además, esos fragmentos originales de oro nativo, por su misma pequeñez, y pese a las condiciones de fácil trabajo en caliente, que luego el hombre primitivo descubriría, eran excesivamente reducidos para ser empleados en la técnica de trabajo en frío, que fue, sin duda, la etapa inicial del empleo de los metales. Estas mismas consideraciones debieron haberse suscitado cuando el hombre comenzó a interesarse por el cobre. En efecto, éste aparece, por lo general, en muy reducidas vetas, en estado de pureza. Además, poseía una blandura excesiva. Por ello su empleo sin adiciones extrañas es muy poco frecuente. Felizmente para él, el hombre primitivo aprendió desde temprano que el cobre podía ganar grandemente para los fines de su empleo industrial con la unión de otro metal que le aumentara su poca dureza originaria. Ese metal era el estaño. Las primeras adiciones de estaño al cobre fueron verificadas, posiblemente, de una manera harto casual.
ALBORES DE TECNICISMO La comprobación del endurecimiento de los objetos trabajados con esa mezcla determinó su utilización voluntaria. De allí nació la aleación habitual de ambos metales, realizada en casi todas las culturas metalúrgicas con un criterio puramente empírico. Ello se revela por el examen de series algo nutridas de objetos del mismo tipo. Ese examen permite, por lo general, comprobar que la agregación del estaño al cobre se efectúa en proporciones que oscilan grandemente. No hay un criterio fijo para cada tipo de objetos realizados. Hasta en un mismo yacimiento suelen encontrarse objetos del mismo tipo en los
cuales el ensayo del metal revela muy diversas proporciones de estaño. Sin embargo, todas ellas llegan hasta un cierto límite, generalmente no mayor de la cuarta parte. Hay una espléndida razón para eso, que ha sido comprobada por nuestras modernas nociones acerca de la composición y propiedades de los metales. Si a una porción dada de cobre se le agregan partes de estaño, la mezcla aumentará su dureza hasta llegar a un límite extremo, dado por la unión de dos partes de cobre con una de estaño. La combinación resultante adquiere una dureza tal, que ya no puede ser trabajada por los métodos habituales. Requiere serlo por la lima metálica, con una penosa y lenta acción de desgaste. Vale decir, que se torna muy dura; lo que permite suponer que no pudo ser empleada en trabajos metalúrgicos primitivos, y que de haber llegado a serlo, hubiera requerido una labor ardua y demasiado prolongada, sin ventajas apreciables. Y si, por hipótesis, se siguiera aumentando la proporción de estaño, a expensas de la del cobre, la dureza de la mezcla se resentiría en relación con aquel aumento. El metal fundido resultante se romperla en pedazos fácilmente. Estas reglas primarias han sido, sin duda, rápidamente conocidas por los confeccionadores de la metalurgia de la Edad del Bronce. Ello les ha permitido ir evolucionando hasta graduar con bastante exactitud, al menos en las mejores manifestaciones de esta industria, las cantidades de cobre y estaño requeridas para conceder a cada objeto la dureza que mejor convenía para los fines a que se le destinaba. De esta manera aparece, por unión de ambos metales, el bronce, material compuesto que reúne condiciones ideales para su empleo en la fabricación del ajuar instrumental. Además, su color amarillo brillante —que le aproxima al espléndido fulgor del oro—, la facilidad de llenar de una manera más perfecta que el cobre nativo todos los intersticios del molde de piedra, y otras ventajas, en parte ya recordadas, le transforman en el elemento sobre el cual ha de reposar una industria —y aun un arte— tan importante como para que todo el tiempo en que se usa predominantemente sea bautizado con su nombre. Las ventajas recién recordadas de colmar muy perfectamente todos los lugares del molde permiten obtener, una vez enfriado el metal depositado en él, piezas de una superficie mucho más tersa y unida. Esta falta de granulaciones externas, que no tiene nunca el cobre puro, da una terminación mucho más fina y pulida a los objetos de bronce. Además, permite diseñar directamente sobre el molde de piedra decorados en bajo o alto relieve, cuyas líneas resaltarán luego fielmente en el objeto, por la susodicha propiedad del metal en fusión de llenar todos los resquicios del molde. Esta condición permite decorar las piezas, no ya por el lento y difícil trabajo, empleado anteriormente (es decir, tallando las figuras decorativas sobre la pieza metálica concluida), sino por un procedimiento técnico mucho más breve y seguro, ya que la fidelidad de la decoración es absoluta. Ello, en cambio, conspira un poco contra la originalidad artística. Antes cada pieza recibe una decoración única, pues aunque el artista quiera repetir el motivo, ocurre —lo que es propio en todo arte manual— que imprimirá leves variantes de confección o de diseño en cada caso particular. Ahora, en cambio, el molde de piedra permitirá la repetición, sin variantes, de un únicodiseño efectuado en el molde. Sin embargo, no debe inferirse de ello (como podríamos estar tentados de hacerlo si nos dejáramos llevar por nuestros hábitos comerciales modernos) que se repitan "en serie" los objetos decorados. Las condiciones de vida en pequeñas comunidades eran tales que, pese al empleo reiterado de los moldes, los objetos no se repetían hasta la saciedad, como sucede en nuestros días. El empleo del bronce, por la natural dureza resultante de su mezcla, permite aliviar considerablemente, también, las etapas de la fabricación. Con el cobre solo es necesario forjar y endurecer la lámina metálica por medio del martillo. Esto supone un trabajo lento y de gran esfuerzo muscular, y aun así no alcanza nunca a proveer al instrumento del grado de dureza natural que obtiene el bronce. Modernamente existen diversos procedimientos químicos de
endurecimiento del cobre. Pero esos procedimientos eran totalmente desconocidos por las culturas metalúrgicas de la antigüedad. En cambio, se sabía, sí, endurecer aun más el bronce por la reiteración de las fundiciones, o por el agregado, en la mezcla nueva, de escorias (restos de antiguos instrumentos de bronce). Esto es justamente lo contrario de lo que ocurre con el cobre puro, al cual las refundiciones repetidas le aumentan la elasticidad pero no la dureza.
BRONCES ORNAMENTALES. Empuñadura de espada —con su pomo redondo, visto desde arriba, en la parte superior— que muestra las típicas decoraciones geometrizantes de la Edad de Bronce.
EL DESCUBRIMIENTO DEL HIERRO La última etapa en el descubrimiento de los metales corresponde al conocimiento del hierro. Sólo en algunas culturas especialmente avanzadas en el campo de la metalurgia, el hombre primitivo se adelanta rápidamente hasta el empleo industrial del hierro. Por lo general, las excelencias del bronce, recién recordadas, le permiten no intentar la utilización de nuevos materiales. Y esas culturas se estacionan, largamente, en la Edad del Bronce. Por ello, en la mayor parte de los casos, la aparición del empleo del hierro coincide, casi, con la entrada en los tiempos históricos. Con el hierro, pues, el hombre abandona la Prehistoria para penetrar, con paso resuelto, en la Historia. Es curioso señalar esta circunstancia de la tardía aparición del hierro, porque —contrariamente con lo que ocurre con el oro y el cobre, tan esquivos en estado de pureza—el hierro suele encontrarse en grandes cantidades en los terrenos asiáticos y europeos, sobre los cuales estaban ya asentadas civilizaciones metalúrgicas importantes. Es un metal simple, pero que generalmente no se halla, tampoco, como los precedentes, en estado de ser directamente utilizado. Generalmente sus vetas lo presentan mezclado con otros minerales o envuelto en gangas de las cuales es difícil desprenderlo. El hombre de la Edad del Bronce lo ignoraba. De ahí que tanto por la satisfacción que obtenía de los materiales que ya sabía emplear, cuanto por las dificultades inherentes a una extracción difícil, cuyo secreto aún no había penetrado, el empleo del hierro fue retardándose, en la mayor parte de los casos, hasta tiempos muy próximos a nosotros. Además —como lo ha hecho notar con mucha propiedad Hoernes—, había otra razón, de orden técnico, para dilatar ese empleo. Esa razón es la siguiente: todas las culturas metalúrgicas de la antigüedad reposaban, hasta entonces, en el arte de la fundición, en tanto que el hierro requería para su empleo una técnica absolutamente distinta y nueva, la de la forja. Cierto es que el procedimiento de la forja en frío había sido ya empleado en la época inicial de la industria metalúrgica (como lo hemos dejado consignado al comenzar a tratar este punto). Pero muchas generaciones habían pasado, y desaparecido desde entonces, y el secreto de este procedimiento técnico se había, posiblemente, perdido bajo el auge de una era de fundición. Además, la forja del hierro, por su elevadísimo grado de dureza (que dejaba tan atrás a la del bronce), era difícil y costosa de aprender. De suerte que fue implantándose poco a poco y sólo gracias a la inapreciable ventaja del instrumental de hierro sobre el anteriormente usado. Aun así, el bronce permaneció como un metal aristocrático, con el cual se confeccionaban las armas, instrumentos, ornamentos y preseas de las gentes de pro, en tanto que el hierro fue considerado
como un metal vulgar, apto más bien para ser empleado por las gentes del común. Estas consideraciones no son meras inferencias antojadizas. En numerosísimos trabajos, los arqueólogos han podido señalar, en un mismo yacimiento, la existencia de materiales de bronce y de hierro. En la inmensa mayoría de los casos, el instrumental de bronce está siempre vinculado con los jefes, sacerdotes o dirigentes, en tanto que el de hierro pertenece a los meros soldados o labriegos. Estas atribuciones pueden determinarse con facilidad, especialmente por el ajuar funerario depositado en las tumbas. La riqueza de los elementos cerámicos, del vestuario y de muchas otras manifestaciones de la vida, corroboran decididamente aquella interpretación.
VASO NORDICO DE BRONCE. Ejemplar típico de las piezas de ese metal, con decoración geometrizante, que se usaron en las regiones del Norte de Europa. Procede de Dinamarca.
TRANSICION ENTRE LA EDAD DEL BRONCE Y LA DEL HIERRO Hoernes ha señalado también, con el adecuado empleo de las fuentes literarias, el momento de transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Esos mismos textos ratifican, también, que el bronce era instrumental "prescrito por el rito o recomendado por la piedad". Es decir, que se emplea, de manera casi exclusiva, para usos sacerdotales o por la clase sacerdotal. Este dato bastaría para reconocer la jerarquía aristocratizante que anteriormente se le atribuye. El autor recién citado recuerda que "en los cuatro primeros libros de Moisés, el bronce es citado ochenta y tres veces y el hierro tan sólo cuatro; en la Macla, doscientas setenta veces aquél y veintitrés éste; en la Odisea, ochenta y cuatro y veintinueve veces, respectivamente. La magnificencia regia y un estilo artístico como el crético-micénico se acomodan al bronce; una vida como la de las tribus helénicas en la época del estilo geométrico, al hierro". Como había ocurrido durante el Paleolítico con el comercio del sílex, el trueque o comercio de los elementos de la metalurgia alcanzó, durante las edades del Bronce y del Hierro, una enorme difusión y desenvolvimiento. Estas manifestaciones del comercio, si bien por un lado permiten establecer las áreas de difusión de ciertos tipos de instrumental o de ciertas modalidades técnicas en el trabajo de los metales, por otro crean, a veces, alguna confusión respecto de los centros de difusión de aquella industria y del arte que la acompaña. La complejidad creciente de la vida de relación del hombre, el establecimiento cada vez mayor de sus agrupaciones urbanas, crea un panorama de una complicación más elevada. No en balde el hombre va a abandonar definitivamente la Prehistoria para penetrar pujantemente en los tiempos históricos.
DECORACIONES EN BRONCE. Entre los elementos decorados de la Edad del Bronce, las sítulas ocupan un lugar preferente por su riqueza ornamental. Aquí vemos, desplegado, el triple friso circular de una de estas piezas, procedente de Watsch. Obsérvese la cantidad de información que arroja acerca de la cultura de la época, trajes, ornamentos, instrumental, fauna, ceremonias. El caballo aparece totalmente domesticado, tanto para la equitación como para tiro.
DONDE SE ORIGINO EL USO DE LOS METALES J. de Morgan nos ha ofrecido un mapa en el cual establece los lugares geográficos en donde aparecen yacimientos naturales de mineral de cobre. Ellos se concentran en determinadas zonas, pero su área de distribución es universal. Los cinco continentes poseen ese metal en proporción variable. De ahí que en todos ellos hayan florecido culturas que lo emplean. Sin embargo, cabe distinguir entre las regiones en las cuales se supone (basándose en pruebas arqueológicas) que han podido nacer la industria y el arte de los metales, y aquellas en las cuales esas nociones han llegado más tardíamente por obra de su difusión. De Morgan desecha, de entrada, a todo el continente americano, como lugar de origen de los conocimientos metalúrgicos. A renglón seguido, elimina a Suecia, Noruega, Dinamarca, Inglaterra, Francia, España, y a toda la Europa central. Igualmente lo hace con el norte del Africa, en la región productora de aquel mineral (que es la actualmente correspondiente a Marruecos, Túnez y Argel). Quedan, pues, las islas Egeas, el Egipto y el Asia Menor. No cree que el cobre pueda haber sido originariamente trabajado en la Caldea. Por su parte, el Egipto, cuna de una vieja civilización (y que por esta causa podría ser supuesto, apriorísticamente, como lugar de origen), no posee minas de cobre, de donde resulta la imposibilidad material para el desarrollo de una gran industria primitiva. Lepsius, que confundió los bancos naturales de mineral de manganeso con supuestas escorias de cobre, es el autor de la fábula de la invención del empleo del cobre por los egipcios. En Wadi Maghara existen vestigios insignificantes de minerales carbonatados, pero en tal pequeñez, que desautoriza toda posibilidad de existencia de una industria desenvuelta. Sin embargo, debe hacerse notar que la situación inversa no es, tampoco, de por sí, prueba suficiente de la existencia originaria de una gran industria a base del cobre. La Península Ibérica es, sin duda, en Europa, el centro de concentración más importante de los yacimientos de cobre. Y, a pesar de ello, no ha existido allí tal industria sino tardíamente. Lo mismo ocurre, en el Asia, con las mesetas de Altai y de Pamir, donde encontramos, nuevamente, una gran acumulación natural de mineral de cobre, asociada a una tardía aparición de su industria. Han faltado, sin duda, en tales lugares (y en otros), las condiciones de necesidad y de inventiva humana que han determinado, en alguna otra parte, la aparición de tal descubrimiento. Poco es lo que sabemos respecto de la época en que aparece este metal en otro centro de una gran civilización antigua: la China. Sin embargo, por lo poco que hoy conocemos de aquel dilatado territorio, no ha sido allí, ni en el Japón, ni en los territorios interiores del Irán, la Transcaucasia y la Armenia, en donde aquella manifestación cultural ha florecido por primera vez. El conjunto de las nociones arqueológicas asiáticas que la Edad del Bronce nos ofrece, permite suponer que ello haya ocurrido por primera vez en el Asia occidental y que, por vía de la Caldea, haya llegado a las costas de Fenicia, a las islas Egeas y al Egipto, cuna —todas ellas— de vastos centros culturales de la Antigüedad clásica.
COBRE PURO, Y COBRE Y ESTAÑO Ya hemos visto cómo, desde lejanas épocas, el hombre primitivo experimentó la necesidad de alear el cobre con el estaño. Algunos autores suponen que hasta llegó a tentar la inclusión de otros elementos —arsénico, antimonio o cinc—para lograr las modificaciones del estado molecular del cobre, indispensables para adquirir dureza. Ello se basa en el hallazgo de piezas arqueológicas que contienen los minerales citados, en vez de estaño. En Hungría, por ejemplo, se han hallado hachas de cobre que contienen hasta un 18 % del primero. Desgraciadamente, la visible impureza de los metales con que están construidas tales clases de instrumentos hace muy difícil determinar si la presencia de esos minerales subsidiarios es debida o noa una
incorporación voluntaria practicada por el artífice. Es en este punto, precisamente, donde se dividen las opiniones de los técnicos. No queda, pues, más seguridad que la relativa al estaño. Pero, si las minas de cobre puro (o nativo) son raras, también es sumamente raro, y aun mucho más raro que el del cobre, el hallazgo de las minas de estaño. Habitualmente no se le encuentra más que en un muy pequeño número de regiones, donde se presenta en filones, bajo las formas de cristalitos incrustados en el núcleo de las rocas cristalinas. De ahí el nombre de granulitos, con que se le conoce. Esta situación puede ser alterada por la destrucción de aquellos núcleos de rocas cristalinas que lo contienen. En tal caso, ya sea por la denudación del terreno, producida por las lluvias o los vientos, ya por conmociones del terreno, que movilizan y hacen aflorar las capas profundas, aquellos núcleos se rompen y dispersan, siendo transportados, como material aluvional, a regiones cercanas. Generalmente estos desprendimientos ruedan por las pendientes de las montañas como material de relleno de las depresiones y de los valles. La disgregación de las rocas cristalinas se acentúa y el mineral de estaño es conservado en el estado de areniscas minerales. Precipitaciones pluviales o el lavado de esas areniscas por obra de cualquier corriente superficial de agua, son suficientes para extraer de dichas areniscas el óxido de estaño (o casiterita). Este desprendimiento se produce con gran facilidad por la intensa diferencia de densidad entre aquel óxido y las areniscas que lo contienen. Es inútil tratar de encontrar estaño nativo, o absolutamente puro. Siempre se le halla al estado de óxido. Esta oxidación -fácil es una de sus principales características. De ahí que los metalúrgicos primitivos tuviesen necesidad de fundir la casiterita para obtener el estaño puro. Es muy posible, además, que el hombre primitivo advirtiera, desde casi el comienzo de la Edad del Bronce, las ventajas de lavar las areniscas portadorasdel estaño, produciendo a voluntad el fenómeno de disgregación de la casiterita, sin esperar la acción de la naturaleza. Estas especiales condiciones en que el estaño aparece, revisten particular importancia, pues permiten —asociando estos hechos con las regiones también productoras del cobre— ir eliminando zonas geográficas, en busca de aquella donde apareció por vez primera el empleo del bronce. España, algunas regiones de Francia (como la Bretaña), Inglaterra y Finlandia son en Europa las zonas de producción del estaño. Pero, en todas ellas, la aparición tardía del bronce impide que se las pueda tener por su lugar de origen. En Africa, estas regiones están situadas demasiado al Sur (en el cabo de Buena Esperanza y la isla de Madagascar), de manera que no es posible sospechar que pueda haber sido ninguno de éstos su centro de difusión. En el Asia, Persia y Armenia los poseen, pero los da tos —sobre ser dudosos— nos impiden establecer si su conocimiento existió en las épocas primitivas. Sólo quedan, en el continente asiático, las regiones de China, la India y la península indo-malaya. Es conveniente señalar, todavía, que la explotación primitiva del estaño, por el lavado de las areniscas y el empleo de los hornos bajos, prosigue allí en nuestros días, con procedimientos de una rusticidad sugestiva, indicadora de una gran antigüedad en el mantenimiento de tales técnicas. Es, por lo tanto y según el estado actual de nuestros conocimientos en la materia, de las tres regiones antes mencionadas —o de alguna de ellas— de donde debió partir la industria del bronce que luego se extendió triunfalmente por el resto del continente asiático, Europa y alguna parte del Africa del Norte.
PARA LA BELLEZA Y ASEO PERSONAL. Estos instrumentos destinados al tocado, muestran ya un avanzado estado de cultura y una indiscutible preocupación por la atención de ciertos detalles. Destinados a las mujeres, estas limas para uñas, retocadores y removedores de la cutícula, etc., están cuidadosamente decorados. El grupo de arriba, a la izquierda, proviene de
un yacimiento francés; los otros de tres distintos yacimientos italianos.
LA EDAD DEL HIERRO Sería inútil querer buscar una fecha que permita señalar el momento preciso en que se opera el paso de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro. Hemos visto la multiplicidad de las culturas del bronce y cómo ellas se producen, en fechas distintas, aun para regiones muy cercanas las unas de las otras. Evoluciones locales, en unos casos, migraciones de pueblos poseedores de los secretos de esa técnica, en otros, dan como resultado ese cuadro movido y a veces casi imprevisible de las culturas del bronce. Cosa análoga ocurre al hacer su aparición el descubrimiento del empleo del hierro. Los hombres de los finales de la Edad del Bronce habitan, preferentemente, túmulos o entierran en ellos a sus muertos. En uno u otro caso, los excavadores modernos llegan a encontrar en los yacimientos la tímida aparición de objetos del nuevo metal íntimamente ligados al antiguo ajuar de bronce. Las características propias de este material le asignaban, desde luego, un empleo preferente en relación a las armas. Un buen repertorio de ellas aparece, efectivamente, desde esas lejanas épocas. Se trata de espadas (que pueden ser largas o cortas), puñales, lanzas, arcos y flechas. Estos objetos, originariamente muy simples, se van diversificando con el tiempo, cuando la inventiva local se ha desarrollado suficientemente. Así aparecen puñales cuyo puño está provisto de antenas y de un pomo cónico muy típico. La rareza del nuevo material empleado comunica a estas armas un gran valor. De ahí que no se la emplee habitualmente para jabalinas u otras armas arrojadizas. Se usa tan sólo para aquellas que no deben abandonar la mano de su dueño. En cuanto a las formas (y salvo las pequeñas modificaciones posteriores que ya hemos empezado a apuntar), repiten preferentemente las de los objetos anteriormente hechos de bronce. Pasa con ello algo parecido a lo que ocurrió durante el período de transición de la piedra pulida al empleo del bronce mismo, en el cual las hachas y otros objetos del nuevo material metálico no hacían sino calcar los viejos tipos líticos. Hemos visto que en la cuenca del Mediterráneo es donde ha llegado a más alto esplendor la Edad del Bronce. No es extraño pues, que las piezas de hierro copien a las del período anterior procedentes de cualquiera de las culturas mediterráneas y, preferentemente, a las de la Europa meridional, cuyos modelos están más a la mano y son más abundantemente difundidos. Como ocurrió en su momento con el sílex y luego con el bronce, el hierro fue objeto de un comercio intenso, que transportó los objetos elaborados con él hasta lugares bien distantes de los de su original procedencia. Este comercio comprende no sólo las armas, sino también, algo más tarde, objetos del instrumental suntuario y funerario: vasos y otros objetos, fabricados con hierro, en Bélgica o en Francia, tanto como en Alemania o Checoeslovaquia. Su similitud es absoluta; lo que prueba el tráfico desde un centro común. A la vez que la aparición del hierro se produce una intensificación del lujo y del deseo de mayores comodidades y belleza para la vida diaria. La batería de cocina, por ejemplo, se hace más numerosa y diversa. Grandes cacerolas de bronce se encuentran junto a parrillas y a enormes horquillas, con las que se podría ensartar una res entera, destinadas a cocinar viandas abundantes para banquetes generosos. La cerámica también se diversifica. Nuevas formas y ornamentaciones tipifican, localmente, las diversas culturas. Como decoración, hombres y animales aparecen estilizados, generalmente en forma
un poco ruda. Más fina (así como más abundante) es la decoración geometrizante e incisa. Pero tanto les vasos de este tipo como los pintados reciben un engobe protector, que abrillanta sus paredes. Otro material que se aprovecha intensamente es el vidrio, que no sólo se emplea para la fabricación de vasos y copas de diversos tipos, sino que en ocasiones suele hasta colorearse por zonas, acrecentando con ello su natural belleza. También de vidrio coloreado se hacen los collares, que suelen acompañar, en los ajuares funerarios, a sus similares de metal, de ámbar, de nácar, de marfil o de coral. Ese afán de embellecer la vida, que parece ser uno de los rasgos generales distintivos de esta gran etapa cultural, se advierte claramente en el abundante empleo del oro. Con él se hacen gran número de objetos de adorno individual, tales como los susodichos collares, brazaletes, aros, anillos, agujas para prender ropas, placas pectorales y hasta vasos diversos, para el ornato de la mesa de los más favorecidos. Este abundante empleo del metal áureo se ratifica por su incorporación al mobiliario familiar. Además, para realzar su esplendor, todos los objetos de oro presentan finísimas ornamentaciones grabadas, que unas veces representan seres humanos o animales y otras meras figuraciones geometrizantes —posiblemente, en muchos casos, resultado de la estilización excesiva de aquellas representaciones naturales—, y otras, signos que suponemos poseyeron un sentido religioso que hoy se nos escapa. Así, la rueda, la svástica y el disco solar, signo —posiblemente— este último de la existencia de cultos heliolátricos. Para ese entonces ya el hombre ha logrado la perfecta domesticidad y empleo del caballa como animal de arrastre. No sólo nos lo muestran los vasos con sus figuraciones, sino que también hallamos la prueba directa en los yacimientos arqueológicos, donde es abundante el hallazgo de frenos y trozos de antiguos carros y, excepcionalmente el encuentro de algunos de ellos enteros.
CREADORES DE LA METALURGIA ¿Quiénes son los creadores de la metalurgia? Por las razones ya expuestas anteriormente, la respuesta es ardua y no siempre la misma para todos los autores. Sin embargo, la mayor parte de ellos admiten su nacimiento entre los ligures, pueblo mal definido, que unos consideran como resultado de la suma de las invasiones arias y otros entienden que es el resultado de la combinación de aquéllos con poblaciones autóctonas, tan mal caracterizadas como ellos mismos. A esos ligures se les atribuye un papel prevaleciente en la cultura del occidente europeo: ellos habrían de ser los introductores de las culturas neolíticas, los constructores de los palafitos y de los dólmenes y, luego, los creadores de la metalurgia. Sin embargo, es muy posible que haya que rebajar buena parte de esos hipotéticos méritos y que los ligures no hayan hecho otra cosa que recoger las influencias provenientes de otros pueblos. Ello será ratificado o rectificado en el futuro, por investigaciones sistemáticas que nos faltan en estos momentos. Según algunos autores, celtas y dorios habrían sido los mayores propagandistas de las industrias del hierro, haciendo conocer la materia prima y la técnica necesaria para su empleo. Tal técnica comprende la realización de hornos mucho más altos y evolucionados que los anteriormente existentes. Los arqueólogos franceses han encontrado algunos buenos ejemplares de ellos, como los de la región del Jura. Otros similares han sido hallados en Silesia y Hungría. Muchos de ellos mostraban el empleo de toberas metálicas en forma de cono truncado y terminadas en codo. Los celtas habrían llegado del este de Europa, remontando la vía natural constituida por el valledel Danubio, siguiendo por elnorte de Alemania hasta lascostas del mar Báltico, y surcando desde allí por mar o continuando su migración por tierra, habrían llegado a Bélgica y a la Bretaña. Esta invasión céltica —quizás el resultado de hambres y conmociones marítimas o terrestres— habría sojuzgado a los ligures, que ya habitaban aquellos territorios, y cubierto, hacia comienzos del siglo III,no sólo Francia, sino también Bélgica,
Inglaterra y el norte de Italia, dejando huellas de su paso (reveladas por el mantenimiento de otros contingentes de población) en Alemania y Hungría. Pero su expansión debe haber sido mucho más vasta, con migraciones, igualmente extendidas, hacia el Este, es decir, ya en territorio asiático, pues se les encuentra en el Asia Menor, la Tracia y Macedonia. Esto significa un área territorial enorme y, por ende, una función cultural sumamente importante.
ESPADAS DECORADAS. Tres tipos distintos de espadas cortas de hierro, halladas en las excavaciones practicadas en Helénendorf (Transcaucasia), con decoración geometrizante. Son del periodo de Hallstadt.
ETNOLOGIA Y METALES El cuadro étnico de la época se hace aun más confuso por la aparición de un nuevo pueblo migrador, que cae sobre el Mediodía de Francia. Se trata de los iberos, habitantes originarios de la península española que, por razones ignoradas, atraviesan los Pirineos y se instalan en la parte meridional y central de la Galia. Ligures, celtas e iberos son los que, en sus modalidades propias, irán perfeccionando las técnicas del hierro. Cuando las invasiones, siempre brutales, se apaciguan, aparece, con justa razón, esa ansia de lujo, de belleza y de placer, que hemos advertido como características no disimuladas de este gran período cultural. Es la expansión perfectamente clara y lógica de pueblos oprimidos por el temor y la violencia, endurecidos en seculares esfuerzos y deseosos de borrar de sus mentes y de sus corazones el espectáculo brutal de las miserias pasadas. Toda la industria del hierro de la Europa occidental muestra características extraordinarias de uniformidad de tipos, formas y decorados. Es lo que se conoce con el nombre de industria hallstaciana, por el lugar de origen de los hallazgos iniciales más completos e interesantes. Al mismo tiempo, vemos aparecer otro foco cultural intenso en la Armenia rusa y regiones vecinas, especialmente en la Persia. Ambos grupos, el europeo y el asiático, muestran curiosas manifestaciones comunes, que los aproximan y relacionan estrechamente. Sin embargo, no hay evidencias arqueológicas de que ambos grupos hayan establecido contactos permanentes. La distancia geográfica que los separa es tan grande, que si no fuese por la similitud y paralelismo en el desarrollo, estaríamos tentados de negar que tales culturas hubiesen tenido contactos formales. No obstante —y a pesar de la ausencia de investigaciones arqueológicas que prueben la expansión cultural ininterrumpida en los territorios intermedios—, aquellas similitudes son suficientes como para relevarnos de la duda. Por de pronto, el gran repertorio de espadas triangulares, dotadas de fuertes mangos terminados en discos o bolas, se encuentra, con gran despliegue de formas diversas, en ambas provincias culturales. Hoernes ha intentado una clasificación de todo el material hallstaciano, basándose en las características de la cerámica y de las fíbulas. Por su parte, J. de Morgan agrega que la verdadera característica de esa cultura es, a su entender, la introducción del naturalismo en el arte geometrizante y que ésa es la que le distingue muy netamente de la civilización del bronce, tanto para los pueblos de Europa central, como para los de la región occidental del mismo continente. En efecto, tanto la cerámica como los objetos de hierro decorados, que todavía suelen hoy encontrarse en la Armenia rusa, demuestran la existencia de una vieja cultura, menos antigua, sin embargo, que la que se advierte en las sepulturas más antiguas, y
ésta tiene su principal expresión en un regreso paulatino al naturalismo, desde la decoración geometrizante muy estilizada que se encuentra en los objetos correspondientes a la etapa inicial. Vale decir, que este proceso de retorno a las formas de la naturaleza se produce, por igual, en ambos grandes centros culturales. Es de advertir, por último, que tal marcha de lo decorativo no se opera únicamente en los adornos y útiles de hierro. Se advierte, en forma igualmente notoria, en la decoración de la cerámica. Otro tanto ocurre con los elementos del adorno personal: aros, anillos, pendientes, cinturones metálicos, todo se presenta en forma análoga. Sólo los alfileres difieren en algo. En cambio, una gran suma de instrumentos de uso diario confirman la similitud, la cual es ratificada, también, por las formas de entierro, entre la que predomina el abandono de sepultar en cuclillas, antes usada, y la adopción de la del cuerpo extendido, recubierto por un leve túmulo de piedra. El carácter especial de este curso, destinado al relato de la vida más antigua del hombre, no debe ir más allá. La Prehistoria ha cesado y el hombre entra en la Historia.