jueves, 29 de mayo de 2014

BIOLOGÍA - La gran asociación nutritiva

Si hubiese biólogos entre las plantas, podríamos encontrar en sus tratados cosas como ésta: "Los animales son muy inferiores a nosotros, los vegetales, en cuanto a nutrición. Mientras nosotros aprovechamos la energía solar sintetizando materia orgánica para construir con ella nuestro cuerpo, ellos mueren miserablemente si no encuentran materia orgánica ya sintetizada para alimentarse. No poseyendo clorofila en sus células, deben tomar del aire el oxígeno que nosotros expelemos como residuo inútil, y pasan su triste vida matando, y comiendo cadáveres". A lo que los animales podrían responder que no sintetizar materia orgánica es señal de nobleza. Libres de esta penosa tarea que mantiene a las plantas aferradas al suelo, pueden ellos dedicarse a más elevadas empresas: la deliciosa aventura de la locomoción, la exploración del universo por medio de órganos sensoriales perfeccionados, el gozo de las variadas y exquisitas sensaciones que les proporcionan los instintos y la inteligencia. Pero las plantas no hacen sus síntesis para servir a los animales. Por la respiración ellas queman parte de la materia sintetizada y utilizan la energía así desprendida; el resto lo incorporan a las zonas de crecimiento y a los órganos de reserva. De esa parte se apropian los animales devorando las plantas. Ellos no podrían existir sin esa fuente de materia orgánica, ya que son incapaces de sintetizarla. Los vegetales que no poseen clorofila, como los hongos, son, en materia de nutrición, semejantes a los animales: aprovechan la materia orgánica de otros vegetales o de los cadáveres.

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