domingo, 13 de septiembre de 2015

HISTORIA ANTIGUA ESPARTA Y LA GERRA

del Peloponeso ESPARTA Y SU TRADICION Esparta era un estado dorio, en que los conquistadores habían establecido una férrea separación entre los sometidos y ellos. Sólo los dorios poseían la tierra, que el estado les entregaba para que, haciéndola trabajar por los esclavos, tuvieran con qué vivir y se pudieran dedicar a lo único que parecía digno de un espartano: la guerra. Con esta concepción de la vida, Esparta llegó a ser una potencia militar de significación decisiva en la vida griega. Sus ciudadanos pertenecían al estado desde niños, se ejercitaban de continuo en los deportes y en la lucha y se pasaban la vida en estado de movilización, hasta que, ya ancianos, podían abandonar las filas. El ejército era, pues, el nervio del estado, y la política de Esparta dentro del mundo griego estaba destinada a asegurar su hegemonía. Sin embargo, las circunstancias concedieron temporalmente la supremacía política a Atenas. Los caracteres del agresor persa, la necesidad de defenderse por mar y, sobre todo, la habilidad de sus políticos para plantear las cosas en este sentido y obtener de esa situación las mayores ventajas, hicieron que Esparta quedara, después de las guerras médicas, relegada a segundo plano. Pero esta situación, que hería profundamente el orgullo nacional y la ambición de los espartanos, condujo a una situación tensa con Atenas que, al fin, desencadenó un conflicto entre ellas.

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