viernes, 29 de agosto de 2014

BIOLOGÍA - Eugenesia

EL FACTOR ECONÓMICO Las estadísticas muestran que los individuos de las clases más pobres son justamente los que tienen más hijos. Esto ocurre por ser ellos menos cómodos, por casarse antes, por tener menos sentido de la responsabilidad, por necesitar de hijos que los ayuden en el trabajo, por desconocer los métodos anticoncepcionales o no tener recursos para emplearlos. Esto resulta altamente perjudicial par? la sociedad, pues tienen más hijos los menos aptos económica y culturalmente para criarlos y educarlos. Pero en el campo de la eugenesia, ¿repercutirá esta situación? En una democracia es de suponer que se injerten en las clases pobres los genéticamente inferiores, incapaces de adquirir una posición mejor en un régimen de libre concurrencia. Así se reproducen ellos más que los bien dotados de las clases medias y acomodadas. Este razonamiento se basa, no obstante, en un postulado difícil de demostrar: que la inferioridad económica acompaña a la inferioridad genética. Esto parece exacto para los casos extremos, de grandes taras hereditarias, relativamente raras. Pero inferioridades físicas y mentales próximas a la normalidad, que son las más importantes en eugenesia, por ser su número elevado, no impiden al individuo tener empleos productivos. La gran mayoría de los pobres está constituida por individuos normales y hasta bien dotados, que no recibieron instrucción y que son víctimas de una sociedad que, lejos de ampararlos, los explota. La desigualdad económica de las clases, condenable desde diversos puntos de vista, no parece tener en eugenesia la gravedad que algunos autores le atribuyen. Otro aspecto del problema: la población del campo es mucho más prolífica que la de las ciudades. Pero los mejores elementos del campo emigran en gran parte en busca de trabajo más productivo a las grandes urbes. Es así como los tipos superiores del campo pasan a las ciudades, donde tienen una descendencia menor.

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