domingo, 14 de septiembre de 2014

BIOLOGÍA - Fecundación y partenogénesis

LA PARTENOGÉNESIS En general, el óvulo sólo comienza a dividirse para formar el embrión después de la penetración del espermatozoide. La unión de los núcleos que traen los caracteres hereditarios de dos individuos diferentes es tan importante, por aumentar la variabilidad y, por lo tanto, la capacidad evolutiva de la especie, que hasta que ello acontezca el óvulo no "recibe la orden" de formar un nuevo ser. Es el espermatozoide el que activa el óvulo y desencadena el desarrollo. Pero hoy se consigue provocar la división de ciertos óvulos vírgenes (partenogénesis artificial) sumergiéndolos en determinadas soluciones salinas (huevo de erizo de mar) o punzándolos con una aguja mojada en sangre (huevo de rana). Se conocen además varios casos de partenogénesis natural, siendo clásico el de las abejas. Durante años los espermatozoides que la reina recibe en el vuelo nupcial quedan guardados en una bolsa que comunica con el canal por donde pasan los óvulos al ser puestos. Así ocurre que algunos son fecundados y otros no. Todos se desarrollan, pero mientras los fecundados dan hembras (obreras o reinas, conforme a la alimentación que reciban), los óvulos vírgenes dan exclusivamente machos, los zánganos.

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