domingo, 30 de junio de 2013

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN TROYA La ubicación de esta isla en un recodo estratégico del Mediterráneo, la muestra, históricamente, en el papel de relación de las culturas asiáticas y europeas que ha tenido desde la antigüedad. Schliemann (y luego Dürpfeld), después de casi un cuarto de siglo de estudios, ha podido mostrarnos la sucesión de los estratos culturales allí existentes. Esta sucesión cultural se muestra en este lugar tan perfecta, que ha podido mantenerse como un ejemplo, hasta nuestros días, de la evolución de la cultura en aquella isla. Los primeros estratos corresponden al Neolítico final, y cronológicamente pueden ser situados en una época aproximadamente contemporánea con la de las primeras dinastías tinitas (años 3315 a 2895, según Meyer y 4186 a 3642 a. de J. C., según Borchardt). Esta gran antigüedad revela que la cultura troyana es muy remota, pues no tenemos ningún indicio cierto de que en la Mesopotamia existiese, por ejemplo, ninguna ciudad babilónica.
INSTRUMENTOS DE TROYA. Hachas de piedra pulida, para enmangar, y fíbulas de bronce (de la primera Edad de este metal), halladas en las ruinas de la segunda a la quinta ciudad superpuestas en la colina de Hissarlik. Según Hoernes.
El estrato más antiguo en el que ya aparecen establecimientos urbanos corresponde a comienzos de la Edad del Bronce. Estas ruinas, aunque de muy cortas dimensiones, sólo han sido investigadas en una pequeña parte. El instrumental lítico está compuesto, en cuanto a objetos de mayor tamaño, de hachas y martillos; entre los más pequeños encontramos cuchillos y sierras. La piedra empleada es el sílex u otras aun más blandas. La cerámica está hecha con la misma técnica de los vasos del Neolítico cretense. Son moldeados a mano y cocidos directamente al fuego, sin horno especial. Este pobre estadio cultural se prolonga hasta el final de la quinta dinastía de Egipto y del reinado de Sargón I en la primera y floreciente Babilonia. En el estrato siguiente, aparece ya la Edad del Bronce. Las muestras del instrumental lítico perduran y se amplían con ídolos en forma de tablero o de caja de violín y sellos cónicos, que reflejan influencias babilónicas. Otro instrumento lítico nuevo son algunas magníficas hachas y martillos, de gran tamaño y riqueza ornamental. Tanto estas condiciones, como los materiales líticos especiales y extraños de que estaban hechas dichas piezas y su acumulación con otros objetos de adorno en un edificio contiguo a la muralla, han hecho considerarles como elementos ceremoniales o distintivos de poder.
VASIJAS DE TROYA. Junto a los vasos metálicos, de los que se halló gran cantidad, se obtuvieron en las mismas ciudades superpuestas en la colina de Hissarlik estas piezas de cerámica modelada antropomorfa con tapa y asas rudimentarias. Según Hoernes.
La cerámica muestra formas también nuevas: urnas antropomorfas, vasos con asas funiculares, vasijas zoomorfas o globulosas, copas altas con amplias asas ventrales. Además aparece la tapa, como complemento de algunas de las piezas. La decoración es de dos tipos: incisa o modelada. Las primeras presentan la ornamentación por medio de incisiones realizadas con líneas o puntos. Las segundas tratan de sugerir, grotescamente, figuras antropomorfas o zoomorfas. No existe cerámica pintada. El conjunto de esta alfarería adolece de rusticidad, pesadez e inelegancia. Los objetos de cobre muestran una adición de ocho o diez por ciento de estaño. Se trata de hachas, puntas de lanzas, puñales, agujas con uno o dos ojos terminales, etc. Hermosos vasos de oro y de plata —entre los cuales el poético Schliemann creyó que le era dable reconocer el tesoro homérico de Príamo— revelan un comienzo de lujo primitivo. Un nuevo periodo más cercano a nosotros, puede señalarse más tarde en un estrato que desde el punto de vista arqueológico no revela modificaciones especiales. Entonces, la Troya homérico micénica aparece con su cortejo de objetos de piedra; su cerámica, ya importada o ya local, netamente de estilo cretense, y sus armas de bronce. Finalmente, un estrato cultural distinto nos revela la presencia de elementos tracios, caracterizados por la aparición de armas diferentes y de una cerámica con depresiones o abolladuras hechas a mano. A esta etapa de baja cultura la eclipsa, por último, la de la dominación helénica, que lleva hasta esta isla el esfuerzo expansivo de la Magna Grecia.

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