lunes, 11 de agosto de 2014

PREHISTORIA - Curiosidad por el pasado

EL "HOMO SAPIENS" Y SU ANTIGÜEDAD Ello es así desde la época en que aparecen los primeros esbozos de lo que luego será el homo sapiens. En efecto, la existencia de una raza que podríamos calificar de prehumana, comparativamente a otros tipos de humanidad más perfecta —como la de Neanderthal frente a las de Cro-Magnon, Chancelade y Grimaldi—, permite advertir que, desde la época Paleolítica, Europa occidental es el fondo de un bolsón territorial en el que se debaten masas humanas provenientes, posiblemente, del Este y del Sur. Civilizaciones aurorales, de las que son vehículos hombres primitivos, ya blancos (Cro-Magnon y Chancelade), ya negríticos (Grimaldi), entrecruzan sus esfuerzos en una lucha feroz e implacable.
PRESENTACION COMPARATIVA DE TRES CRANEOS HUMANOS. A, el correspondiente al hallazgo hecho en Piltdown; B, el del hombre de La Chapelle-aux-Saints perteneciente a la raza de Neanderthal; C, el de un individuo blanco moderno.
Todo ello demuestra que desde el punto de vista clasificatorio estamos aún en estos cálculos se basan exclusivamente en otro cálculo caprichoso y personal. Nada es menos cierto, sin embargo. Cada autor logra llegar a la cantidad que determina después de prolijas meditaciones y profundos cálculos, que se apoyan en los datos de la naturaleza. Los medios de estimación residen en observacionesel terreno de las "ciencias del hombre", en la imposibilidad de obtener una clasificación general que a todos satisfaga. Y ello, naturalmente, no es uno de los menores impedimentos para la contemplación global de los vastos y complejos problemas que este grupo de disciplinas abarca. Cosa parecida ocurre si nos proponemos intentar una valuación cronológica de la época en que el hombre aparece sobre la faz de la tierra. Ante el propósito de una valoración de este tipo, los autores difieren de una manera extraordinaria. Lyell, Croll y Lubbock suponen que el hombre paleolítico tiene una antigüedad de trescientos mil años. Gabriel de Mortillet considera que esta valuación debe reducirse a doscientos treinta o doscientos cuarenta mil. Podríamos aun citar otras determinaciones cronológicas igualmente variadas. Sería un pasatiempo tan vano como inofensivo. Lo único que lograríamos sería llevar al ánimo de los lectores la sensación de una anarquía mucho más grande que la existente en realidad, y la convicción errónea de que astronómicas, estudios del transporte de los glaciares, de la formación de las capas estratigráficas, de los aluviones de los ríos, de la formación y ahondamiento de los valles, etc. Por ello, aunque, según se advierte, para los tiempos prehistóricos es imposible la aplicación de una cronología absoluta, según se usa en Historia —y de ahí las diferencias, a veces enormes, cuando los autores pretenden valuar en años dichos períodos de tiempo—, puede, en cambio, perfectamente, establecerse una cronología relativa, constituida por edades, períodos o fases culturales, en las cuales la mayoría de los autores estén de acuerdo.

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