lunes, 21 de octubre de 2013

ANATOMIA Y FISIOLOGIA - La respiración

EL TRANSPORTE DE LOS GASES RESPIRATORIOS TRANSPORTE DEL ANHIDRIDO CARBONICO. Este gas, como el oxígeno, se encuentra en poca proporción en estado de disolución en el plasma, y el resto combinado. Son muy complicados los procesos que relacionan a ambos estados. Al desprenderse de los tejidos y atravesar las paredes de los vasos capilares, se disuelve en el plasma. Esta forma libre es la más ínfima, pero su importancia radica en que es la intermediaria obligada de las otras.
Transformaciones del anhídrido carbónico para llegar de los tejidos a los pulmones, y cantidades relativas por ciento de cada forma.
Del plasma penetra en el glóbulo rojo y puede seguir dos caminos diferentes: se combina con la hemoglobina o se transforma en bicarbonato. La parte que se combina con la hemoglobina, para constituir la carbohemoglobina, lo hace con rapidez y tiene igual facilidad para abandonarla. Se fija en una parte de la molécula, distinta a la del oxígeno. La parte que se transforma en bicarbonato lo hace también con rapidez extraordinaria, lo mismo que su camino inverso, lo cual se debe a una poderosa enzima contenida en el glóbulo, llamada anhidrasa carbónica. Esta tiene como papel específico transformar el anhídrido carbónico en ácido carbónico y viceversa, y es utilísima, 1) al nivel del pulmón, porque acelera el desprendimiento del anhídrido carbónico del aire alveolar, y 2) al nivel de los tejidos, porque transforma rápidamente en ácido carbónico el anhídrido carbónico producido por las células. Del ácido carbónico, que es un intermediario fugaz, queda una parte en el glóbulo y se transforma en bicarbonato, y dos partes salen al plasma y se combinan con el sodio, formando bicarbonato de sodio. El bicarbonato es la más importante, en cantidad, de todas las formas en que se halla el anhídrido carbónico. Al llegar la sangre a los pulmones, el anhídrido carbónico libre está a mayor presión que el alveolar y escapa del alvéolo, lo cual rompe el equilibrio de la forma libre con las combinadas, que lo reemplazan por un mecanismo inverso al de su formación.
Etapas que sigue el oxígeno atmosférico para llegar a las células
a) Equilibrio ácido-base. Estas transformaciones del anhídrido carbónico guardan íntima conexión con la lucha del organismo contra los ácidos que permanentemente llegan a la sangre, y el mantenimiento constante de la reacción de ésta. El bicarbonato de sodio, que se forma continuamente en el plasma a raíz de la penetración del anhídrido carbónico en la sangre, es el más importante neutralizador de ácidos que posee el organismo, al punto que un 60% son anulados por él. El sodio, fijado al bicarbonato, es una reserva de Alcali, antagonista de los ácidos, y constituye la reserva alcalina de la misma sangre. Como en el plasma hay sodio que no está unido al bicarbonato y por ello no sirve para neutralizar ácidos, la reserva alcalina o sodio unido al bicarbonato, se mide indirectamente por la cantidad de bicarbonato que le está unido. El bicarbonato, a su vez, se transforma en anhídrido carbónico, su antecesor, y por eso la reserva alcalina se expresa en cm3 de anhídrido carbónico desprendidos en 100 cm3 de plasma, y es de 55 a 60 cm3. El conocimiento de la reserva alcalina es de mucha utilidad en medicina. Su disminución es un índice de aumento de ácidos, que se han fijado al sodio en forma estable (al revés del bicarbonato, que lo hace en forma inestable). Un ejemplo de esto se observa en casos de diabetes, donde aparecen ácidos orgánicos que fijan al sodio en forma estable, y ese descenso es de suma gravedad. Junto al bicarbonato hay otros sistemas químicos en la sangre, todos capaces de neutralizar ácidos, pero no en grado tan potente como éste. Varios órganos intervienen también con el mismo objeto, como el pulmón, ya mencionado, el riñón y el intestino. Sin estos mecanismos la vida sería imposible, ya que el ingreso de ácidos es continuo, sea por los alimentos o como consecuencia del trabajo de las células, y el organismo no tolera desviaciones de su reacción. b) Exceso de anhídrido carbónico. Carboterapia. El anhídrido carbónico producido en el organismo y transportado por la sangre, se elimina con facilidad al nivel de los pulmones porque sus combinaciones son muy disociables y el gas es muy difusivo. Ya se explicó que el pasaje es por diferencia de presión, de la sangre venosa en que es mayor, al alvéolo, en que es menor. Cuando por una oclusión de las vías respiratorias, en cualquier parte de su trayecto, el aire tiene dificultades para entrar o salir de los pulmones, el sujeto se asfixia, y si no es auxiliado a tiempo muere (cierre de las vías aéreas por cuerpo extraño, estrangulamiento, inmersión). Los síntomas se deben a un doble mecanismo de origen celular: falta de oxígeno
que se consume rápidamente, y exceso de anhídrido carbónico, que se produce de manera permanente. El anhídrido carbónico de la sangre es el estimulante natural del centro respiratorio. Esta acción es aprovechada en terapéutica cuando hay que reanimar a este centro en los casos en que se halla desfalleciente o en peligro de tal, como suele ocurrir a consecuencia de algunos anestésicos. En este caso se hace respirar al sujeto aire con 6 a 9% de anhídrido carbónico (carbógeno), lo que aumenta cerca de 10 veces el volumen de aire respirado. Se deben evitar concentraciones mayores, pues tienen acción narcótica y son peligrosas.

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