jueves, 4 de junio de 2015

PREHISTORIA - El Período Neolítico

Frente a las características poco variables que tipifican a cada uno de los períodos del Paleolítico, el Neolítico aparece como el momento en que el hombre da un enorme salto liberador hacia el progreso. Aparecen en él técnicas totalmente nuevas —como la cerámica o como el tejido— con una pujanza cultural extraordinaria, revelada en la multiplicidad, curiosa e inesperada, de sus formas, y en sus nuevas aplicaciones para el mejoramiento de la vida. Es una verdadera revolución cultural, que abarca todos los dominios de la técnica humana: la economía, la habitación, las industrias manuales, la organización político-social, el arte de la guerra y hasta la religión. Todo se transforma, se diversifica y se expande en nuevas maneras más cultas y civiles. El hombre se va acercando, paulatinamente, a las vastas organizaciones sociales, de las que nacerán los primeros Estados. Sale de la organización primaria de las bandas errabundas de cazadores y recolectores, para entrar en la quietud civilizante de los pueblos sedentarios. Descubre la agricultura, que es su primera y más firme manera de aquietarse sobre la superficie de la tierra. Este aquietamiento traerá consigo, con el andar del tiempo, el nacimiento de un sentimiento nuevo de amor a la tierra que da el sustento, forma larval del amor a la patria. Entre tanto, la permanencia sobre un lugar determinado aportará el deseo de mejorar la vivienda en que transcurre la vida familiar, de dotarla de comodidades cada vez mayores, que la vida sedentaria exige y que para la vida de caza o pastoril hubiesen resultado superfluas. Es así como la vida colectiva se va organizando en cuadros cada vez más complejos. Y esta complejidad creciente es una nueva demostración de la civilización que alborea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario