lunes, 28 de julio de 2014

PREHISTORIA - El descubrimiento de los metales

ETNOLOGIA Y METALES El cuadro étnico de la época se hace aun más confuso por la aparición de un nuevo pueblo migrador, que cae sobre el Mediodía de Francia. Se trata de los iberos, habitantes originarios de la península española que, por razones ignoradas, atraviesan los Pirineos y se instalan en la parte meridional y central de la Galia. Ligures, celtas e iberos son los que, en sus modalidades propias, irán perfeccionando las técnicas del hierro. Cuando las invasiones, siempre brutales, se apaciguan, aparece, con justa razón, esa ansia de lujo, de belleza y de placer, que hemos advertido como características no disimuladas de este gran período cultural. Es la expansión perfectamente clara y lógica de pueblos oprimidos por el temor y la violencia, endurecidos en seculares esfuerzos y deseosos de borrar de sus mentes y de sus corazones el espectáculo brutal de las miserias pasadas. Toda la industria del hierro de la Europa occidental muestra características extraordinarias de uniformidad de tipos, formas y decorados. Es lo que se conoce con el nombre de industria hallstaciana, por el lugar de origen de los hallazgos iniciales más completos e interesantes. Al mismo tiempo, vemos aparecer otro foco cultural intenso en la Armenia rusa y regiones vecinas, especialmente en la Persia. Ambos grupos, el europeo y el asiático, muestran curiosas manifestaciones comunes, que los aproximan y relacionan estrechamente. Sin embargo, no hay evidencias arqueológicas de que ambos grupos hayan establecido contactos permanentes. La distancia geográfica que los separa es tan grande, que si no fuese por la similitud y paralelismo en el desarrollo, estaríamos tentados de negar que tales culturas hubiesen tenido contactos formales. No obstante —y a pesar de la ausencia de investigaciones arqueológicas que prueben la expansión cultural ininterrumpida en los territorios intermedios—, aquellas similitudes son suficientes como para relevarnos de la duda. Por de pronto, el gran repertorio de espadas triangulares, dotadas de fuertes mangos terminados en discos o bolas, se encuentra, con gran despliegue de formas diversas, en ambas provincias culturales. Hoernes ha intentado una clasificación de todo el material hallstaciano, basándose en las características de la cerámica y de las fíbulas. Por su parte, J. de Morgan agrega que la verdadera característica de esa cultura es, a su entender, la introducción del naturalismo en el arte geometrizante y que ésa es la que le distingue muy netamente de la civilización del bronce, tanto para los pueblos de Europa central, como para los de la región occidental del mismo continente. En efecto, tanto la cerámica como los objetos de hierro decorados, que todavía suelen hoy encontrarse en la Armenia rusa, demuestran la existencia de una vieja cultura, menos antigua, sin embargo, que la que se advierte en las sepulturas más antiguas, y ésta tiene su principal expresión en un regreso paulatino al naturalismo, desde la decoración geometrizante muy estilizada que se encuentra en los objetos correspondientes a la etapa inicial. Vale decir, que este proceso de retorno a las formas de la naturaleza se produce, por igual, en ambos grandes centros culturales. Es de advertir, por último, que tal marcha de lo decorativo no se opera únicamente en los adornos y útiles de hierro. Se advierte, en forma igualmente notoria, en la decoración de la cerámica. Otro tanto ocurre con los elementos del adorno personal: aros, anillos, pendientes, cinturones metálicos, todo se presenta en forma análoga. Sólo los alfileres difieren en algo. En cambio, una gran suma de instrumentos de uso diario confirman la similitud, la cual es ratificada, también, por las formas de entierro, entre la que predomina el abandono de sepultar en cuclillas, antes usada, y la adopción de la del cuerpo extendido, recubierto por un leve túmulo de piedra. El carácter especial de este curso, destinado al relato de la vida más antigua del hombre, no debe ir más allá. La Prehistoria ha cesado y el hombre entra en la Historia.

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