jueves, 7 de febrero de 2013

FILOSOFIA - Aristóteles

LA POLITICA
Concibe el Estagirita la Política como remate de la Etica, y aun declara que el verdadero nombre
de la ciencia moral no es la Etica, sino la Política. Concepción que creemos debe sostenerse hoy,
de preferencia a la que en el Renacimiento inauguró Maquiavelo, al empeñarse en hacer de la
ciencia del Estado, de la teoría del Príncipe, algo diverso de la moral. El mal del mundo o
civilización europea estriba, en nuestro concepto, en esta tradición maquiavélica, porque sólo
hay un derecho: el derecho justo, y sólo hay un Estado: la organización política que resume el
sentido de la moral. He aquí este texto de la Moral Magma: "Nada en política es posible de
realizar antes de haber fijado de qué modo cada quien debe ser, para ser honesto. Ser honesto es
poseer la virtud; por ende, si se debe participar en la Política, hay que comenzar por ser honesto
en las costumbres; por tanto, la ciencia de las costumbres es, evidentemente, una parte y aun el
principio de la Política".
El destino del hombre se constituye con las tres vidas que coinciden en la humanidad: la sensual,
la social y la contemplativa. El ser que no puede vivir en sociedad, que de nada necesita porque
se basta a sí mismo, no tiene por qué ser miembro de un Estado; "es una bestia o un Dios".
Como la razón es el elemento divino que en el hombre reside, la vida conforme a la razón es
divina con relación a la vida humana. Lo propio de la naturaleza de todo ser es para él lo mejor.
En cuanto al hombre, la vida racional es lo que lo constituye esencialmente como hombre; por
esto en ello reside su felicidad.
La virtud es un hábito, y la justicia es la virtud que da a cada quien lo que le pertenece. Pero es
menester preferir la justicia según la naturaleza, a la justicia según la ley. Ya en la Antigona de
Sófocles, como en las afirmaciones socráticas, como en la enseñanza de Platón, está la enseñanza
del pensamiento del derecho natural. Aristóteles no hace sino confirmar la doctrina. En
corroboración de ello, véase cómo entiende qué es la equidad: "La equidad es una forma de la
justicia. No es conforme a la Ley, sino que constituye una rectificación de la justicia legal" (Etica
a Nícómaco, y, 14). La prudencia es guía de la virtud, "el intendente de la sabiduría". Contiene a
todas las pasiones, disciplinándolas.
Y el gran investigador de la realidad moral y física del hombre, enseña empero, el ascetismo
filosófico, y pone sobre las virtudes prácticas la virtud intelectual, porque todos los seres tienden
hacia Dios, que es "acto puro", y como en el hombre existe la inteligencia, debe tender a una vida
de ascetismo intelectual. Dice el filósofo en su Etica a Nicómaco, en el más admirable de sus
asertos: "Si la mente es para el hombre un elemento divino, la vida conforme a la mente es
divina para la vida humana. Por tanto, no hay que concluir con el vulgo que, porque se es
hombre, se debe uno reducir a pensamientos humanos. Es menester, por el contrario, en cuanto
sea posible, dirigirse hacia lo inmortal, tender constantemente a vivir de acuerdo con la más
noble porción del hombre. Sin duda que en extensión, ello es poca cosa; pero en poder y
dignidad, está mil veces por encima de todo lo demás". ¡El gran discípulo de Platón iguala a su
maestro! 
La transición a la política la da el pensamiento: "el Hombre es el animal político", nos dice el
Estagirita en su Etica nicomáquea. Y como el todo es superior a la parte, el verdadero nombre de
la moral es la Política.
Lo que se llama "sociología", por los modernos que siguen a Comte, está contenido, en su
integridad, dentro de este pensamiento: el hombre es, por su naturaleza, un ser hecho para vivir
en sociedad, en el Estado.
Pero de todas las sociedades, la primera es la familia, y la primera sociedad de varias familias,
formada con el propósito de un interés duradero, es la Ciudad; por esto todo Estado está en la
naturaleza, porque es el fin común de la asociación.
Ahora podrá estimar el lector, en toda su amplitud, la teoría del Estado: "El Estado no es sólo la
comunidad territorial, ni la asociación mutua contra la injusticia, en bien de la seguridad.
Precisa que estas ventajas se hallen en el Estado; pero aun cuando todos estén reunidos, todavía
no hay Estado. El Estado es una asociación para vivir bien dentro de las familias, con relaciones
civiles y políticas, y tiene por objeto una existencia satisfactoria y perfecta" (Política, sir, 9).
Hay tres elementos o poderes en todos los Estados. "De estos tres poderes, uno es el que delibera
sobre los intereses comunes; el segundo se ocupa de las funciones públicas; el tercero es el poder
judicial. El poder dominante es el que delibera sobre la guerra y la paz, sobre las alianzas y los
tratados; sobre las leyes, sobre la muerte y el destierro; sobre la confiscación y la verificación de
las cuentas" (Política, nr, 14).
En la imposibilidad de analizar más profundamente esta obra maestra de Aristóteles,
contentémonos con citar dos fragmentos más. Sea el primero la definición de la Constitución
política, que es "la reglamentación en el Estado, de todas las magistraturas; pero sobre todo de la
suprema" (Política, u, 4).
Afirmamos, al empezar esta reseña brevísima de la Política, que la sociología moderna se basa
sobre la idea de que el hombre es el animal político. Véase ahora el resumen luminoso de la
influencia etnológica de los climas: "Los pueblos que habitan climas fríos, en Europa, están
llenos de valor, son inferiores en inteligencia y habilidad, y viven más libres; pero resultan
impropios para el gobierno y no saben mandar a sus vecinos. Por el contrario, los pueblos
asiáticos son inteligentes e industriosos, pero carecen de valor, por esto viven en la servidumbre.
La raza de los helenos habita un clima intermedio y participa de ambos extremos, reuniendo al
valor la inteligencia. Por esto los griegos gozan de libertad, y tendrían el mejor gobierno y
dominarían el mundo, si supieran vivir unidos" (Política, vis, 9).

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