martes, 25 de agosto de 2015

HISTORIA ANTIGUA - La época helenística

LA CULTURA HELENISTICA LA FILOSOFIA Y LA CIENCIA. El pensamiento filosófico de la época helenística arranca de Aristóteles. Sus investigaciones habían inaugurado un nuevo método para el estudio por separado de diversos problemas que hasta entonces se confundían en la filosofía, tendencia que fue seguida luego por sus discípulos y continuadores. Aristóteles dejó una obra vastísima, delimitada en una serie de tratados tales como la Poética, la Etica —sobre la cual escribió tres obras— la Metafísica, la Física, la Política, y, sobre todo, el árgano o tratado de lógica; cada una de estas obras correspondía a una rama del saber, que luego continuó siendo estudiada separadamente por sus discípulos y por los que siguieron las huellas de éstos. Hay así, en el período helenístico, una marcada separación entre los estudios puramente filosóficos, y los que corresponden a las distintas ciencias. En el campo de la filosofía, distintas escuelas estudiaron con diferente punto de vista los principales temas de esas disciplinas, pero, en general, coincidían todas en la trascendencia que le atribuían al problema de la moral y de la conducta. Los cínicos primero, los estoicos, epicúreos y escépticos luego, trataron de establecer cuál era el sumo bien a que podía aspirar el hombre y cuáles eran los caminos que debía seguir para alcanzarlo, para lo cual ahondaron en los problemas éticos, psicológicos y metafísicos, y aun en otros campos de la filosofía cuyos secretos parecían decisivos para la resolución de los enigmas que los preocupaban. Zenón el estoico, Epicuro, y Pirrón el escéptico son las primeras figuras de esas escuelas, en las que se destacaron luego Cleanto, y Crisipo entre los estoicos, Metrodoro y Hermarco entre los epicúreos y Timón y Carneades entre los escépticos; hubo luego, en estas tres direcciones, continuadores romanos de valor como Séneca y Marco Aurelio, Lucrecio y Sexto Empírico. En el campo de las ciencias, fueron numerosos los investigadores que alcanzaron valiosos resultados. En materia de astronomía, física y matemáticas se distinguieron Eratóstenes, que midió con bastante exactitud el meridiano terrestre, Aristarco, que insinuó los principios del movimiento de la tierra contra la opinión de todos los sabios de su tiempo, Arquímedes, que descubrió algunos principios fundamentales de la mecánica, y Euclides, que estableció las bases de la geometría. Hubo también médicos ilustres que analizaron los caracteres del cuerpo humano, su anatomía, su fisiología y su patología; y no faltaron naturalistas que comenzaron a describir la fauna y la flora. Estos estudios se difundieron ampliamente por el mundo helenístico gracias a las bibliotecas, academias y universidades que se establecieron en las principales ciudades, fue famosa la biblioteca de Alejandría por el prodigioso número de obras que contenía y por las numerosas copias que de ellas lanzó a la circulación; pero no fue menos famoso el Museo, verdadera universidad a la que concurrían estudiantes de las más lejanas regiones. Así se elaboró y se generalizó un saber rico en posibilidades, que heredaron los árabes y que ha llegado a nuestros días sin perder su valor inicial.

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