Cuando encontramos dos personas muy parecidas pensamos que son hermanas, es decir, que tienen el mismo origen. También las semejanzas entre el naranjo y el limonero nos indican que provienen de una especie más antigua que se transformó, dando por una parte el limonero y por otra el naranjo. No escapó aun a los más antiguos investigadores que las diversas especies que pueblan la Tierra pueden ser reunidas de acuerdo con sus semejanzas, en grupos de seres afines. Cualquier persona agruparía, por ejemplo, los papagayos, aras y pericos en una familia distinta de los patos, ánades y gansos. Es también lo que hacen los zoólogos, colocando los primeros en la familia de los psitacídeos, y los últimos en la de los anatídeos. El naturalista puede ir mucho más lejos, sin embargo, por el estudio detallado de todas las regiones de los diversos organismos, y descubrir semejanzas profundas, enmascaradas para el lego por diferencias superficiales.
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