sábado, 1 de junio de 2013

FILOSOFIA - La filosofía en el siglo XIX

EL MATERIALISMO HISTORICO: MARX Y ENGELS El movimiento antitético de la filosofía de la persona concreta, que toma sus más sobresalientes aspectos en Stirner, es la doctrina del socialismo, que se extiende a través de casi todo el siglo XIX. Se inicia, como ya se ha manifestado, en los utopistas franceses (Saint-Simon) y culmina a través de P. J. Proudhon (1809-1865), con su crítica del derecho de propiedad ("la propiedad es un robo"), en la teoría del materialismo histórico de Carlos Marx y Federico Engels. Dos hechos han provocado, fundamentalmente, el nacimiento y auge de las ideas socialistas: la época del maquinismo, que arranca desde mediados del siglo 'cm, y las transformaciones sociales y económicas que tal sistema trajo consigo, y que se tradujo en un vigoroso movimiento en favor de las clases trabajadoras. Junto a la natural evolución de las ideas, la concentración de los obreros en las fábricas y los bajos salarios que se les pagaban a éstos determinaron el origen de un socialismo activo y revolucionario. Los primeros de estos grupos socialistas se formaron hacia 1863, en torno de Fernando Lasalle. El gran teórico del nuevo socialismo es CARLOS MARX (1818-1883). En compañía de FEDERICO ENGELS, funda el socialismo científico o marxismo, así llamado a diferencia del socialismo utópico. "La base del marxismo es el materialismo histórico, que en cierto modo constituye el punto de anclaje científico natural del sistema socialista. La lucha por la existencia une a los grupos de igual situación para formar clases sociales, las cuales luchan entre sí por la existencia (Teoría de la lucha de clases). El objeto de esta lucha es la expoliación de la clase obrera por las clases superiores (Teoría de la expoliación), la cual es posible porque el capitalista hace que el obrero trabaje durante más tiempo del socialmente necesario, esto es, aquel tiempo que sería suficiente para hacer frente al nivel de vida del obrero (Teoría de la plusvalía). Como debido a la tendencia a la nivelación de los tipos de beneficio corresponde más beneficio al capital fijo que al variable (circulante, el empleado en la adquisición de la energía productiva), que origina una superioridad de las explotaciones que trabajan con mayor capital constante, lo cual conduce a la concentración de explotaciones (Teoría de la concentración), intentando los capitalistas emplear en cantidad creciente capital constante, es decir, aumentar las instalaciones de producción, con lo que —y puesto que el capital variable, esto es, el destinado al pago de los obreros, disminuye— se privará cada vez a mayor número de obreros de los medios de subsistencia y se les empujará hacia la miseria (Teoría del pauperismo). Todo esto conduce a la proletarización de la clase obrera. Ahora bien, como, a consecuencia de lo anterior, se destruye el poder adquisitivo de esta misma clase y, por otra parte, las leyes dinámicas del capitalismo provocan la transformación de una parte de la plusvalía ganada en nuevo capital (Teoría de la acumulación), consiguientemente se concentra la producción, es decir, se ve forzada a trabajar con capital creciente y aumentando la masa de productos, lo que provoca crisis de venta, que van minando el sistema capitalista, hasta que finalmente se derrumbe éste a consecuencia de tales conmociones (Teoría de la catástrofe)". (Heller).

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