lunes, 14 de octubre de 2013

ARQUEOLOGIA - La Edad del Bronce en las regiones del Mediterráneo

ARQUITECTURA PRIMITIVA IBERICA La arquitectura da su testimonio, fehaciente y corroborante, en lo que respecta al gran cambio cultural que caracteriza al círculo pirenaico. En la época primitiva tanto el núcleo vasco como el catalán no muestran más que pocos y pobres ejemplos de sepulcros de corredor. La mayor parte de los entierros se practican simplemente en cistas muy pequeñas. Este paupérrimo tipo de entierro casa bien con el ajuar funerario que presenta. Pero la llegada de la "cultura de El Argar" modifica en esto el cuadro, tan fuertemente como en el resto de las manifestaciones culturales. Precisamente en el yacimiento así denominado nos encontramos con una aglomeración urbana de considerable importancia, a la cual se adiciona el cementerio. El conjunto de estos vestigios arquitectónicos está defendido por murallas. Las casas son grandes e interesantes por su planta y otros detalles. En cuanto a los tipos de entierros son variados, aunque predominen el de cista de seis losas o las grandes urnas tapadas con lajas de piedras. Es de señalar (como una contribución para la ulterior averiguación de la procedencia de esa cultura invasora), que este tipo de entierro en urnas —aunque sumamente frecuente en América— es bastante raro en Europa, concentrándose la mayoría de los hallazgos de este tipo en Bohemia. Es posible, pues, que se trate de una bastante antigua migración germánica. Naturalmente, necesitamos esperar la realización de muchos otros hallazgos para poder ratificar o no esta hipótesis. Por último, es necesario señalar la existencia en las islas Baleares de un gran foco cultural durante la Edad del Bronce. Este se manifiesta por el hallazgo de una enorme cantidad de objetos de ese material, especialmente hachas macizas de doble molde, espadas y puñales, así como de objetos de ornato tales como collares, anillos, aros y pinzas de depilación. Pero quizá lo más importante sea su aspecto arquitectónico, construido por los llamados talayotes, de los cuales se conservan los torreones hechos de gruesas piedras en bruto, sin cemento de unión, y las navetas, construcciones en forma de torres, generalmente rectangulares (aunque también, en ambos casos, los hay circulares u ovales). En realidad talayotes y navetas parecen haber sido sólo las torres de defensa de las aglomeraciones urbanas de los pobladores, cuyas míseras y pequeñas casas de piedra casi no pueden distinguirse, sino por los pedruscos de que está sembrado el suelo. Es curioso señalar que las torres antes mencionadas, por su forma y su empleo, pueden vincularse con sus similares de Cerdeña, que allá reciben el nombre de nuraghes. Sea como fuere, nada nos queda de aquella cultura balear, a excepción de sus propios restos materiales. Su papel y su trascendencia se nos escapan. Pero no hay duda que debieron ser considerables, vista la riqueza de sus materiales de bronce y la personalidad propia de su cerámica. Esta es, pues, una de las incógnitas de la arqueología española, que esperamos sea revelada por los estudiosos del futuro.
UN ENTIERRO DURANTE LA EDAD DEL. BRONCE EN ESPAÑA. El enterramiento se efectúa poniendo al muerto en cuclillas, dentro de una caja hecha con grandes losas. Procedimiento típico de la fase algariense de la llamada "cultura ibero-sahariana". La caja, o cista, contiene, además, utensilios y cerámica. Hallada en La Bastida de Totana (Murcia). Según Martínez Santa-Olalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario