viernes, 18 de octubre de 2013

ANATOMIA Y FISIOLOGIA - La respiración

LOS MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS REGULACION DE LOS MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS. Ya se señaló, que el objeto de la respiración externa es proveer del oxígeno necesario para las células de los tejidos, y eliminar el anhídrido carbónico producido. Como la necesidad de oxígeno varía de un momento a otro y también la producción de anhídrido carbónico, el organismo recurre a complicados y eficientes mecanismos reguladores, que adecuan la respiración a las necesidades del momento. Un complicado mecanismo, a cargo del sistema nervioso, es el que recibe informes de los tejidos sobre su nivel de oxígeno y anhídrido carbónico, y luego envía estímulos a los músculos respiratorios, que hacen variar la ventilación pulmonar en el sentido requerido. El coordinador de las diversas sensaciones y las respuestas motoras, es el centro respiratorio, situado en el bulbo y descrito por Le Gallois en 1812. Su destrucción por un pinchazo provoca la muerte por paro respiratorio, lo que sugirió a Flourens darle el significativo nombre de nudo vital. a) El centro respiratorio. Su importancia es capital para la respiración y la vida. Está localizado en los 2/3 superiores del bulbo y en parte de la protuberancia, pero no tiene en realidad una demarcación neta, ya que se halla constituido por colonias de células esparcidas en una gran zona. Elabora estímulos que periódicamente descarga por los nervios motores hacia el diafragma y demás músculos inspiradores, provocando su contracción. Según la cantidad y ritmo de estas descargas, es la frecuencia y profundidad de las respiraciones. Estas descargas pueden ser recogidas, de los nervios correspondientes, con dispositivos eléctricos, y pueden ser comparadas a los mensajes telegráficos. En cuanto a los estímulos que recibe y que le permiten regular sus respuestas son de naturaleza variada. Unos le llegan directamente y otros por intermedio de los nervios sensitivos. Los examinaremos por separado.
Esquema que representa al centro respiratorio y los estímulos que le llegan, regulando su funcionamiento. b) Estímulos de acción directa: regulación química de la respiración. Son transportados por la sangre que baña el centro y actúan por contacto directo sobre las células que lo componen. El estímulo que sobresale por su importancia es el anhídrido carbónico. Le siguen, aunque con papel muchísimo menor, el oxígeno y algunos ácidos. El anhídrido carbónico tiene una acción específica sobre el centro respiratorio, del cual es el estimulante natural. Dentro de ciertos límites, considerados como fisiológicos, se observa que a medida que aumenta su concentración en la sangre, aumenta proporcionalmente la ventilación pulmonar por estimulación del centro. Haciendo respirar a una persona aire con un 9% de este gas, el volumen de aire respirado pasa de 8 litros a 50 ó 60 por minuto. En concentraciones elevadas es peligroso, pues tiene acción narcótica. El oxígeno y los ácidos sanguíneos tienen escasa acción directa en condiciones fisiológicas, aunque sus variaciones en más o en menos, alteran la ventilación pulmonar. c) Estímulos de acción indirecta: regulación refleja de la respiración. Este sistema de informaciones del centro respiratorio es sumamente importante y complementa al anterior. Numerosos nervios recogen en todo el cuerpo impresiones que luego trasmiten al centro bulbar; trataremos las más conocidas. Hering y Breuer señalaron, en 1868, que en los pulmones existen terminaciones nerviosas que continuamente informan al centro respiratorio del estado de distensión del órgano. Cortando los nervios transmisores de estos estímulos se altera profundamente el ritmo de la respiración. En la aorta y también en el lugar de bifurcación de las carótidas, en el cuello, existen unos corpúsculos sensitivos, bien estudiados histológicamente por la escuela de Ramón y Cajal, que son impresionados por la concentración de oxígeno y de anhídrido carbónico de la sangre. Estos quimioreceptores transmiten al centro bulbar, por intermedio de nervios propios, toda modificación en el contenido de esos gases, pero son particularmente sensibles a la disminución del oxígeno, que provoca exagerado aumento de los movimientos respiratorios. En la mucosa nasal hay terminaciones nerviosas que al ser excitadas por sustancias extrañas, provocan el reflejo del estornudo; en la mucosa de la laringe y de la tráquea, en el mismo caso se produce el reflejo de la tos. En ambos reflejos, se producen modificaciones transitorias del ritmo respiratorio, por estímulos que desde las superficies mencionadas viajan a los centros. También recibe el centro respiratorio numerosos estímulos que por vía nerviosa le llegan de los músculos, tanto de los respiratorios como de los otros. Este caso se observa de manera patente durante cualquier ejercicio físico. Entonces, el mayor volumen de aire respirado se debe: 19) al mayor consumo de oxígeno por las células, que provoca su disminución en la sangre y la estimulación de los quimioreceptores, y al exceso de producción de anhídrido carbónico, por igual motivo, que a su vez aumenta el sanguíneo y estimula directamente al centro respiratorio; y 29) a verdaderos bombardeos de estímulos que parten de los músculos en actividad y por vía nerviosa excitan al centro respiratorio. Finalmente, el centro respiratorio tiene amplias conexiones nerviosas con otras partes del sistema nervioso, como el cerebro, lo que permite que modifiquemos a nuestra voluntad, durante un corto lapso, el ritmo de la respiración.

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