viernes, 10 de julio de 2015

HISTORIA ANTIGUA - Atenas en el siglo V

LA HEGEMONIA POLITICA Después de la batalla de Micala, las naves griegas continuaron las operaciones hasta limpiar el mar Egeo de enemigos. Se independizaron las ciudades helénicas del Asia Menor, se establecieron bases en los puntos estratégicos que podían prevenir una sorpresa y se organizó la vigilancia de las rutas marítimas por donde podía llegar una nueva invasión. Pero era necesario concentrar todos los esfuerzos para que esa organización no se relajara con el tiempo y se facilitaran los planes enemigos. Atenas se propuso encabezar una confederación que agrupara a las ciudades marítimas de Grecia. En 477 logró organizar la Liga de Delos —así llamada porque el pequeño santuario de esa isla era su centro religioso—, de la que formaron parte todas las ciudades costeras e isleñas; Atenas recibió la misión de presidirla, en tanto que las ciudades aliadas tenían la obligación de contribuir con barcos o con dinero a los gastos de la defensa común. Con estos recursos, Atenas organizó un plan de dominación marítima. Temístocles logró que se fortificara el Pireo —que era puerto de Atenas— y que se construyeran murallas para defender el camino que lo unía a la ciudad. Cimón, el hijo de Milcíades, recibió el mando de la flota aliada y con ella emprendió una campaña de limpieza en todo el Egeo que concluyó con la desaparición de todos los reductos que conservaban los persas. Así puso fin a la amenaza de invasión, y dejó libres las rutas marítimas para el comercio griego. Esta última circunstancia influyó decisivamente en la prosperidad comercial e industrial de Atenas, que se enriqueció extraordinariamente con el tráfico de sus innumerables naves mercantes; además, Atenas utilizó la influencia que le proporcionaba la jefatura de la Liga para organizar en su beneficio un verdadero imperio marítimo.

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