El papel que Atenas había des- empeñado durante las guerras médicas confirió a la ciudad del Atica una categoría de ciudad rectora en el mundo griego. Su hegemonía se hizo sentir en la vida económica y política de toda la cuenca del mar Egeo, y además no dejó de repercutir en su desarrollo interior; su fama y su grandeza robustecieron el genio nacional y le brindaron oportunidades para desarrollarse y cuajar en obras. Las artes plásticas, la poesía, la filosofía, todo lo que es desarrollo del espíritu, alcanzó por entonces en Atenas un brillo singular.
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