sábado, 15 de febrero de 2014

ZOOLOGIA - Los insectos

DONDE VIVEN LOS INSECTOS Todos conocemos muchos insectos y muchos sitios donde viven. Dentro de nuestras casas se encuentran varios de ellos. Las moscas, conocidas con el nombre científico de Musca domestica, acompañan al hombre y a la civilización, no porque les tengan ningún aprecio, sino sencillamente para aprovechar las excelentes condiciones de vida que les proporcionan los restos de comida, las inmundicias y los detritus orgánicos de todas clases. Viven las moscas dentro de las casas, pero se reproducen fuera de ellas, depositando sus huevos en los montones de basura y de estiércol, donde se desarrollan las larvas que se convertirán en nuevas moscas. Por su contacto con dichos detritus, contamínanse estos insectos con diversos microbios que luego van diseminando al posarse en nuestros alimentos, con lo que se convierten en peligrosos vehículos de enfermedades, tales como el tifus o la disentería. Las moscas no sólo existen dentro de las habitaciones; fuera de ellas, allí donde haya grandes acumulaciones de residuos orgánicos, se multiplicarán en gran número y se posarán sobre la vegetación que allí exista. Tal ocurre, por ejemplo, en aquellos lugares en que el servicio público de limpieza deposita las basuras procedentes de las casas. Las moscas y otros insectos nocivos han sido a veces transportados por la aviación, lo que constituye un serio peligro, ya que de esta manera pueden pasar de un continente a otro insectos perjudiciales para la salud del hombre o para la agricultura. Recordaremos un ejemplo elocuente, el de la llegada al Brasil, en aeroplanos procedentes de Dakar, del Anopheles gambiae, el más temible y eficaz de los mosquitos transmisores del paludismo o malaria. Cuando se lo descubrió en el Brasil, ya se había extendido por los estados de Río Grande del Norte, Ceará y Paraiba, en los que su presencia costó millares de vidas, hasta que fue finalmente exterminado después de una enérgica y brillante campaña realizada en colaboración por el servicio de sanidad del Brasil y la Fundación Rockefeller. En las casas se encuentran con frecuencia mosquitos que entran al atardecer, y que al amanecer huyen adonde hay arbolado. Al chupar nuestra sangre, estos insectos dañinos transmiten a veces los gérmenes de terribles enfermedades, como la malaria y la fiebre amarilla. También son moradoras habituales de las casas las cucarachas, que de día se esconden detrás de los muebles o en las rendijas y de noche salen en busca de comida. Las mosquitas pequeñas llamadas drosófilas, que viven en las casas, posándose en las frutas, son inofensivas. Sin importancia aparente, en realidad han desempeñado un papel importante en el progreso de la genética, habiéndose descubierto en ellas hechos fundamentales relativos a la transmisión de los caracteres hereditarios y a la evolución de las especies. Estos descubrimientos han sido " aplicados prácticamente al mejoramiento de los animales útiles, a la creación de plantas resistentes a ciertas enfermedades o adaptables a ciertos climas, a la producción de híbridos, etc. Pero no termina ahí la lista de los insectos que tenemos en casa; hay además las polillas, que devoran las ropas y los libros, el comején, que roe los muebles y el maderamen de las casas, los piojos y las pulgas, transmisoras de la peste bubónica. Fuera de nuestras habitaciones viven millares de insectos, cada cual con su tipo de morada propio. Las avispas fabrican verdaderas casas donde se desarrollan sus crías; hay insectos que viven sobre las hojas, las flores o los frutos; los insectos barrenadores, cuando son larvas, perforan los troncos de los árboles y practican en ellos galerías; otros, viven debajo de las cortezas de los árboles, en la madera podrida, en la basura, o sobre la tierra, donde muchos construyen edificios, como los comejenes y las hormigas. También los hay que habitan la superficie de las aguas dulces, o aun dentro de ellas.

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