jueves, 8 de agosto de 2013

ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Riñón

MICCION La orina que penetra en la vejiga impulsada por las contracciones peristálticas del uréter, la llena en forma lenta. La vejiga se dilata progresivamente, adaptando su capacidad a los cambios de su contenido sin variar mucho su presión. Cuando pasa de cerca de medio litro la cantidad de orina contenida en la vejiga, la presión intravesical aumenta considerablemente y aparecen contracciones rítmicas de musculatura, acompañadas de sensaciones dolorosas; es lo que constituye el deseo de orinar. La micción puede todavía evitarse voluntariamente mediante la contracción del esfínter externo. El acto de la micción es de naturaleza refleja, pero en su iniciación interviene, por lo menos en los adultos sanos, la voluntad. En los niños y en ciertos casos patológicos es un acto puramente reflejo. Cuando sobreviene el deseo de orinar en el adulto, éste interviene con su voluntad, ya. para reprimir el deseo, ya para ceder a él. En el primer caso contrae voluntariamente el esfínter externo, lo que trae por vía refleja una relajación de la musculatura de las paredes vesicales. En el segundo caso suprime la contracción voluntaria del esfínter externo, pasa una pequeña cantidad de orina a la uretra y se inicia una serie de reflejos que determinan la relajación del esfínter interno y la contracción de la musculatura vesical, vaciándose la vejiga con fuerza. Para apoyar la fuerza propulsora de la contracción vesical el sujeto hace una inspiración profunda, cierra la glotis para evitar la salida del aire inspirado y contrae los músculos del abdomen. Al fin de la micción se contrae otro músculo que rodea la uretra y que contribuye a expulsar las últimas gotas de orina contenidas en este conducto. En la mujer no existe este músculo y la micción termina bruscamente.

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