viernes, 8 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - El crecimiento

MODALIDADES DE CRECIMIENTO En la escala animal encontramos seres de todos los tamaños, desde los desaparecidos dinosaurios de más de treinta metros hasta los virus, sólo visibles con el microscopio electrónico, que da aumentos de cientos de miles de veces. Pero, en cambio, la célula inicial de todos los seres es siempre muy pequeña. Las grandes diferencias de tamaño entre los adultos resultan de las características tan diversas de su crecimiento. El hombre y el conejo ganan en crecimiento un promedio de cerca de 6 gramos por día; pero el hombre crece durante más de veinte años, mientras que el conejo crece apenas trece meses; de ahí la diferencia entre sus tamaños. El cobayo gana apenas 1,8 gramos diarios, por lo que, aunque crece durante 14 meses, su tamaño definitivo es menor que el del conejo. El tamaño de los adultos depende, pues, de la velocidad del crecimiento y de su duración. En los insectos, que están recubiertos por una envoltura dura, el crecimiento obliga al individuo a mudar periódicamente ese esqueleto externo. Las mudas se producen cuando la armadura resulta ya estrecha: el insecto la rompe y fabrica otra más holgada, que le permite desarrollar otra fase de crecimiento. Finalmente, el adulto, que no crece más, no muda ya su caparazón. La mayor parte de los animales y las plantas crecen durante toda su existencia, aunque cada vez con menor velocidad. Ciertos crustáceos crecen todavía después de comenzar a reproducirse, al punto de doblar su peso, y sólo se detiene su crecimiento con la muerte. En los insectos, en los rotíferos, en las aves y en los mamíferos, por el contrario, el crecimiento en general se detiene en la fase adulta. Poco se sabe aún sobre las causas de esta detención del crecimiento. Interesantes investigaciones sobre tejidos cultivados fuera del organismo han dado, no obstante, algunos indicios.

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