viernes, 4 de octubre de 2013

ANTROPOLOGIA - Los primeros hombres

EL HOMBRE DE CROMAGNON
PROSECUCION DE LOS HALLAZGOS Estos nuevos hallazgos fueron, en 1872, los de un arqueólogo provincial francés, Massénat, quien encontró un nuevo esqueleto en la localidad de LaugerieBasse. Dos circunstancias fueron esencialmente oportunas para dar a este nuevo hallazgo el valor de una verdadera ratificación del precedente: su ubicación y los elementos de industria humana que lo acompañaban. En efecto, LaugerieBasse queda justamente enfrente de CroMagnon, separada de aquélla por el río Vézere: y aquel esqueleto estaba acompañado, como los anteriores, por conchillas marinas. Massénat, Lalande y Cartailhac estudiaron estos restos. El último de ellos estableció que el hombre cuyos restos estudiaban había sido aplastado por la caída de un grueso bloque de piedra, bajo el cual aún yacían sus huesos citando fueron hallados. Tan terrible golpe había determinado la fractura de numerosas porciones del esqueleto. Sin embargo, su identidad con los restos anteriormente conocidos bajo el nombre colectivo de hombres de CroMagnon no era dudable y Hamv lo demostró fácilmente. Un nuevo hallazgo, hecho meses después por el joven Lartet y ChaplainDuparc, en otro abrigo bajo roca en Duruthy (Lancles), permitió demostrar que este tipo humano —del cual se encontraba ahora un nuevo esqueleto, adornado con conchillas y con un collar de unos cuarenta caninos de oso y tres de león, adornados de grabados—, tenía un área de distribución que no se limitaba únicamente a CroMagnon y sus alrededores. Las grutas de Menton, o de Baoussé, o de Grimaldi, vienen proporcionando, desde 1872, fecha de las primeras búsquedas superficiales, testimonios esqueletarios de la existencia del hombre prehistórico. Estas grutas —cuyo número original era de nueve y que hoy han quedado reducidas a ocho— han permitido hallar en su interior una diversidad sumamente aleccionadora e interesante de tales restos, correspondientes a diversos tipos humanos. En aquel año, Riviére, en la gruta llamada "du Cavillon" encontró, debajo de una formación estalagmítica, su "hombre de Menton". En 1873 otros tres esqueletos fueron encontrados en la gruta "Baousso da Torre". En 1874 y 75 dos esqueletos más, esta vez de niños, surgieron del seno de la gruta número uno, a la que se denominó por ello "Gruta de los niños". En todos estos casos la presencia de un ajuar funerario compuesto de conchillas trabajadas e instrumentos líticos daba la sensación de tratarse de sepultura. Riviére así lo señaló, incurriendo por ello, en el desagrado de Mortillet, quien renovó, con este motivo, los argumentos y ataques formulados frente a los casos anteriores. Pero, como en aquéllos, hallazgos ulteriores —como los restos de Brünn (Moravia), con sus esqueletos pintados de rojo y sus collares de conchillas o de discos de piedra; o de Predmost (también en Moravia), en donde aparecieron los restos de casi un millar de individuos, en una de las más importantes estaciones paleolíticas de la Europa central, con toda una industria de la piedra, del hueso, del asta de reno y del marfil— han hecho inútiles los argumentos negativistas del tipo de los empleados por Mortillet. Además, los hallazgos de Grimaldi continuaron. Julien encontró, en 1884, en la quinta caverna, llamada "Barma Grande", un esqueleto que, desgraciadamente, fue totalmente destruido por desinteligencias entre el investigador y el dueño del yacimiento, que explotaba el lugar como una cantera de piedra. Al hacer estos trabajos industriales él ha obtenido diversos esqueletos humanos, más tarde estudiados por Verneau. Su buen número no alcanza a compensar, sin embargo, la carencia de datos emergentes de una extracción prolija y científica. Para evitar, en lo sucesivo, la continuación de este nocivo estado de cosas, el príncipe Alberto I de Mónaco —
generoso patrocinador de investigaciones oceanográficas y de las "ciencias del hombre"— tomó cartas en el asunto, disponiendo la realización de importantes exploraciones sistemáticas. El canónigo de Villeneuve (con la ayuda de Lorenzi) dirigió las búsquedas en la "Gruta del Príncipe", inédita hasta entonces. La munificencia de aquel verdaderamente principesco protector permitió hacer los trabajos en grande: minuciosa y sistemáticamente se retiraron más de cuatro mil metros cúbicos de tierra. Pero aunque se obtuvieron restos fósiles animales de un interés considerable, ni un solo fragmento humano apareció. Este hecho decepcionante no descorazonó al príncipe, quien suministró nuevos fondos para que la búsqueda se dirigiera en el sentido de completar las investigaciones anteriormente verificadas en la "Gruta de los niños". Allí el éxito compensó tan larga espera. Cuatro esqueletos humanos, pertenecientes a tres niveles diferentes, fueron encontrados. El examen cuidadoso de la estratigrafía y de la fauna asociada permitió datarlos de una manera absolutamente precisa. Cartailhac, Verneau y Boule participaron con el canónigo de Villeneuve en el estudio de esos restos. Aunque de edad diferente, según se ha dicho, dos de ellos pertenecen, evidentemente, a la "raza de CroMagnon". Son los que corresponden a los niveles superiores, es decir, más modernos, los otros dos esqueletos de niveles más bajos y de edad más antigua, por lo tanto, entran — típicamente— en la "raza de Grimaldi". Ya en nuestro siglo nuevos hallazgos, demostrativos de la existencia de algunas variantes dentro del tipo del hombre fósil de CroMagnon, han aparecido. Así, en 1910, Hauser encontró un esqueleto en el yacimiento de CombeCapelle (Dordoña). Klaatsch trató luego de demostrar que se trataba de un tipo de hombre diferente (su Homo Aurignacensis Hauseri). El antropólogo napolitano GiuffridaRuggieri ha estudiado, a su vez, estos restos, para llegar a la conclusión de que poseen caracteres que los relacionan con las poblaciones etiópicas. Pero, por importantes que sean estas relaciones, no alcanzan a configurar la existencia de una nueva raza fósil. Como Boule hace constar, no se trata, en realidad, más que de una simple variante del tipo clásico de CroMagnon. En 1914, un nuevo hallazgo, el de Obercassel, en una localidad cercana a la ciudad universitaria alemana de Bonn, permitió a Vorworn estudiar el contenido de una doble sepultura —con un esqueleto de hombre y otro de mujer, coloreados de rojo como los de Brünn y con un ajuar de instrumentos magdalenenses de huesos grabados—, cuyos restos humanos asemejándose, a la vez, a las razas de CroMagnon y de Chancelade parecían presentar, sin embargo, ciertas conexiones con la de Neanderthal. Este hallazgo, tan particular, no ha sido ratificado por otros, de suerte que podemos mantener, sin alteraciones, binamos todas estas características, diremos que se trata de un ser hypsidolicocéfalocameprosopo. La frente es, ya, erecta y amplia, sin visera ni rugosidad supraorbital. Las órbitas, si bien muy anchas, no son excesivamente altas. Los pómulos son fuertes y salientes. La nariz, larga y fina (leptorrina) , agrega gracilidad a este rostro inteligente. La mandíbula es robusta, y dotada de un el concepto de la desaparición total de estos últimos, tal como anteriormente explicamos.
PERFIL DEL CRANEO DE LAUGERIEBASSE. Este resto corresponde, de manera general, a las características más salientes del tipo de hombre fósil de CroMagnon. fue hallado por un arqueólogo de provincias. francés, Massénat, lo que le valió junto con otros hallazgos, gran celebridad.
LAS GRUTAS DE GRIMALDI. Vista general de las entradas a las célebres grutas de esa localidad. tomada por Davanne hacia 1870 con motivo de la construcción del ferrocarril.
LA ANCIANA Y EL ADOLESCENTE DE GRIMALDI. Posición en que fueron encontrados aquellos restos antropológicos en su enterramiento. Obsérvense los detalles característicos de los dobleces de miembros y de asociación de los restos.
DOS TIPOS DE HOMBRE FOSIL EUROPEO. A, Cráneo masculino del hombre tipo de
CroMagnon; B, Cráneo de joven del tipo de Grimaldi. Ambos hallazgos —y otros varios análogos— fueron hechos en el mismo yacimiento: el interior de la llamada "Grotte des Enfants", en Grimaldi, Mentone. Esto demuestra que ambos tipos de hombre fósil utilizaron las cavernas como vivienda. Los primeros son los de tipo de Grimaldi.

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