martes, 13 de mayo de 2014

BIOLOGÍA - Reflejos y tropismos

El protozoario, el insecto y el hombre actúan en ciertas situaciones de modo comparable, aunque el mecanismo que los hace actuar es muy distinto. Consideremos un acto corriente en la vida de cualquiera de los tres: la locomoción en busca de alimento. En el campo microscópico vemos un paramecio, protozoario ciliado, nadando en cierta dirección; de pronto encuentra un grupo de bacterias, se detiene y comienza a comerlas. Una abeja, volando por los campos, se posa en una flor y le sorbe el néctar. Un hombre se levanta, va al naranjal, toma una naranja y la chupa. Tres actos que, observados externamente, son comparables: un viaje que termina por la ingestión de alimento. Pero veremos que el mecanismo que los provoca es de naturaleza bien diferente. En el paramecio es un simple reflejo, en la abeja un instinto y en el hombre un acto inteligente.

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