lunes, 25 de febrero de 2013

PEDAGOGÍA - Etapas fundamentales de la educación

ORIENTACION POSESCOLAR
ORGANISMOS DE LA EDUCACION POSESCOLAR
Con exclusión de los institutos de enseñanza secundaria —liceos, colegios nacionales, escuelas
normales, etc.— y de las universidades, cuyo papel específico es harto conocido para que
insistamos en él, cabe hacer una breve reseña de los medios con que en diversos países se procura
encauzar y mejorar el nivel profesional y cultural de la población. Si todo el mundo pudiera gozar
de la educación primaria y secundaria, la organización de la educación posescolar sería muy
simple, ya que entonces se presentarían claras sus finalidades. Desgraciadamente, un elevado
porcentaje de hombres llega a adultos con una preparación escolar muy rudimentaria o nula. El
analfabetismo conspira contra todo esfuerzo de mejoramiento; desde las más indispensables
nociones de higiene hasta la educación social del individuo requieren, para ser comprendidas, un
cierto nivel de cultura. La lectura, el hábito de escuchar conferencias, la discusión que no sea
ociosa, exigen ciertas bases que sólo la preparación escolar —aunque más no sea que en su fase de
escritura, lectura y cálculo— puede ofrecer. Por ello, la primera tarea de todo
organismo de
educación posescolar es dividir en grupos, según sus conocimientos y dotes, a los alumnos, y la
segunda adecuar la enseñanza a las características de cada uno de esos grupos. Una escuela-taller
debe enseñar los oficios, pero también educar, y lo mismo vale para las de cualquier otro tipo.
Las instituciones más comunes —que se agrupan bajo nombres diversos según el lugar y la
orientación social del país— son las dedicadas a la preparación de obreros expertos, de educación
técnica inferior, media y de educación superior. Las primeras son verdaderas escuelas-talleres,
adonde llega en general el adolescente sin ningún oficio, y adquiere, de acuerdo con sus aptitudes,
una determinada capacidad técnica que le permite iniciarse como obrero especializado. Las de
educación técnica inferior reclutan sus alumnos entre obreros sin oficio determinado o cuya
capacidad es ínfima, y procuran encauzarlos hacia oficios de pocas complicaciones técnicas o
mejorar su rendimiento en la labor que desempeñan, creando al mismo tiempo la conciencia de
que todo trabajo, por humilde que sea, encierra posibilidades de perfección. Los institutos de
educación técnica media y superior están íntimamente relacionados. Los primeros forman obreros
capacitados, y de ellos los mejores pasan a los superiores, para adquirir una preparación que les
permita convertirse en verdaderos técnicos y desempeñar funciones directivas dentro de su
trabajo. Estos institutos reclutan sus alumnos entre los mejores obreros de cada oficio, y su
desarrollo no tiene límites, pues incluso pueden ser un puente entre el obrero falto de
conocimientos teóricos, y la universidad. En algunos países, Rusia por ejemplo, los futuros
ingenieros, químicos, agrónomos, etc., salen preferentemente de estos institutos. En cuanto a la
educación superior, es ya una categoría de universidad, pero sin facultades, sin títulos habilitantes,
con la única misión de dar sólida cultura a los que cursaron en los institutos que acabamos de
mencionar, y también a los bachilleres y maestros.
Por último, cabe citar los cursos de extensión universitaria, que llevan fuera del claustro, al pueblo,
la palabra de sus profesores y alumnos más aventajados, para poner las adquisiciones de la
ciencia y de la cultura, en forma simple y amena, al alcance de todos. Las bibliotecas, de distrito o
circulantes, también llenan una misión importantísima, y por su número se puede valorar el buen
o mal funcionamiento de todo el sistema educativo de un país.

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