domingo, 30 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - La función de la memoria

MNEMOTECNIA - La función de la memoria
¿COMO RECORDAMOS? La suerte del cerebro es sufrir continuas modificaciones. Tales cambios pueden recordarse en ciertas circunstancias; las ideas, las imágenes, las sensaciones, las emociones, que en un momento dado de la vida se han fijado en la memoria, pueden reaparecer.
Algunos ejemplos de las asociaciones que pueden venir a la mente cuando observamos un objeto. Su número es ilimitado: sólo depende de la atención y conocimientos del observador. Cuanto más relaciones establecemos, con mayor fuerza se graba el recuerdo.
Sin embargo, es preciso distinguir dos clases de reproducciones: el recordar y el recordarse. He observado la estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York por primera vez, hace diez años; me detuve buen rato, analicé cada uno de sus detalles escultóricos, busqué la explicación de sus alegorías, seguí con mis propias manos el contorno de algunos de los relieves; la imagen motora se conservó en mis centros nerviosos. Si paso hoy frente a la estatua de la Libertad, se formará en mi cerebro una imagen visual-motora, más o menos nueva, pues en realidad sólo la vi al pasar —y la cantidad de los elementos que la compongan serán antiguas imágenes elementales resucitadas—. Esas imágenes son actualizadas por los mismos estímulos que hace diez años las produjeron. De hecho, no soy yo el que recuerda, es el monumento mismo, o mejor su presencia, lo que despierta las modificaciones otrora sufridas por un grupo de mis células cerebrales. Cuando me detuve por primera vez ante el monumento casi todos mis sentidos aportaron excitaciones; comparé la figura con las de otros monumentos, recordé lo aprendido acerca de las circunstancias en que se erigió la estatua. Ahora, sin detenerme en un prolijo examen, el conjunto de los conceptos elaborados aparece claro y neto. Nada falta, instantáneamente la presencia del monumento, el estímulo directo, actualizó viejos recuerdos. Pero estos recuerdos pueden también aparecer por estímulo indirecto; puedo yo mismo recordar. Bastará para ello un lugar, una palabra, una fecha, algo que tenga relación con el monumento. Así, la palabra Libertad leída en un periódico, evoca en mí siempre la misma imagen visual, bastante confusa en sus contornos, pero relativamente clara en el centro. En esa parte mejor precisada veo la antorcha de la estatua, a la izquierda una masa de rascacielos, a la derecha navíos anclados, en el centro un enorme basamento blanco. En medio de todo el conjunto, augusta e imponente, la figura de la Libertad. Mi imagen visual está completamente deformada, sé muy bien que desde el sitio en que me considero colocado no vería realmente lo que imagino. Pero lo importante para mí es mostrar cómo la palabra Libertad impresa me recuerda siempre la estatuadel puerto de Nueva York. Esto ocurre porque la imagen visual, y muy particular del monumento, entra en la imagen panorámica, que no fue sorprendida por los ojos, sino forjada por la imaginación gracias a un acopio de imágenes elementales, de colores y formas. Siempre esta composición se me aparece en sus rasgos esenciales, está ligada, indisolublemente, sin que sepamos cómo ni por qué a la palabra Libertad. Existe en mí una relación entre el significado de esa palabra y una representación visual de una parte de Nueva York. De este modo, mi memoria se comporta, pues, como una carga potencial, como la fuerza de un explosivo, latente hasta el momento del choque o la ignición. Es absolutamente imposible recordar una serie o conjunto de representaciones mentales, si uno de sus elementos no resulta actualizado por una excitación exterior; después, la mayor o menor fidelidad de la reproducción dependerá pura y exclusivamente de la solidez de los lazos que unan las imágenes entre sí, de la atención que acostumbramos a prestar a las cosas, de la mayor o menor ejercitación de nuestra memoria.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN TROYA La ubicación de esta isla en un recodo estratégico del Mediterráneo, la muestra, históricamente, en el papel de relación de las culturas asiáticas y europeas que ha tenido desde la antigüedad. Schliemann (y luego Dürpfeld), después de casi un cuarto de siglo de estudios, ha podido mostrarnos la sucesión de los estratos culturales allí existentes. Esta sucesión cultural se muestra en este lugar tan perfecta, que ha podido mantenerse como un ejemplo, hasta nuestros días, de la evolución de la cultura en aquella isla. Los primeros estratos corresponden al Neolítico final, y cronológicamente pueden ser situados en una época aproximadamente contemporánea con la de las primeras dinastías tinitas (años 3315 a 2895, según Meyer y 4186 a 3642 a. de J. C., según Borchardt). Esta gran antigüedad revela que la cultura troyana es muy remota, pues no tenemos ningún indicio cierto de que en la Mesopotamia existiese, por ejemplo, ninguna ciudad babilónica.
INSTRUMENTOS DE TROYA. Hachas de piedra pulida, para enmangar, y fíbulas de bronce (de la primera Edad de este metal), halladas en las ruinas de la segunda a la quinta ciudad superpuestas en la colina de Hissarlik. Según Hoernes.
El estrato más antiguo en el que ya aparecen establecimientos urbanos corresponde a comienzos de la Edad del Bronce. Estas ruinas, aunque de muy cortas dimensiones, sólo han sido investigadas en una pequeña parte. El instrumental lítico está compuesto, en cuanto a objetos de mayor tamaño, de hachas y martillos; entre los más pequeños encontramos cuchillos y sierras. La piedra empleada es el sílex u otras aun más blandas. La cerámica está hecha con la misma técnica de los vasos del Neolítico cretense. Son moldeados a mano y cocidos directamente al fuego, sin horno especial. Este pobre estadio cultural se prolonga hasta el final de la quinta dinastía de Egipto y del reinado de Sargón I en la primera y floreciente Babilonia. En el estrato siguiente, aparece ya la Edad del Bronce. Las muestras del instrumental lítico perduran y se amplían con ídolos en forma de tablero o de caja de violín y sellos cónicos, que reflejan influencias babilónicas. Otro instrumento lítico nuevo son algunas magníficas hachas y martillos, de gran tamaño y riqueza ornamental. Tanto estas condiciones, como los materiales líticos especiales y extraños de que estaban hechas dichas piezas y su acumulación con otros objetos de adorno en un edificio contiguo a la muralla, han hecho considerarles como elementos ceremoniales o distintivos de poder.
VASIJAS DE TROYA. Junto a los vasos metálicos, de los que se halló gran cantidad, se obtuvieron en las mismas ciudades superpuestas en la colina de Hissarlik estas piezas de cerámica modelada antropomorfa con tapa y asas rudimentarias. Según Hoernes.
La cerámica muestra formas también nuevas: urnas antropomorfas, vasos con asas funiculares, vasijas zoomorfas o globulosas, copas altas con amplias asas ventrales. Además aparece la tapa, como complemento de algunas de las piezas. La decoración es de dos tipos: incisa o modelada. Las primeras presentan la ornamentación por medio de incisiones realizadas con líneas o puntos. Las segundas tratan de sugerir, grotescamente, figuras antropomorfas o zoomorfas. No existe cerámica pintada. El conjunto de esta alfarería adolece de rusticidad, pesadez e inelegancia. Los objetos de cobre muestran una adición de ocho o diez por ciento de estaño. Se trata de hachas, puntas de lanzas, puñales, agujas con uno o dos ojos terminales, etc. Hermosos vasos de oro y de plata —entre los cuales el poético Schliemann creyó que le era dable reconocer el tesoro homérico de Príamo— revelan un comienzo de lujo primitivo. Un nuevo periodo más cercano a nosotros, puede señalarse más tarde en un estrato que desde el punto de vista arqueológico no revela modificaciones especiales. Entonces, la Troya homérico micénica aparece con su cortejo de objetos de piedra; su cerámica, ya importada o ya local, netamente de estilo cretense, y sus armas de bronce. Finalmente, un estrato cultural distinto nos revela la presencia de elementos tracios, caracterizados por la aparición de armas diferentes y de una cerámica con depresiones o abolladuras hechas a mano. A esta etapa de baja cultura la eclipsa, por último, la de la dominación helénica, que lleva hasta esta isla el esfuerzo expansivo de la Magna Grecia.

sábado, 29 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - Tres claves

LA VISITA DEL SEÑOR HEILBRUNNER La piedra grabada guarda indeleble las huellas del cincel; la sabiduría popular de los proverbios nos enseña que palabras escritas en la arena se las lleva el viento. ¿Cuál de estas condiciones corresponde al sistema nervioso? La segunda. El cerebro es plástico, recibe voluntarioso toda impresión que los sentidos recogen; pero en su propia plasticidad guarda, por inercia, la tendencia a volver al estado primero, a borrar toda huella que no abrió profundos surcos. Imaginemos el taller del vidriero que paciente prepara el arabesco de las piezas que el mercado disputará. Su imaginación se concreta en finos trazos que quitan parte de la cera con que cubriera el cristal. Así, el dibujo tiene la duración de las palabras escritas en la arena; lo sabe y no confía en tan simple medio. Sumerge la pieza en agua regia: el ácido corroe las partes señaladas. Aquí no termina la tarea. Es necesario dar vida a la obra y el color se impone. El esmalte debe resistir todo uso y para ello entrega la pieza al calor del horno que lo fragua indeleble con el cristal. Estas operaciones hacen que perdure la obra, y en nuestro sistema nervioso también dos operaciones aseguran la conservación de las impresiones: la penetración y el refuerzo de la impresión. El perfecto funcionamiento de los órganos sensoriales y la integridad orgánica del sistema nervioso aseguran de hecho la penetración. Ningún estímulo se pierde y los nervios lo llevan a su respectivo centro. El número de impresiones que nos solicitan es ilimitado; todas, en principio, tienen igual posibilidad de fijarse, pero el cerebro no actúa como placa fotográfica. Su función es inteligente, de adaptación a las necesidades del individuo, proceso que cumple seleccionando las impresiones según su grado de importancia. ¿Cómo comprueba ese grado de importancia? Por la atención que prestamos a uno u otro suceso. Cuando nos concentramos en una lectura toda vocinglería, el ruido de la calle, pasan inadvertidos. Mas el solo olor a quemado nos hace saltar de nuestro asiento. Instintivamente el reflejo de conservación se sobrepuso al interés de la lectura. Esa sensación que llegó confundida con otras que no reconocíamos se impuso por su importancia. Vemos, pues, que la atención enfoca, por así decirlo, el campo de la conciencia sobre un determinado objeto, pero no anula la posibilidad de saltar a otro de mayor trascendencia. En el estudiante distraído, en el comerciante que olvida pedidos, falta el esfuerzo voluntario de atención. Si la penetración depende casi exclusivamente de factores orgánicos, no ocurre lo mismo con el refuerzo de la impresión. Aquí representa su gran papel la ejercitación. Tenemos en perspectiva un buen negocio y nos presentan la persona indicada para realizarlo. El amigo común introduce al futuro cliente dando su nombre, profesión, e indica con breves alusiones la prisa que tiene al decirnos que viaja a Brasil en el próximo avión. Debemos ser explícitos y no perder tiempo; lo requiere la prisa del visitante y nuestro interés en la operación a concretar. Apresurados, pues, volcamos nuestra atención en las condiciones del contrato a formular; omitimos parcialmente al visitante, que expuestas sus razones se retira. Llegado el momento de llamar a su alojamiento o de escribirle: ¿Cómo se llama...? ¿Es abogado, ingeniero...? ¡Pequeñas y grandes dificultades! La corrección, la seriedad, no permiten tales omisiones y resulta, que por ellas o por no querer cometerlas, perdemos una provechosa operación ¿Qué hubimos de hacer? Simplemente ayudar nuestra memoria, reforzar la impresión de esos detalles triviales, pero imprescindibles. En el transcurso de la conversación decíamos: "Nuestro interés, señor..." "El crédito de la casa exige..." "La calidad de nuestra producción..." Y debíamos decir: "Nuestro interés señor Heilbrunner exige..." "El crédito de la casa, señor Heilbrunner..." "La calidad de nuestra producción, señor Heilbrunner..." Así, al par que corteses y amables, el apellido Heilbrunner llega una y muchas veces a nuestros centros cerebrales, la impresión está reforzada, y las células asaeteadas por la percepción correspondiente a Heilbrunner no dejarán escapar este grupo de sonidos, lo conservarán tenazmente. Además, cuando durante la entrevista tomamos anotaciones, debimos escribir varias veces Heilbrunner, y la impresión auditiva se convierte así en visivo-motora. Es ley en psicología que cuantos más sentidos componen un recuerdo con mayor fuerza se graba.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN LA PENINSULA IBERICA Los arqueólogos españoles y portugueses han podido reconocer la existencia de diversos "círculos" culturales correspondientes a la Edad del Bronce en la Península Ibérica. Primero, el círculo portugués, comprendiendo Portugal y Galicia. Dentro de él podemos señalar la presencia de un período Neolítico final, la de un Eneolítico inicial y la de un pleno Eneolítico. Desde el punto de vista de las artes menores, estos tres períodos se caracterizan, respectivamente, por toda la gama del instrumental de piedra pulida (para el primero) ; por puntas de flechas, muy bien retocadas, con pedúnculos o con aletas, puñales de mano o enmangados, de sílex, placas de pizarras con decoración antropomorfa incisa, cilindros y conos de piedra calcárea y cerámica tosca y poco decorada (para el segundo); por una gran perfección en el pulido de la piedra, especialmente en las hachas; por una cerámica en forma de campana, que quizá venga del norte de Africa; por una serie muy variada de piezas posiblemente destinadas a cultos religiosos y por la aparición de punzones, puntas de flechas, puñales y hachas de cobre (para el tercero) . En materia de arquitectura la caracterización de los tres períodos es, respectivamente, por dólmenes de cámara poligonal y de corredor incipiente; por sepulcros de corredor y galerías cubiertas; por sepulcros de corredor y de cúpula, cuevas naturales y artificiales y la aparición de concentraciones urbanas. En el centro de España aparece otro círculo cultural muy amplio, al cual se ha denominado "cultura de las cuevas". Es fácilmente reconocible por la decoración de la cerámica, hecha con impresiones digitales o con incisiones, predominando cada una de estas técnicas al Norte y al Sur, respectivamente. De la última de ellas, para algunos autores, se derivan los vasos en forma de campana de que antes hablamos. También en este círculo podemos establecer la existencia de los mismos tres períodos que en el anterior. En el primero, los hallazgos del material arqueológico dentro de las cuevas sólo ofrecen trabajos imperfectos en piedra y objetos de cerámica tosca. Sólo por excepción algún hallazgo —como el de la Cueva de los Murciélagos (Granada) — nos muestra la existencia de objetos de oro y de rudimentarios tejidos de esparto. En el segundo, hallamos los tipos de cerámica antes enunciados. En el tercero, la cerámica en forma de campana, ya afirmada plenamente, es acompañada por formas globulosas, de vasos con pie y de escudillas. Castilla y Andalucía han dado buena muestra de ello, especialmente en los cementerios de Carmona y Marchena, para la primera de esas regiones, y las de Ciempozuelos y Somacén para la segunda. En cuanto a la arquitectura, toda la región andaluza muestra galerías cubiertas y sepulcros de cúpula en una serie extraordinaria de cuevas y refugios. En cambio, las catalanas se dividen en el grupo de la provincia de Lérida, donde se prosigue con la decoración en relieve, y el resto, que entra dentro del "círculo" pirenaico, del cual nos ocuparemos luego.
CERAMICA NEOLITICA IBERICA. Entre las numerosas muestras, generalmente muy toscas, de esta alfarería, se destacan las piezas correspondientes a la cultura hispano mauritana con decoración geométrica. Según Martínez Santa-Olalla.
El sudeste de España es mucho más conocido y permite el establecimiento de un Eneolítico finamente reseñado en su evolución progresiva. Es así como, gracias a las investigaciones modernas, podemos establecer la presencia de una industria lítica amplia; de una cerámica constituida alrededor del núcleo de las piezas en forma de campana y de otras formas conexas, sobre las cuales aparecen, ya elementos antropomorfos o zoomorfos estilizados en su modelado, ya pinturas de igual carácter; una gran riqueza de formas metalúrgicas, ya puñales, ya hachas planas, ya elementos ornamentales, a los que deben agregarse todavía perlas de collar y ámbar trabajado. En cuanto a la arquitectura, este "círculo" nos muestra poblados y necrópolis que van evolucionando. En el pleno Eneolítico las casas son rectangulares, hechas de muro de piedra sin mortero, a pesar de lo cual presentan a veces complicados sistemas de fortificación y de conducción de las aguas (como en Los Mi-liares). Respecto a los cementerios, comienzan en el Eneolítico, por consistir en simples fosos en la tierra. Luego se los reviste de losas de piedra y, ya en el Eneolítico, se introduce el sistema de las grandes construcciones funerarias hechas con gruesos bloques.

viernes, 28 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - Tres claves

LA HUCHA DEL AVARO El dinero tiene valor mientras circula; la hucha del avaro deja perecer de hambre a su dueño. Así, por profundamente grabado que esté un recuerdo de nada vale si no podemos hacerlo aparecer, ponerlo en circulación. La evocación es el proceso que actualiza los conocimientos adquiridos, y aunque la comparación parezca grosera, con el funcionamiento de un archivo podemos comparar su proceso. Los recuerdos no se amontonan como las hojas que en otoño el viento arremolina, sino se disponen como ordenados legajos. Cuando solicitamos al archivero un documento, consulta primero su índice general; obtenida la denominación del legajo busca después en el índice especial la característica que distingue al documento pedido de otros similares y sin vacilaciones lo pone en nuestras manos. Procedió por sucesivas aproximaciones y encadenamientos. Un dato da la clave de otro, y éste permite ubicar lo pedido. En sus grandes rasgos, la mente procede de este modo. Veo un hombre en la calle y en seguida me recuerda un amigo por su manera de vestir. En este caso el factor reproductor es la imagen percibida en la calle, que por analogía, es decir, por ciertos rasgos comunes, despierta el recuerdo que conservo de mi amigo. Tenemos, pues, una asociación, un encadenamiento por semejanza. En cambio, si al ver una persona evoco su nombre, si una palabra reproduce la que sigue en un verso, hablamos en seguida de contigüidad. La asociación por contigüidad es fruto de la experiencia, pues resulta más íntima cuanto más frecuente fue la repetición conjunta de fenómenos ligados entre sí. En el ejemplo que diéramos para grabar un nombre, la palabra Heilbrunner está indisolublemente unida al crédito de la casa, a la calidad de nuestra producción, a los apuntes tomados; y cada vez que estas imágenes actúen, el nombre de nuestro cliente también será evocado. La prontitud y precisión de la evocación estará en razón directa con el número de asociaciones. Cuanto más apuestas hace el jugador en la ruleta, mayor es su posibilidad de acertar. Del mismo modo, cuanto mayor número de impresiones se asocian a un recuerdo, más pronta y fácil es la evocación. En una palabra, podemos resumir estas condiciones fundamentales para quien desea educar su memoria en dos reglas: 1) Toda representación tiende a reproducir otra representación que se le asemeja. 2) Tiende, además, a reproducir otras, a las cuales está ligada por la experiencia.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN LA MESOPOTAMIA Como en Egipto y en el sur de Europa, el Neolítico puro de la Mesopotamia es harto breve. Casi en seguida sobreviene allí el Eneolítico o Edad del Cobre. Su mejor expresión la tenemos en el "tell" de Susa, que fue estudiado por J. de Morgan. Se trata de una acumulación de residuos que forma una colina artificial ("tell") de treinta y cuatro metros de altura. En ella el arqueólogo citado realizó excavaciones intensivas, que permitieron establecer la presencia de diversos estratos culturales. Las capas más profundas —de 34 a 10 metros— revelaron la existencia de un estrato cultural netamente paleolítico, con grandes cantidades de objetos tallados en sílex y en obsidiana. La parte superior de esta capa aparece ya con elementos del Neolítico, en forma de objetos de piedra pulida y de cerámica grosera. De los diez a los cinco metros de las capas corresponden a una Edad del Cobre (en lo más profundo) y del Bronce (en lo más superficial). Por último, la capa formada por los cinco metros más cercanos a la superficie actual del terreno mostraba la aparición de la Edad del Hierro. Montelius ha intentado una cronología de esta sucesión de capas culturales. Para él, el comienzo de la civilización elamita, allí revelada, comienza en el 20.000 a. de J.C. y los veinticuatro metros de la capa más profunda corresponden a un desarrollo de catorce mil años. El bronce debió de ser conocido allí alrededor del año 4000 a. de J.C., y el hierro en el 1000 a. de J. C. Esto daría, pues, una duración de tres mil años al período de las Edades del Cobre y del Bronce.
VASO DE PLATA DE LOS SUMERIOS. Se entiende que fue hecho hacia el año 2550 a. de C. y perteneció al rey Entemena de Lagash. En el friso superior hay cérvidos arrodillados (alusión probable a ciudades vencidas). En el inferior el águila con cabeza de león preside una doble y repetida escena, en la que se ve al león de Lagash mordiendo al macho cabrío de Umma. Todo el conjunto, de manera simbólica, alude a los triunfos de Lagash sobre sus rivales y vecinos. Ejemplar en el Museo del Louvre. Según Kittel.
La tradición histórica explica que el acontecimiento cultural más importante en la región es la formación del imperio babilónico, que instauran los sumerios. Una gran oscuridad se cierne sobre este pueblo, al cual, sin embargo, la mayor parte de los indicios permiten atribuirle un origen no semítico y una patria arábiga. Ellos fueron los que edificaron a la poderosa ciudad de Babilonia, cuyos más antiguos vestigios corresponden al final del cuarto milenio a. de J.C. En un principio, lo que fue luego la magna ciudad debió de distribuirse entre varios príncipes independientes, cuyas antiguas instalaciones recoge la arqueología en la colina de Tello, en donde habían edificado su capital: Lagash, también denominada Shipurla. Allí se han extraído hachas y puntas de lanzas de cobre, una estatua de tamaño natural en diorita, que se supone, por la magnificencia de sus vestiduras, que representa al príncipe-sacerdote Gudea, bajo cuyo mando (alrededor del año 2340 a. de J. C.) la cultura de los sumerios llegó a su máximo esplendor. Otras figulinas pequeñas representan ya a Tello, ya a Gudea, y también están hechas en cobre. En otra colina cercana, parcialmente artificial (Tell Sifr o "la colina del cobre"), se han encontrado muchas más armas e instrumentos de cobre, así como vasijas diversas de cerámica. Por último, poseemos inscripciones bastante extensas, en cilindros de piedras, que nos cuentan las listas de sus dioses y los detalles de su culto. Posteriormente una gran introducción de elementos semíticos se realiza sobre el territorio. No sabemos la fecha de su llegada, ni de dónde provenían, pero es evidente que se apoderan de todos los elementos de la cultura sumeria, transformando su existencia, hasta entonces nómada, en sedentaria. El apogeo de esta cultura se opera hacia el año 2500 a. de J. C., bajo Sargón I, constructor de los dos templos de Babilonia. Desde entonces empiezan las grandes conquistas, hasta llegar a Hammurabi, sexto rey, codificador y conquistador, que reunió bajo su cetro a toda la Caldea y la Asiria. Después de Hammurabi, guerras destruyeron el imperio y separaron a los caldeos de los asirios. Más tarde el núcleo dominante deja el sur del territorio mesopotámico para constituirse en el norte y entonces se funda el imperio asirio. Su rey más importante es Salmanasar I (por el año 1209 a. de J. C.). Hasta entonces podemos hablar de la Edad del Bronce. El hierro sólo aparecerá después de esa fecha.

jueves, 27 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - Tres claves

¿ES USTED BUEN TESTIGO? Ocurre a menudo que nos requieren para dar testimonio de un hecho cualquiera. La importancia del mismo exige precisión en las respuestas. Grabado profundamente en la memoria, al herir la sensibilidad el acontecimiento creó un estado afectivo. Dolor y lástima ponen su sello a la evocación, y cuanto más inusitado fue el acontecimiento, con mayor abundancia acuden las imágenes a la mente. Sin embargo, todo aconteció hace mucho tiempo; nuevas sensaciones, innumeras alegrías suplantaron al estado de depresión. En el momento de la evocación se presentaron claros todos los factores accesorios: sabemos día, hora, lugar, y muchas veces nos sorprendemos de recordar esos detalles. ¿Les prestamos atención en aquel momento? Indudablemente no; carecían de importancia. Si fue un accidente procuramos entonces socorrer a los heridos y nada más. Pero ahora los precisamos y en ellos hace hincapié el oficial de justicia. Describimos situando el acontecimiento dentro de un marco de espacio y tiempo: lugar y época. Quitemos a la evocación estas características. ¿Cuándo fue...? ¿Dónde...? ¿Nos ocurrió a nosotros, nos relataron o leímos el suceso? Toda la gama de las imprecisiones nos asalta. Sabemos algo y no sabemos cómo. Evocamos fantasmas, pues la realidad aparece divorciada del acontecimiento. Pero en el momento que agregamos el complemento de época y lugar todo cambia: vivimos nuevamente el acontecimiento, sentimos su peso. Virgilio escribió: No hay mayor dolor que recordar el tiempo feliz en la miseria. La frase sintetiza todo el proceso psicológico. Los estados de ánimo pasados vuelven y contrastan con la realidad presente: fuimos felices y somos desdichados. El antagonismo destaca los relieves de ambas situaciones y la diferencia se vuelve manifiesta. En el contraste reside, pues, la localización del recuerdo; sin este factor quedará perdido, brumoso, como un relato oído sin saber dónde. Si la similitud de acontecimientos es acicate para la evocación, el contraste —cuanto mayor, mejor actúa— precisa el momento y el lugar.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

VOLUCION DE LA ARQUITECTURA MINOICA De la misma suerte que en las artes menores, puede seguirse esta evolución en la arquitectura. En el período primitivo el hombre habita preferentemente en cuevas. Algunas veces las excavaciones arqueológicas permiten reconocer viejos cimientos de cabañas hechas con materiales vegetales. Por excepción, en Magasá fueron hallados los restos de una casa rectangular de dos habitaciones, cuyos cimientos y parte baja de los muros —única que se conservaba— estaban hechos de piedra. En el período de la primera cultura minoica ya las casas aparecen mostrando una planta complicada, a veces de varios pisos. Las tumbas de los ricos suelen imitar las formas de las casas; otras veces presentan el aspecto de cintas de piedra o cámaras sepulcrales, del mismo material, excavado en el subsuelo. Los pobres enterraban a sus muertos directamente en anfractuosidades naturales o en hendiduras artificiales hechas en la roca. Las necrópolis eran rodeadas con muros rectangulares. En el período de la cultura minoica media comienzan las construcciones de los palacios primitivos, retirados casi a una hora de marcha de la costa, para protegerlos de los ataques inesperados por la vía del mar. Se trata de grandes casas, cuyas habitaciones rodean a un patio abierto. Su planta es habitualmente rectangular. Sobre este tipo se construyeron los de Knosos y Faistos. Por excepción en Chamaizo, la planta es oval, pero las habitaciones continúan siendo rectangulares. En el período final del minoico medio deben de haberse producido en Creta grandes transformaciones políticas con su acostumbrada repercusión en lo cultural. Ello se nota en la arquitectura por la destrucción de los grandes palacios antes mencionados, aunque muchos de ellos son reconstruidos con mayor pompa y magnificencia todavía. Es posible que luchas internas por la adquisición del gobierno entre las grandes familias de la oligarquía dirigente, o cambios dinásticos, o invasiones de los grupos micénicos de la Grecia continental, deseosos de volver a asumir el poder en la tierra de sus mayores, o finalmente invasiones de pueblos extranjeros, hayan traído como consecuencia tales perturbaciones. Esta última posibilidad se apoya, especialmente, en la transformación fundamental ocurrida en la escritura, que de jeroglífica pasa a ser lineal. Como quiera que sea, ello no fue en desmedro de la cultura micénica, que continuó su trayectoria con creciente fuerza. Esto se revela, por ejemplo, en las manifestaciones arquitectónicas que venimos estudiando. El nuevo palacio de Knosos —reconstruido sobre las ruinas y el emplazamiento del primero— le exceden en esplendidez y comodidad. El ala del Oeste contiene las salas de recepción —entre las que se destaca el gran salón del trono—, la capilla o pequeño templo de las oraciones ordinarias y el sector destinado a almacenar riquezas, alimentos, armas e instrumentos de guerra. El ala del Este estaba totalmente destinada a la vivienda. Y allí las habitaciones se escalonan en cuatro pisos superpuestos. Para pasar de un piso al otro hay, de trecho en trecho, y adecuadamente dispuestas, una serie de escaleras. Entre ellas se destaca una de carácter verdaderamente monumental. De esta suerte todo lo que se destina a la vida exterior y de relación —lo que hoy llamaríamos "planta de recepción"— se encuentra en una de la3 alas, en tanto que la vivienda íntima, propiamente dicha, se limita a la otra. De esta manera no hay interferencias ni dificultades. Además, las condiciones higiénicas son particularmente vigiladas y satisfechas. El suave clima isleño permite, en algunos casos, reemplazar a los muros cerrados por hileras de columnas: así ocurre, por ejemplo, en la hermosa "sala de las columnas". Asimismo, existen numerosos cuartos de baño y retretes, con un sistema totalmente eficaz de canalización, que permite el alejamiento de los detritos alimenticios y de las aguas servidas. Por último, la luz diurna es captada por tragaluces verticales, que permiten su aprovechamiento máximo en el interior de las habitaciones.
LA CIUDAD DE GURNIA. Las reiteradas excavaciones realizadas en Gurnia han permitido poner en evidencia la antigua planta de ese recinto urbano. Su vista de conjunto muestra lo intrincado de sus calles y el hacinamiento de sus casas. Protegida por la situación insular de Creta, Gurnia carecía de defensas exteriores.
No ha de creerse que este palacio de Knosos sea el único. Los de Faistos y Hagia-Triada — aunque más pequeños y sencillos— son construidos bajo lineamientos semejantes. Nuevos disturbios políticos debieron de producirse hacia el 1400 a. de J. C., dando como resultado una nueva destrucción de aquellos palacios. Esta vez, el impulso creador y restaurador fue menos intenso: los palacios fueron reconstruidos, menos el último, cuyas ruinas perduraron en ese estado. Otra muestra de la capacidad de la cultura cretense para la vida social nos es revelada por sus aglomeraciones urbanas. La población de Gurnia es habitualmente considerada como el mejor ejemplo del trazado de una población cretense. Está edificada en lo alto de un cerro, sobre un terreno desnivelado y reducido. Este emplazamiento fue, sin duda, aconsejado por medidas de precaución, ya que esta ciudad —como los grandes palacios antes mencionados— no presenta muestras de fortificación. Esto no era, sin embargo, una regla absoluta: Gurnia, Palaicastro, Pseira son poblaciones sin defensa para la guerra; pero todas las acumulaciones urbanas del período micénico de las Cícladas, así como Filacopi, en Melos, muestran sus buenos muros de protección guerrera. Gurnia, acaso por su reducida área de ocupación posible, muestra sus calles tortuosas y sus viviendas apretadas en hileras. La distribución de los complicados emplazamientos interiores está supeditada a los desniveles y dimensiones del terreno. Esto obliga, a veces, a vueltas y revueltas por sus tortuosas callejas pavimentadas; pero pese al abigarramiento de esta distribución, interesa notablemente por la amplitud de la concentración de viviendas particulares que señala.

miércoles, 26 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - La función de la memoria

LUCES ROJAS Y AZULES La función del cerebro es registrar y comprobar. Los sentidos brindan el material necesario, pero es materia bruta; su aprovechamiento requiere una decantación, un tamizado previo; mucho de lo recibido es escoria, desaparece sin dejar huellas. Este es el papel del olvido: seleccionar. Si el individuo conservara íntegro el recuerdo de todas las excitaciones, sería aplastado por semejante cúmulo. Conserva las necesarias, las útiles por su valor de adaptación, y el resto se pierde para dejar campo a nuevas experiencias. Esto permite al estudiante aprender, y en el examen, encontrar la respuesta exacta, después de haber desechado todas las aproximaciones posibles. El cerebro conserva, confronta, liga recuerdos y experiencias nuevas; es el magnífico tablero de control de esa gran central mecánica que es el ser. Si el cerebro fuera de cristal, transparente, y si la excitación se iluminase con una luz roja y la inhibición con otra azul, veríamos en la superficie de los grandes hemisferios un mosaico luminoso de dos colores; en unas zonas arabescos de complicados puntitos, en otras dibujos más grandes, de formas extravagantes y fantásticas. En algunos sitios observaríamos el mosaico en rápido movimiento, en permanente y alternativo cambio, en ininterrumpido juego de colores rojo y azul; en otras regiones las manchas coloreadas nos parecerían inmóviles. El doble principio de elaboración y olvido se aclara con esta imagen. El excitante, por más fuerte, se desparrama con mayor rapidez, pero arrastra como irreparable compañero el olvido, el sueño de las células, que puede abarcar extensas zonas o concretarse en un punto. El cerebro vive, pues, entre el sueño y la vigilia, en constante desgaste y recuperación. Abrimos una ventana al mundo exterior y cerramos otra. La memoria y el olvido pugnan por vencer: las luces rojas son las células que trabajan, fijan y relacionan recuerdos; las azules, células que agotadas o poco ejercitadas se liberan de todo esfuerzo, se aíslan del resto para reponerse.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN EGIPTO La península del Sinaí fue uno de los lugares de la tierra de donde se extrajo más antiguamente cobre. La mayor parte de los arqueólogos están contestes en afirmar tal antigüedad de explotación. Ello ha permitido establecer para Egipto una etapa cultural de transición entre el Neolítico y la Edad del Bronce, que ha recibido el nombre de Edad de la Piedra y del Cobre o período Eneolítico. Los basureros existentes en el Nilo superior muestran ya objetos de cobre junto a las hachas de piedra pulida y los restos de la más primitiva cerámica egipcia. Las necrópolis de Nagada y otras aldeas situadas al norte de Tebas corresponden a dicho período. Más tarde, cuando comienzan a realizarse las aleaciones con estaño, éstas suelen ser pobres. Generalmente no pasan de un cinco por ciento, en razón de que este mineral es traído desde muy lejos. Sólo cuando estas comunicaciones y trueques comerciales aumentan se alcanza una proporción del doce por ciento. Sin embargo, hasta una época relativamente tardía, se continúa usando el cobre puro. El testimonio arqueológico, dado especialmente por los ajuares funerarios, encuentra una ratificación en las representaciones pictóricas murales del imperio egipcio, en los períodos antiguo y medio. En ellos aparecen las armas y los útiles de cobre y de bronce, representados convencionalmente con los colores rojo y amarillo. Sólo mucho más tardíamente (en la tumba de Ramsés III, entre los años 1198 y 1167) cuando dario de Heliópolis y Menfis, hecho trascendental ocurrido el 19 de julio de 4241 —según Meyer— o de 4236 —según Borchardt—, permite el comienzo de la cronología egipcia y constituye la fecha más antigua de la historia humana que se conoce dentro de la cronología histórica. El tercer período comprende la unión de los dos imperios del Alto y Bajo Egipto en manos del rey Menes y las dos primeras dinastías Tinitas, o sea, desde el punto de vista arqueológico, la -época delcobre y la temprana Edad del Bronce.
CERAMICA DEL EGIPTO PREHISTORICO. De entre sus innúmeras formas elegimos estos vasos, entre otros muchos, muy antiguos. Según Steindorff.
El cuarto periodo es el del imperio antiguo (dinastías tercera y cuarta). Los hechos más importantes desde el punto adviene el imperio nuevo, se observan esas representaciones pintadas en azul, que es el color convencional que usan para representar el hierro. Estos datos permiten establecer, pues, que todos los vestigios pertenecientes a los tres imperios, hasta el año 1200 a. de J. C., pertenecen a la Edad del Bronce. Meyer y Borchardt han establecido la cronología egipcia tomando por base las "listas de reyes" del sacerdote egipcio Manethon, que floreció en el siglo XV a. de J. C. y ratificándolas o modificándolas según los resultados de las investigaciones arqueológicas. Así, y después de un primer período correspondiente al Paleolítico y al Neolítico puro, han señalado la existencia de un segundo, destinado a contener los elementos del período Eneolítico, bajo el cual transcurre el primer imperio (radicado en el Bajo Egipto) y los siguientes dos imperios de los "adoradores de Horus". La creación del primer calen- de vista arqueológico son el auge de la escultura y la conquista egipcia de los yacimientos de cobre de la península de Sinaí, previa dominación de los beduinos que los poseían de antiguo. El quinto período corresponde al final del imperio antiguo y la transición a la segunda época de florecimiento (dinastías sexta a octava). En los hallazgos arqueológicos se encuentra un aumento del empleo del estaño, que llega hasta un nueve por ciento, fundado en las razones de conquista antes mencionadas. El sexto período es el del imperio medio (dinastías undécima a decimotercera). El florecimiento del Egipto es evidente, tanto desde el punto de vista de la literatura como del poder político. En materia arqueológica, las excavaciones de Fayum muestran un gran repertorio de instrumentos de piedra, cobre y bronce. La mejor cerámica procede de Creta. Las decoraciones en espiral aparecen por vez primera. No hay aún indicios de la aparición del hierro. El séptimo período es el de la dominación extranjera, caracterizado históricamente por la invasión de los hicsos (1675-1580 a. de J. C.). Desde el punto de vista arqueológico no hay más modificaciones que la destrucción de la cultura por los invasores. El octavo período es el del imperio nuevo (dinastía decimoséptima a vigésima). El recobramiento de los soberanos propios viene acompañado de un nuevo esplendor para Egipto. La arqueología lo revela. Hay relaciones marcadas con la cultura minoica de Creta, lo cual puede probarse por los ricos vasos metálicos que se fabricaban en aquella isla y que aparecen en las tumbas. Los hallazgos de Gurob y de Tell-el-Amarna muestran cómo la cerámica micénica estaba de moda en Egipto. Los objetos de cobre han alcanzado ya su máxima proporción de estaño, pero todavía no se conoce el hierro. Es posible que hayan existido, por esa época, en el Sudán tribus negríticas africanas que trabajaran este nuevo metal, pero la metalurgia egipcia lo ignora. Desgraciadamente no han podido verificarse todavía estudios seguros de secuencias de formas instrumentales durante la Edad del Bronce en Egipto. Esta laguna deberá llenarse, si deseamos obtener de aquellas series de objetos toda la enseñanza que esperamos.

martes, 25 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - La función de la memoria

A principios del año 1906 el cable difundió por Europa y América la noticia del suicidio de Ludwig Boltzmann. El renombrado físico austriaco se había arrojado de un tren expreso en plena marcha. La declaración de los testigos no dejaba dudas: quiso la muerte. En los círculos científicos la consternación fue grande; si anonadaba lo irreparable de la pérdida, más sorprendía la decisión del sabio. Durante las honras fúnebres se procuró ocultar la trágica determinación de Boltzmann, pues en el mundo de las ciencias no son comunes estas resoluciones extremas. Sin embargo, pocos conocían los motivos del suicidio. Físico teórico, matemático de alto vuelo, Ludwig Boltzmann vivía obsesionado por la gradual pérdida de su memoria. Lo que un hombre de negocios soluciona con el cuaderno de notas, para un profesor es irremediable. Olvidar una fórmula frente al auditorio, no recordarla aunque sea el disertante su creador, despierta el mudo reproche de las miradas. ¡Un sabio no tiene derecho a tales deslices! Boltzmann lo sabía, la condescendencia de los ayudantes y discípulos hería su amor propio y, durante el viaje, mientras reflexionaba una vez más sobre el tema que desarrollaría en la Academia Prusiana de las Ciencias, apareció la temida laguna. ¿Y si el olvido se producía en el momento de la recepción? ¿Un recipiendario que no recuerda sus propias investigaciones? Los sabios no son siempre los seres más reflexivos; la ciencia exige un gran apasionamiento y nunca sabemos a dónde conduce una pasión. Boltzmann tenía una sola herramienta de trabajo: su inteligencia. Sin memoria no hay inteligencia, y al lento crepúsculo de la senilidad prefirió la muerte. En la historia no abundan tales ejemplos; mas la lucha de un gran hombre contra su decadencia orgánica ilustra bien la importancia de la memoria y de su conservación. Una memoria feliz es fundamental en todos los órdenes de las actividades sociales: profesionales, estudiantes, comerciantes, el común de la gente, gozan y sufren por la presencia y ausencia de ese privilegio. La naturaleza no nos provee a todos por igual: en cuerpos débiles alberga espíritus poderosos; en mentes lúcidas, inexplicables lagunas. Empero, todos poseemos la materia básica. Cada niño es un ser que la educación y el medio moldean, cada cerebro humano maravillosa maquinaria cuyo rendimiento condicionan herencia y ejercitación.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

LA CULTURA MINOICA Las manifestaciones de la primera cultura minoica, es decir, de la segunda etapa o período cultural de Evans, han sido también divididas por este autor en otros tres períodos, bien caracterizados por la cerámica, que es, sin duda, como ya sabemos, el elemento técnico que mejor individualiza las etapas culturales. En el primer subperíodo existe una alfarería que es fácilmente reconocible por su decoración hecha con pintura mate sobre fondos blancos o rojos o amarillos. Su decoración en arcos y meandros la aproxima a la "cerámica de bandas" o bandkeramik de la Europa central, según la opinión de algunos autores, entre los cuales se encuentran Hoernes y Bohn, aunque esta tesis resulte harto discutida —por razones de espacio y de tiempo—para otros autores. En el segundo subperíodo aparece y se desarrolla una cerámica policroma llamada de Camares por el lugar de su primer hallazgo. Sus formas atrevidas, sus colores brillantes y su gran perfección técnica, revelada por la delgadez inusual de sus paredes, nos pone en presencia de un arte nuevo, de una gran libertad, audacia y elegancia decorativa. A este arte cerámico de las vasijas se agrega el de las estatuillas de arcilla, con representaciones figulinas zoomorfas y antropomorfas.
VASIJAS CRETENSES. Entre los diversos tipos de la cerámica de Creta se destaca el llamado de Camares, que lleva el nombre del lugar de los primeros hallazgos. He aquí dos de esos bellos ejemplares que nombramos, famosos por la estilización libre de sus motivos decorativos, que producen un efecto sorprendente.
El tercer subperíodo muestra un retroceso en la confección de la cerámica; en cambio, florece el de la porcelana de Knosos cuyas delicadas actitudes hieráticas, su rigidez primitiva y la suntuosidad y delicadeza de sus descotados atavíos son exquisitos documentos para la más primitiva historia del ropaje femenino, con tanta razón como las pinturas al fresco de que se habla en otra parte. En esos frescos el estilo decorativo es el de un impresionismo naturalista, en el cual las escenas relativas a la flora y la fauna marina son frecuentes, como corresponde a poblaciones isleñas en contacto frecuente con el mar. En el período minoico final se distinguen dos divisiones internas. La primera muestra todavía la presencia de objetos de piedra con decoración en relieve, de vasijas de cerámica pintada y de jarros de oro y de plata. En la segunda aparece ya la decadencia. Si bien es cierto que se notan nuevas formas, tales como las vasijas con asas en forma de estribo, no es menos cierto que una creciente estilización lleva al olvido de la bella ornamentación impresionista-naturalista, que tan excelentes muestras había producido en los períodos anteriores. Todos los vasos aparecen barnizados sobre el fondo claro de la arcilla. En su conjunto, esta cerámica prueba la evolución cultural lograda a través de los diferentes períodos.

lunes, 24 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - La función de la memoria

¿QUE ES LA MEMORIA? La memoria está en íntima relación con la sensibilidad. Nada pasa por los sentidos que no deje su huella más o menos perdurable. La vida es una sucesiva adaptación, y como llevados a un país de lengua extraña, las palabras oídas cobran con el hábito valor y tonalidad, así, el organismo responde solícito a los requerimientos del medio. Nuestros antecesores adquirieron con duro esfuerzo experiencias que para nosotros son habituales. El automóvil, terror de los ancianos a fines del siglo pasado, resulta hoy una necesidad. ¿Somos más prácticos, tenemos mayor sentido del progreso? No; simplemente recibimos preformada una experiencia. Aparte de las características físicas, generalmente admitimos que los hijos heredan las cualidades intelectuales, afectivas y volitivas de sus mayores. Con el perfil del padre la delicadeza de la madre, con la excelente memoria de la abuela ciertas excentricidades del abuelo. En una palabra, suponemos tácitamente que esas cualidades se pueden transmitir directamente de padres a hijos por intermedio de los cromosomas, que guardan, sin que sepamos cómo, tal "patrimonio hereditario". Por cierto, de nuestros padres recibimos ese material, pero para ellos sólo representó un "depósito" que tenían en custodia. Si el hijo hereda dotes musicales no las recibe del padre, que como individuo puede tenerlas, sino del plasma germinativo de la especie. El individuo es, pues, buen o mal cuidador del depósito germinativo. Como el tutor es responsable de los bienes de menores puestos a su cuidado, todos —con nuestros excesos o temperancia— somos responsables del legado de la especie. Las perfecciones que adquiere el individuo no se transmiten; pero las mejoras de la especie, sí. La cultura que disfrutamos no la elaboraron nuestros más próximos antepasados, la forjó el hombre a través de los siglos. Así, las perfecciones de una especie estaban en potencia en el primer ejemplar: el medio, las vicisitudes históricas, la vida del individuo, desarrollaron o anularon la plasticidad orgánica. En el cerebro se esconde toda la gama de las posibilidades humanas. La inteligencia es el signo distintivo del hombre: ingenio y manos crearon la civilización. Cada época, cada pueblo, cada individuo, pone siempre sus destinos en la mayor o menor armonía del complejo mecanismo de miles de millones de células cerebrales. Cuidar nuestra inteligencia es velar por la especie, y cuidar nuestra inteligencia es desarrollar la memoria. Allí —bien lo saben estudiantes y hombres de negocios— reside el secreto del éxito que nos aguarda como individuos: la mejor o peor suerte en el cumplimiento de las aspiraciones sociales o profesionales.

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

EN CRETA Alrededor del año 4000 a. de J. C. comienza a florecer en Creta la cultura minoica, que se extiende hasta el año 1000 a. de J. C., aproximadamente. Lo primero que salta a la vista de esta gran cultura prehelénica, son sus dos características más salientes: primero, el contraste entre la pequeñez territorial de esa isla del Mediterráneo oriental y la potencia creadora de la cultura que en ella tiene nacimiento; segundo, el carácter altamente expansivo de esa cultura; tercero, su pronunciada tendencia al régimen matriarcal. En efecto, en el período más neto de su florecimiento, la cultura micénica aparece como creadora de un tipo de vida urbana, dotado de una riqueza, comodidad y esplendor inusuales en aquellas remotas épocas. Las villas de Micenas, Tirinto y Orcomenos, de Knosos, por ejemplo, muestran la existencia de palacios, dotados de grandes pinturas al fresco, de amplios ventanales sobre el mar azul, con una vida ciudadana animada de fiestas religiosas y deportivas. Además esta cultura tiene un extraordinario poder de penetración. Pronto rebasa los reducidos límites de la isla que le sirve de cuna e invade todo el amplio y diverso territorio insular vecino; las Cícladas, Rodas y otros territorios insulares de este tipo le sirven, respectivamente, para lograr poner pie en la Grecia continental y en el Asia Menor. Con respecto a Egipto las relaciones se invierten. Los cretenses primitivos eran tributarios culturales de los egipcios de la primera dinastía, pero pronto anularán esa influencia y, durante la época del imperio medio comenzarán a introducir su cerámica a orillas del Nilo, empezando un imperialismo cultural que se reafirmará, después de las invasiones de los hicsos a Egipto, con la instalación del imperio nuevo. De esta manera influyen en la formación cultural de las más importantes civilizaciones del mundo antiguo. Por último, los grandes frescos, así como los vasos pintados y, de manera incidental, otros hallazgos arqueológicos, revelan que la mujer tenía, en la sociedad micénico-cretense, una gran influencia, desusada entonces en otras civilizaciones, y que se denuncia por una preponderancia marcada en ceremonias del culto y en lo que parece haber sido su juego nacional: las corridas de toros. El arqueólogo Evans ha establecido la siguiente cronología para esta cultura: un primer período, constituido por toda la etapa paleolítica y neolítica, que va desde el año 4000 hasta el 3000 a. de J. C., aproximadamente. Un segundo período de la primera época minoica, del 3000 al 2000. Un tercer período de la época minoica media, del 2000 al 1600. Un cuarto período de la época minoica final, del 1600 al 1250. Un quinto período del estilo geométrico, a partir del 1250. Desde luego que todas estas valoraciones son meramente aproximativas, ya que se trata de una estimación en términos arqueológicos y no históricos, es decir, de cronología relativa y no absoluta.
EL PALACIO DE TIRINTO. Entre los grandes hallazgos arquitectónicos cretenses de una época anterior a la del florecimiento clásico griego, se destaca este palacio, con sus lugares sacros, su compleja planta de recepción, su sector para los servidores y sus locales de almacenamiento de provisiones.
Las investigaciones arqueológicas, realizadas por Evans y otros en las ruinas deKnosos y Faistos, han permitido la localización de una serie de estratos culturales, que han determinado la existencia de la cronología recién reproducida. Veamos ahora su caracterización arqueológica. El primer período pertenece casi totalmente al Neolítico puro. Su desarrollo debió de ser importante en Creta, pues sólo en la última de las ciudades nombradas la capa arqueológica representativa de ese estadio cultural tenía un espesor de 6,50 metros. Los objetos de piedra estaban comúnmente trabajados en obsidiana. La cerámica se decoraba por bandas angulares, incisas, que cubrían la parte ventral de los vasos; esas bandas eran luego cubiertas con pinturas roja o blanca. El resto del vaso permanecía sin pintar. Por encima de esta capa empiezan a aparecer los objetos que corresponden al estrato cultural minoico primitivo. En Knosos, Evans halló la posibilidad de establecer la existencia de tres subperíodos. En el primero se encuentran vasijas de piedra, de origen egipcio, que vienen a enriquecer las piezas de la industria lítica local. Son, evidentemente, de las mismas que se utilizaban a orillas del Nilo durante el reinado de la primera dinastía. La cerámica sigue manteniendo las características del período anterior. Aparece por primera vez la metalurgia, representada por
puñales cortos de cobre, de forma sencilla. En el segundo subperíodo de la cerámica se presenta con formas barrocas y con una técnica constructiva mucho mejor. La ornamentación es lineal y se agrega a las piezas un engobe final que las abrillanta. En el tercer subperíodo
aparece un nuevo tipo de cerámica, con decoración zoomorfa y en espirales, ejecutada en tonos mates sobre brillante fondo escuro.

domingo, 23 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

¿CUAL ES SU MEMORIA? Unos retienen fácilmente las fisonomías, los números, los accidentes, los peligros a que están expuestos, los males sufridos; recuerdan los compañeros, los placeres mundanos, etc.; pero olvidan las palabras, los nombres, las convenciones sociales, las fechas, las deducciones lógicas... Otros, y en los años estudiantiles fueron tal vez los primeros en historia, retienen las batallas, las luchas políticas, los combates a que asistieron o de los cuales leyeron alguna relación; se acuerdan de los reproches, de los cumplidos; conservan fielmente los paisajes, nunca olvidan los defectos del prójimo; pero se les escapan los nombres de las calles, de los alimentos... Los terceros reviven a cada instante las melodías; del orador recuerdan la sonoridad y timbre de la voz; los cantos, los períodos musicales; pero olvidan sus deberes, sus promesas, las reglas de buena conducta. En cuarto término hay quienes retienen los nacimientos, las direcciones, los números telefónicos, los placeres de la sociabilidad, pero olvidan lo leído en los libros, las verdades científicas, sus deberes... Por último, los hay que recuerdan especialmente las estadísticas, las luchas políticas, pero olvidan las reglas de la gramática, las leyes matemáticas... Así, pues, la pureza de los tipos de memoria es tan hipotética como la racial. Tenemos un poco de todo; en nada se especializa nuestro organismo. Si los tipos estudiados en los laboratorios se dieran tal cual en los individuos, de golpe estaría solucionado el problema de las vocaciones y de la educación mnemónica. ¿Tiene usted buena memoria auditiva? Sea músico, taquígrafo, etc. ¿Recuerda los rostros, los paisajes? Sea pintor, corrector de imprenta, busque un oficio que entre por los ojos. ¿Debe trazar imaginariamente el contorno de los objetos? Elija tareas manuales; la mecánica de precisión requiere tales condiciones. Por desgracia, con tanta simpleza no se puede dar la solución. Sería en verdad muy práctico, pero es imposible. La complejidad de la máquina humana lo prohíbe. Tenemos un poco de todo y también nos falta un poco de todo. Lo que tenemos aquí no nos interesa; está, y nuestro propósito es adquirir lo que nos falta. El buen fisonomista no precisa desarrollar esa facultad; el buen matemático no se esfuerza por recordar números; pero a ellos les falta algo, y es su deber adquirirlo, desarrollar esa facultad mal dotada. La vida moderna es demasiado compleja, no permite unilateralidades, debemos estar en todas partes. El dueño de un pequeño taller debe saber suplantar a su oficial; el director de una gran empresa debe estar capacitado para ponerse, en el caso necesario, al frente de cualquiera de las secciones. Cuanto más altas son las funciones de un individuo, mayor ductibilidad se le exige. ¿Quiere usted progresar? Mire los grandes ejemplos. Este, de taquígrafo llegó a director de una gran empresa; aquél, de simple empastador —es el caso de Faraday— se transformó en el físico más genial de su siglo. Esto se llama ductibilidad del espíritu, y esa ductibilidad sólo nace de la armonía de las funciones. La salud es producto del buen funcionamiento de todos los órganos; la inteligencia, del equilibrio de todas las funciones conmemorativas. Quien armoniza su memoria fortaleciendo los aspectos débiles, apuntala su porvenir.

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EN CHIPRE La posición geográfica de Chipre y su propia riqueza general, le conceden una destacada importancia en estos períodos. Por lo primero, sirve de escalón obligado a las relaciones entre el norte de Africa, el Asia Menor y la Península helénica, puerta de entrada de las culturas de los metales a Europa. Por lo segundo, puede producir ricas colecciones de metalurgia local. Los hallazgos arqueológicos nos permiten establecer la existencia de tres períodos distintos: una Edad del Cobre, una Edad del Bronce y una Edad del Hierro greco-fenicia. La primera es absolutamente autóctona. Los objetos de piedra son sólo mazas o cilindros-sellos para la escritura. Los ajuares funerarios no muestran, en su iniciación, más que objetos de cobre puro. Luego aparece una débil aleación de estaño, siempre menor del diez por ciento. Las formas del instrumental son sencillas y sin ornamentos: hachas, agujas cuya parte terminal retorcida forma el ojo y puñales que van creciendo hasta transformarse en espadas cortas, son los elementos más frecuentes. La cerámica nos ofrece vasos zoomorfos modelados, vasos dobles y triples y otros con formas globulosas y subglobulosas. Como decoración más frecuente tenemos las espirales, las volutas y otras manifestaciones geometrizantes.
NEOLITICO Y ENEOLITICO. Dos ejemplos de cerámica ornamental: a) del Eneolítico de Chipre; b) del palafito de Mondsee, de fines del Neolítico. Compárense los ornamentos. Según Hoernes.
El segundo período (la Edad del Bronce), muestra una influencia micénica evidente. Esto permite reconocer que la influencia babilónica —exteriorizada por el hallazgo de los cilindros- sellos con figuras y escrituras cuneiformes— ha desaparecido, siendo reemplazada por esta nueva forma cultural extranjera. Ella trae una renovación en las formas y tipos del instrumental, en la cerámica y, especialmente, en la metalurgia. Vasijas de tipo micénico son halladas junto a piezas de bronce, plata y, sobre todo, oro. En Salamina vieja, el yacimiento de Enkomi ha dado una enorme cantidad de objetos de este último metal. Hacia fines de este período aparece, también, alguna influencia egipcia (especialmente exteriorizada en una extraordinaria placa pectoral con incrustaciones de pasta vítrea). Igualmente las arquetas de marfil y otros objetos de lujo revelan estas influencias así como otras, menos frecuentes, hititas y sirias. Todo esto demuestra que Chipre, por su proximidad a las masas territoriales vecinas, no pudo hurtarse a las aculturaciones previsibles, dada su situación geográfica. Por último, la Edad del Hierro greco-fenicia aumentó todavía más la confusión cultural y etnográfica de estas poblaciones. Creta se convirtió en el lugar de encuentro de las influencias egipcias y asirio-babilónicas. Por último, quedó prácticamente desglosada del mundo griego, como lo revela el hecho de haber conservado un arte local arcaico y una escritura silábica muy atrasada, cuando ambas manifestaciones espirituales estaban ya superadas en el continente.

sábado, 22 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

NADA HAY NUEVO BAJO EL SOL En efecto, la mnemotecnia no es, como la bomba atómica, producto de nuestro siglo. Los antiguos ya la aplicaron, pero en casos excepcionales. En los Vedas, tratados filosófico- religiosos de los hindúes, se indica la repetición como medio de acrecentar la retentiva; los griegos se valieron de ella, y entre los romanos, el mayor de sus tribunos, Cicerón, nos dejó un modelo todavía útil. Sin embargo, sólo fue patrimonio de pocos. Sus mayores sabios ignoraban acerca de las funciones del cerebro lo que hoy sabe un escolar, y sólo empíricamente, con la práctica, llegaron a crear un sistema para fijar mejor los recuerdos. Eran secretos de los grandes oradores, de los filósofos, de aquellos que debían exponer en público. Las actuales condiciones de vida invierten los papeles. Todo se vuelve patrimonio de todos. La complejidad de los mecanismos de uso común da muchas comodidades, pero también mayores responsabilidades. Para afrontarlas se requiere inteligencia, y la inteligencia es memoria equilibrada. A menudo Cicerón preparaba sus largas oraciones de un día para otro. Pronunciadas en el Foro, sin la ayuda de guías escritas, exigían un esfuerzo de la memoria muchas veces imposible para un hombre ocupado por múltiples cuestiones de Estado. El gran tribuno obviaba la dificultad con un método todavía adecuado para quienes deben hablar en público, y para los estudiantes que preparan una larga exposición: Por su simpleza y generalidad este procedimiento servirá de ejemplo antes de entrar en las particularidades de la mnemotecnia. Siempre, lo más difícil de retener son las series de vocablos o frases aisladas con que se inician los períodos de la disertación. Sin embargo, pueden relacionarse a una serie de lugares fijados de antemano, que, por la familiaridad o importancia, recordaremos toda la vida. Estos lugares deben existir en la realidad en el mismo orden, sernos muy conocidos, y diversos en su forma y naturaleza. Si imaginamos una casa, fácilmente nos confundiremos con la semejanza de los lugares (ventanas, puertas, etc.) y no recordaremos dónde ubicamos cada cosa. Tomemos, pues, un ejemplo más general; los meses nos darán la clave requerida. Son doce y podemos agregarles las cuatro estaciones del año, así como los siete días de la semana, cuya suma nos da veintitrés jalones inolvidables. Además, dentro de cada mes o estación podemos precisar fechas cuya importancia sea verdadera para nosotros; de este modo, sin necesidad de nuevas asociaciones, tendremos una cantidad de lugares que con una pequeña ejercitación se podrán enumerar de corrido, en el orden directo o inverso, y sabiendo además qué número les corresponde. La tarea no es difícil, basta emprenderla y en pocos minutos de trabajo se tendrá una serie inolvidable que dará cabida a cuanta cosa se quiera recordar. Los lugares numerados del ejercicio son: 1) Enero. 2) Febrero. 3) Marzo. 4) Abril. 5) Mayo. ... etc., hasta doce, y de aquí se pasa a las estaciones o fechas elegidas hastacompletar el número de lugares guía deseados. A un amigo encomendamos formar una lista de palabras o ideas, en este caso los emperadores romanos, que ha escrito y lee una sola vez, teniendo cuidado de no pasar de un nombre a otro sin previo aviso del ejercitante: 1) Augusto. 2) Tiberio. 3) Calígula. 4) Claudio. 5) Nerón. ... etc. A medida que el memorista oye un nombre, imagina el objeto o idea que expresa colocado en el lugar correspondiente, como si lo viera. De este modo se le presenta Augusto con su corte en enero, hecho que por lo extraño no olvidará; inmediatamente avisa para que el lector pase a otra palabra: Tiberio y la expulsión de los judíos en febrero; otra, Calígula y el templo de oro que hizo erigir en su honor en marzo; otra, Claudio y la muerte de Agripina en abril; otra, Nerón y el incendio de Roma en mayo... El procedimiento no puede ser más rápido, y ya desde la primera prueba el principiante puede repetir todos los nombres que ha oído una sola vez por su orden o el inverso, y decir el número correspondiente a cualquiera de ellos. La mayor dificultad en este ejercicio, y en todos los que presentaremos, está en vencer el miedo a fracasar: ¡Piense que nada hay imposible, que lo hecho por otros puede hacerlo usted! En todo aprendizaje el factor psicológico es de capital importancia; la sugestión, aquí como en todos los órdenes de la vida, desempeña su gran papel. Este ejemplo, que eligiéramos para la mejor comprensión del procedimiento, se puede reducir a otros más particulares y concretos. La inventiva del lector puede aprovechar lo aprendido en viajes, las situaciones profesionales, el conocimiento de la propia ciudad y de otras, las fechas históricas más sobresalientes de su país, etc. Por vía de ejemplo, supongamos que los lugares numerados del ejercicio son, para un argentino que considera a Buenos Aires como punto de referencia: 1) Casa Rosada. 2) Plaza de Mayo. 3) Avenida de Mayo. 4) Plaza del Congreso. 5) Palacio del Congreso. ... etc. Sigue paso a paso el procedimiento anterior y el amigo lee los siguientes nombres: 1) ballena. 2) aeroplano. 3) toro. 4) vidrio. 5) estampilla. ... etc. Así, los contrastes ligan indisolublemente lugar e idea: una ballena en la Casa Rosada, un aeroplano en la Plaza de Mayo, etc. Pasemos a otro ejemplo de la misma categoría. Si tomamos en su orden de aparición las figuras de mayor relieve en la historia de México, tendremos la siguiente serie: 1) Moctezuma. 2) Hernán Cortés. 3) Miguel Hidalgo. 4) José María Morelos. 5) Benito Juárez. ... etc.; y podremos enlazar estos nombres, inolvidables para todo mexicano, con una serie de ideas o lugares: 1) penicilina. 2) incunable. 3) arteriosclerosis. 4) sucedáneo. 5) miriágono. ... etc. Por varios caminos se llega a Roma. Otro método topográfico —es el nombre técnico—
conocido también desde los tiempos de Cicerón, es el que hoy llamamos de los figurones, y que por requerir mayor esfuerzo y ayuda del dibujo, puede ser reservado para reforzar el hábito de retener que desarrolla el procedimiento anterior. Imagine diez o más figuras de personajes vulgares, diferentes, sugestivos o ridículos, y muy conocidos (por ejemplo: Don Quijote, Sancho, Pinocho, etc.), exentos de toda acción, inmóviles y perfectamente poseídos por el memorista, a los cuales aplica la palabra o acción que quiere recordar. De este modo, al presentarse a la mente el fantoche, arrastra la idea o palabra cuyo recuerdo necesitamos.

ARQUEOLOGIA - Trabajos fuera de Europa

LOS HOMBRES FOSILES DE OCEANIA Los territorios de Oceanía compren. den un continente, un conjunto regular de grandes islas, algunas de las cuales tienen un territorio superior al de no pocos países, y algunos centenares de islas menores y miríadas de pequeñísimos atolls, perdidos en la inmensidad de un mar que no suele ser pacífico más que en su nombre. El continente es, al mismo tiempo, la más grande isla del sistema y el más pequeño de los continentes conocidos. En anteriores épocas geológicas constituyó parte de un enorme continente antártico, el de Gondwana, formado por la unión del sur de Africa, Madagascar, la propia Australia y la India. Esta inmensa extensión terrestre se disgregó al final del período secundarlo, aunque Australia parece que quedó en parte unida al Asia por las grandes islas de Java, Sumatra, etc., y la península de Malaca, durante el período Cretáceo. Desde entonces, Australia se incomunicó con los otros continentes, reduciéndose a su dimensión actual. Esa incomunicación duró hasta el momento en que, a mediados del siglo XVIII, el capitán Coock la devolvió al conocimiento de los hombres. Ameghino creía en la existencia, en épocas geológicas, de un gran pasaje terrestre antártico, al que denominaba el "continente australo-pacífico", que habría unido a Australia con las costas meridionales de Chile. Este pasaje le resultaba imprescindible para explicar la primitividad de la fauna australiana, y vincularla con su doctrina acerca del origen patagónico de todos los mamíferos. Pero ese corredor terrestre no ha sido comprobado por la moderna geología y queda como una de las tantas construcciones de gabinete a que debió librarse nuestro gran estudioso en trance de querer explicar teóricamente ciertos datos de la realidad. En cambio, lo que es incuestionable son las características de gran primitividad de sus elementos de la fauna y de la flora. Sus costas están pobladas por pocos anfibios, en un todo iguales a los que vivían durante el Triásico europeo. El interior no conoce, en materia de mamíferos, más que los monotremos y los marsupiales. Otro tanto ocurre con sus araucarias y otros elementos vegetales, propios de la era secundaria.

viernes, 21 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

MODELE SU MENTE Dijimos que la mente es plástica; la arcilla también: en manos de un niño se transforma en una pelota; bajo los dedos del escultor en la Venus de Milo. La materia es la misma, su aprovechamiento distinto. Modelemos, pues, nuestro cerebro. La mnemotecnia es el arte de desarrollar la memoria, sus reglas son fáciles de seguir, sólo exigen paciencia y dedicación. A diario perdemos horas en las mesas de los cafés o en chácharas sin trascendencia. Ahorremos un poco de ese tiempo, recurramos a esa facultad tan humana que es la voluntad, y los resultados compensarán con creces el esfuerzo. El primer paso para la educación de la memoria es descubrir sus fallas. ¿Olvidamos los nombres, los rostros, las citas? Las dificultades en el desarrollo de nuestra profesión nos darán la clave. Un comerciante sólo recuerda la figura, y no el nombre de sus clientes; un arquitecto, los estilos y no las fórmulas de resistencia de los materiales; un estudiante sabe los acontecimientos históricos y no puede relacionarlos en el tiempo. Allí está la laguna; toda dificultad de la memoria encierra su causa, y el análisis de los imposibles indica la porción a educar. Veamos algunos ejemplos. Un abogado cuya memoria disminuía en forma alarmante y que temía perder junto con ella reputación y clientela, se dirigió a un conocido psiquiatra. Entre otras cosas, informó que siempre había poseído memoria muy débil para los nombres. Además, su comportamiento reveló que sus facultades sociales estaban mal desarrolladas; interesándose poco por las personas olvidaba sus nombres, aun cuando en general su memoria para nombres escritos fuera buena. El remedio prescrito resultó inesperado para el paciente: Desarrolle las facultades de sociabilidad para mejorar la memoria de los nombres propios. Otro ejemplo me es personal. Antes tenía mala memoria para las fisonomías y sólo recordaba los nombres, especialmente el timbre de voz de quien los pronunciara. Esto resultaba sumamente molesto. Me encontraba con Pedro y creía estar con Pablo. Si las circunstancias exigían mantener una conversación, hablaba a Pedro de aquello que sabía del interés de Pablo. "¡Si nunca estudié pintura!" "Jamás estuve en Italia!". Las respuestas, para mí inesperadas, tenían la virtud de desorientarme y por ello más de una vez estuve en los límites de lo ridículo. La molestia de caer a menudo en tales confusiones me decidió a cultivar la facultad débil. Me impuse un castigo: no fumar por una semana después de cada tropiezo. Eso activó mi voluntad, pues la privación de algo muy arraigado es buen acicate. Así, después de pacientes ejercicios, llegué a ser buen fisonomista. Pablo es Pablo y Pedro es Pedro. Ya se ve el papel que desempeña el interés en la memorización: enfoca la atención sobre la cosa a retener. Cuando un jefe recomienda a su empleado una tarea delicada, le dice: ¡Ponga los cinco sentidos! Es decir, concéntrese y no permita que ninguna sensación ajena a la ocupación robe una fracción de su atención. Sin embargo, a veces la pereza nos inhibe. En lo biológico todo tiende al mínimo esfuerzo. Hubo grandes perezosos entre los hombres de valer: A Anatole France le costaba más decidirse a trabajar en una novela que escribirla. Pero no nos engañemos, en ellos el ingenio valía más que la pereza. Nosotros, el común de los mortales, tenemos allí un enemigo siempre en acecho; si nos vence fracasamos. La atención exige concentración, y concentrarse es realizar un gran esfuerzo. Seamos capaces de ese esfuerzo; apelemos a la voluntad, y con el tiempo se transformará en hábito. Concentremos, pues, nuestra atención en aquellas cosas que deseamos retener, y la memoria especial para esa clase de recuerdos se volverá excelente.

ARQUEOLOGIA - Trabajos fuera de Europa

HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS EN ASIA Aunque Europa y América sean los continentes mejor estudiados desde el punto de vista de las "ciencias del hombre", Asia ha procurado a los investigadores algunos testimonios interesantes de la existencia del hombre fósil. Conviene señalar, en primer término, que desde el punto de vista cronológico estos testimonios se refirieron, ante todo, a vestigios de industrias y que sólo en años muy cercanos a nosotros encontraron su ratificación antropológica. En efecto, los primeros hallazgos fueron los que Luis Lartet verificó en 1864, en el Líbano. El hallazgo de sílex tallados (hachas de mano en la forma amigdaloide típica de los coup de poing del Paleolítico europeo), acompañados de huesos de animales, determinó una corriente de investigaciones que dura hasta nuestros días. Gracias a ella hoy conocemos vastas colecciones de instrumentos de la Edad de la Piedra de Siria y de regiones vecinas del Asia Menor. Todas las fases de los distintos períodos de la industria europea —desde el tosco chelense hasta el Epipaleolítico aziliense— están allí representados. Estos diversos tipos de instrumental aparecen acompañados por restos óseos pertenecientes a una fauna fósil que comprende tanto especies extinguidas como emigradas. Los terrenos no removidos, de Siria y Palestina, permiten recoger materiales que, sin disputa, pertenecen a los tiempos pleistocenos. Ello nos deja advertir hasta qué punto estos hallazgos son mucho más viejos que las civilizaciones clásicas de Asiria, Caldea y Egipto. En 1878 Cartailhac inventarió las manifestaciones de la Edad de Piedra en el Asia. Los hallazgos posteriores han permitido engrosar y renovar sus conclusiones. Sin embargo, no todos los territorios asiáticos, más o menos vecinos, se han mostrado tan ricos como los ya nombrados. Persia, por ejemplo, es muy pobre en elementos del Paleolítico, como lo demuestran las infructuosas búsquedas de Jacques de Morgan, especialmente en contraposición con sus éxitos en Arabia y Mesopotamia. Savenkov ha hallado pictografías y petroglifos muy semejantes al arte paleolítico europeo en algunas localidades de la Siberia oriental. En esa misma región, al borde del río Lena, otros hallazgos han permitido determinar la asociación de puntas de flechas talladas en sílex y otros instrumentos en marfil tomado de los enormes colmillos del mamut. En cambio, la Mogolia oriental, Manchuria, Corea, Japón y China no presentarían, en toda su enorme extensión, testimonios convincentes de la existencia del período Paleolítico. Sin embargo, esta conclusión negativa no debe preocuparnos demasiado. Corresponde a un período apenas iniciado de estos estudios, que puede cambiar totalmente apenas ellos se realicen de una manera más intensa y sistemática. En el Asia meridional, en cambio, Noetling ha encontrado sílex tallados en terrenos pliocenos de Birmania central. Estos especímenes han sido discutidos. Algunos autores han entendido que se trataba de "eolitos" producidos por la acción inconsciente de las fuerzas naturales. Sin embargo, en la India otros hallazgos demuestran la existencia de un instrumental de piedra paleolítico, de indiscutible procedencia humana. Cerca de Madrás, en 1866, Foote encontró cuarcitas talladas, en forma de almendras, en terrenos netamente pleistocenos. La fauna asociada a estos y otros hallazgos semejantes demuestra que la antigüedad de tales restos de industrias es muy grande. Como en las otras regiones asiáticas que antes recordamos, diversos períodos están allí representados: desde el chelense hasta el solutrense aparece toda la gama habitual de formas. Cuddapah, en las cercanías de Madrás, es un centro de difusión en el cual la técnica paleolítica parece haberse perfeccionado grandemente, a estar a los estudios practicados por el arqueólogo indio Mitra. Este mismo autor ha recogido también informaciones muy interesantes acerca de pinturas rupestres, algunas de las cuales, como las del distrito de Raigahr, son similares, por sus temas de caza y de bailes con personajes enmascarados, a las de España. Otros elementos de dicho arte —especialmente algunas figuraciones de canguros— han permitido a aquel estudioso hablar de la existencia de una antigua cultura indio- australiana, que tendría su nacimiento en el Paleolítico superior. La isla de Ceilán, que por su posición geográfica es el lugar histórico de refugio de las poblaciones védicas más pobres y desamparadas de la India, ha dado, también, un conjunto de utensilios de cuarzo que, según Sarasin, recuerda la industria paleolítica del período magdalenense. Nuevos hallazgos han permitido a Wayland encontrar instrumentos que corresponden, asimismo, a los períodos chelense, musteriense y aurifiaciense y que, cronológicamente, serían la obra de viejas poblaciones autóctonas anteriores a la llegada de los vedas. Hallazgos análogos se han obtenido también en las islas Célebes y Sumatra.

jueves, 20 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

¿COMO ESTUDIA USTED? La pregunta parece pueril, pero no siempre todos los estudiosos saben estudiar. La práctica educativa nos enseña cuántas dificultades presentan las lecciones aun para los estudiantes más inteligentes La falla a veces está en la poca amenidad de la lectura y casi siempre en la falta de método del lector. El primer impedimento lo salva la acertada elección de libros gracias al consejo de personas experimentadas; el segundo, la meditación y el ejercicio. ¿Es usted un tragalibros? ¿Reflexiona sobre lo leído después de cada frase, cada parágrafo, cada capítulo o concluida la obra? La respuesta a estos interrogantes aclara todos los enigmas. Si usted traga los libros, y las lecturas se suceden sin orden, olvida porque no comprende la intención general de la obra, y sólo recuerda algunos pocos pasajes que lo impresionaron vivamente, y muchas veces sin conexión entre ellos. La lectura debe ser pausada, pues de lo contrario, atosiga, como el alimento que comemos de prisa. Además, discretas interrupciones para fijar la atención en otros hechos, procuran descanso y dan lugar a que el subconsciente elabore lo leído. Algunas personas se detienen a reflexionar sobre cada frase. El procedimiento, aunque aparentemente sesudo, es inconveniente. Nunca una frase representa una unidad completa; depende de lo antes dicho y del texto que sigue. Aislada es como estudiar la arquitectura de una catedral arrancando ladrillo por ladrillo. Otros prefieren analizar cada parágrafo; aunque conveniente, es más adecuado analizar cada capítulo, pues los parágrafos son el andamiaje menor de la idea directriz, y ocurre a veces que nos llevan, considerados por separado, a sutilezas innecesarias. Por último, el momento de verdadera y necesaria reflexión llega cuando se concluye de leer la obra. Entonces sí, analice, pese las ideas contenidas, haga la crítica, y después, aunque hayan quedado varias cuestiones sin aclarar, deje el libro para otra oportunidad. El subconsciente representa aquí un gran papel: tiempo después, comprendemos cosas que no descubriéramos leída la obra. Además, otras lecturas posteriores aumentan la comprensión. Vuelva entonces al libro, y la segunda lectura será verdaderamente provechosa. Muchas personas tienen la costumbre de tomar notas aisladas; de muy poco o nada sirven. Una pila de materiales no es una casa. Resuma por escrito cada capítulo y así, terminada la lectura, tendrá un esquema básico que fue el del autor al planear la obra. Tendrá la idea madre, libre de las comparaciones y frases accesorias que en el texto ayudan a presentarla. Ahora, muchos de ustedes se preguntarán: ¿Qué relación guarda la lectura con la mnemotecnia? La respuesta involucra la finalidad de este apartado, pues si los ejercicios fueron bien practicados y desarrollaron la memoria, el intelecto, la contraprueba está en el grado de aprovechamiento de lo leído Las reglas por nosotros estudiadas son de indiscutida utilidad, sirven prácticamente, pero nunca pueden ser la finalidad de una persona que desea tener buena memoria. Sirven como guía y ejercicio; su paciente repetición desarrolla las facultades naturales, despierta el juego de luces rojas y azules del cerebro, desarrolla la atención, prepara para recordar sin ayuda de artificios. Después de la fractura de una pierna, soldado el hueso, el médico ordena caminar con ayuda de bastones. La razón está en los músculos debilitados por una forzada inactividad. Arrojar los bastones es el primer gesto del paciente, recuperada la antigua flexibilidad de los miembros. Arrojar lejos de sí los argumentos mnemotécnicos debe ser, bien ejercitadas las facultades débiles, la finalidad de quien recurrió a nuestros consejos. Sabremos el momento de la cura cuando la memoria llene estos tres requisitos: 1) FIEL: devuelva con exactitud y en el momento preciso todo recuerdo que se le haya confiado, cualidad preciosa en la conversación, transacciones y operaciones comerciales, y en los demás órdenes de la vida. 2) TENAZ: los recuerdos son durables y las cifras registradas en el cerebro están a su disposición mientras son útiles. 3) UNIVERSAL: retiene con la misma facilidad hechos, rostros, nombres, direcciones, fechas, argumentos, precios, detalles, etc. Estas tres condiciones indican armonía en las funciones cerebrales, y una vez más lo repetiremos, esa armonía es inteligencia, y la inteligencia se apoya en la ejercitación adecuada de las facultades débiles.

ARQUEOLOGIA - Los pobladores primitivos de América

EN AMERICA DEL NORTE Los tiempos pleistocenos en América del Norte han presentado, como los de Europa, un panorama alternativo, provocado por los períodos de avance y retroceso de los hielos. Los geólogos no se han puesto de acuerdo respecto del número de estas glacíarizaciones y desglaciarizaciones: admiten de tres a seis, según los autores. La península del Labrador, la bahía de Hudson y los altos picos de las montañas, desde Alaska hasta Montana, parecen haber sido los puntos principales desde donde los hielos irrumpían en su marcha sobre las praderas. Todo ello sin mencionar los sistemas orográficos menores, tales como las Montañas Rocosas, que constituían centros secundarios de glaciarización. En cambio, la gran fauna fósil de mamíferos difiere esencialmente entre los dos continentes: salvo el mamut, establecido en las regiones circumpolares europeas y americanas, la mayor parte de los restantes mamíferos de gran talla provienen de América del Sur. Así, los mastodontes y desdentados (como lo había señalado Ameghino). Pero, si estas conclusiones pueden ser ya admitidas definitivamente, no ocurre lo mismo en lo que se refiere al problema de la aparición del hombre. En este punto, encarnizadas controversias mantienen todavía el problema envuelto en una atmósfera de apasionamiento. Intentemos revisar los datos y los argumentos de una y otra parte, para definir, en lo posible, su valor.

miércoles, 19 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

Cada individuo tiene una memoria de distinta naturaleza; la observación nos enseña que existen personas en las que predomina la memoria visual, que retienen fácilmente las cosas vistas; en otras domina la memoria auditiva, y conservan más fielmente las cosas escuchadas; otras aun, gozan de memoria motriz. Esta memoria se basa en el sentido muscular, que nos da la conciencia del movimiento y del esfuerzo de los miembros. Así, las personas con memoria motriz retendrán el recuerdo de un objeto trazando en la imaginación la forma de ese objeto. Según la constitución mental predomina una de estas memorias. Empero, predominio no significa dominio absoluto. Cada sentido nos provee de sensaciones, todas colaboran —como ya dijéramos— en la formación del recuerdo. La mayor o menor ingerencia de cada uno de ellos está dada por las actividades profesionales, por la constitución física y psíquica del hombre. Los ciegos se valen del tacto; los sordos de la vista; los órganos de los sentidos se auxilian, son responsables de la vida inteligente del organismo, deben defenderlo, y agudizan sus funciones cuando una de las ventanas que nos muestra parte del mundo exterior se cierra. La gran ley de la vida es cooperación: así como una empresa es grande porque todas sus dependencias trabajan armónicamente, el ser humano es consciente por la solidaridad de sus sentidos. Pero fuera de estos tipos generales de memoria, observables casi exclusivamente en los laboratorios de psicología, existe un número considerable de diversas memorias que podemos estudiar cómodamente en las personas de nuestra relación. Quien quiera perfeccionar su retentiva debe conocerla; como el mecánico arregla el motor descubierta la falla, el hombre perfecciona su memoria insistiendo sobre el punto débil de la misma.

ARQUEOLOGIA - El Neolítico en Europa

Como ha quedado tipificado, el Paleolítico aparece como un tiempo en el que se constituyen una serie de grandes culturas, uniformes y regulares, francamente diferenciables, desarrolladas sobre amplias zonas geográficas bien delimitadas. El Neolítico, por el contrario, se presenta como mucho más fugaz e inestable, con su sinnúmero de pequeñas culturas, a veces diferenciadas apenas por sutiles modificaciones en los usos y costumbres. Sería evidentemente parcial e incompleto decir, sin más, que Paleolítico es el tiempo en que se utiliza la piedra tallada y Neolítico aquél en que se emplea la piedra pulida. Ello es desde luego cierto, pero hay que decir mucho más para definir a uno y a otro. Por lo pronto, el conocimiento de la técnica del pulido —que se realiza por restregamiento de una piedra con otra, ayudando con arena la acción del desgaste— es cosa que ya se conoce en el Paleolítico, si bien se aplica únicamente al marfil y al hueso. Además, el paso del Paleolítico al Neolítico ocurre gradualmente en varias partes de Europa (regla que podrá aplicarse más tarde a otros avances en las Edades): las formas de muchos instrumentos siguen siendo las del tiempo antiguo y lo único nuevo es que ahora se los pule (algunas hachas de mano, por ejemplo, siguen siendo talladas, como antes, y únicamente se pule la parte del filo).

martes, 18 de junio de 2013

MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!

UN HOSPEDAJE ACOGEDOR El Plaza Hotel de Nueva York goza de merecida reputación por el ambiente de cordialidad que en seguida rodea a todo huésped. ¿Cómo ocurre eso? Muy sencillamente; la sensación de sentirnos extraños cohíbe: cuando llaman por teléfono al señor del cuarto 315, cuando varias veces al día el portero nos interroga sin reconocernos, nuestra personalidad se siente disminuida. Ningún lazo de simpatía nos une con esas gentes, y las mejores comodidades del hotel no impiden que lo cambiemos por otro más modesto pero más acogedor. Así lo comprendieron los directores del Plaza Hotel de Nueva York. Una hora después de haber llegado, todos los empleados conocen al huésped: "¿A qué piso va, señor Gutiérrez?, pregunta el ascensorista; "¡Señor Gutiérrez, el té está servido!", dice la mucama. "Buenos días, señor Gutiérrez", exclama el portero. Todos, desde el gerente al mozo, saben que usted se llama Gutiérrez. No es el señor del cuarto 315, no es un extraño que deambula por pasillos y salas, es —gracias al mágico puente de simpatía que tiende su nombre— un amigo entre amigos. No pensará cambiar de hotel, y cada vez que vuelva a Nueva York se albergará en el Plaza Hotel. En esta casa modelo los empleados están educados para recordar el nombre y la fisonomía de los clientes. ¿Cree usted que son especialmente seleccionados? No; simplemente, como los de otros hoteles, por su capacidad de trabajo. La memoria la educan ellos mismos, bajo la guía del jefe de personal, y ponen mucho interés en el asunto, pues comprenden que aumentan su estabilidad, y además, reconocer al cliente despierta la generosidad de éste. Sabemos que Temístocles reconocía a los 21.000 ciudadanos de Atenas a primera vista y por su nombre; Napoleón repetía las hazañas de cualquiera de sus mejores soldados. Temístocles y Napoleón son casos excepcionales, pero todos debemos tener buena memoria de rostros y nombres: el político que espera el voto de sus conciudadanos, el comerciante que debe guiar a su cliente en la elección de la mercadería, el médico ante quien desfilan centenares de pacientes, el portero que debe satisfacer pedidos de los locatarios. Estas experiencias de la vida diaria nos hacen comprender que la habilidad para reconocer una persona se apoya en tres requisitos, todos de igual importancia, pero uno de los cuales —el último—es más difícil de poseer y, por ello, sobre el que más se debe insistir: 1) La facultad de recordar un rostro. 2) La facultad de recordar un nombre. 3) La facultad adecuada para ligar un nombre con un rostro. Afortunadamente, casi siempre poseemos una o dos de estas facultades, y aun careciendo de las tres, la voluntad puesta al servicio de la ejercitación las desarrolla.