jueves, 10 de octubre de 2013

ANATOMIA Y FISIOLOGIA - Reproducción

MANTENIMIENTO DE LOS CARACTERES SEXUALES: TESTICULO Y OVARIO Los caracteres sexuales secundarios de uno y otro sexo son mantenidos directamente por un conjunto de hormonas que provienen fundamentalmente del ovario o del testículo, y accesoriamente de la suprarrenal o la tiroides. En cuanto a la hipófisis desempeña aquí también un papel central que cumple principalmente por su acción sobre todas las otras glándulas que acabamos de mencionar. El testículo y el ovario son glándulas mixtas que producen una secreción que va al exterior (secreción externa) y que es el gameto propio de cada sexo, espermatozoide para el testículo y óvulo para el ovario, y otra secreción que, al pasar a la sangre (secreción interna) ejerce su acción a distancia sobre órganos efectores determinados dando la característica propia de cada sexo. Fácil es demostrar el papel de la glándula de secreción interna mantenedora de los caracteres sexuales del testículo y del ovario. La castración de los vertebrados, conocida y aprovechada por el hombre desde tiempos remotos, no deja aparecer los caracteres sexuales si realizase antes de la pubertad o borra alguno si es posterior. La inyección de las hormonas correspondientes o el injerto de la glándula que falta, permiten la restitución de los caracteres y hasta su exageración. Por ejemplo un gallo capón no canta, pierde los instintos sexuales, se le atrofia la cresta, pero basta implantarle bajo la piel un testículo de otro gallo para que reaparezcan los caracteres perdidos.
Acción de la castración y del injerto testicular sobre la cresta del gallo. A la izquierda, gallo normal; al centro, gallo castrado; y a la derecha, gallo al que después de castrado se le hizo un injerto testicular.
Ambas glándulas sexuales ejercen su acción por hormonas que fabrican y luego vuelcan en la sangre. Estos últimos años han sido testigos de brillantes trabajos de fisiólogos y químicos que han podido aislar de estas glándulas sus hormonas, conocer su fórmula química exacta y luego prepararlas artificialmente en el laboratorio. De esta manera se ha llegado a comprobaciones sorprendentes. Así el testículo prepara sustancias que inyectadas tienen acción masculina, y el ovario otras que tienen acción femenina, pero además, y esto es muy curioso, cada glándula es capaz de preparar en pequeño grado, hormonas del sexo opuesto, y cada hormona tiene también y en pequeño grado, propiedades de las hormonas del otro sexo. Otro hecho notable es que las hormonas sexuales conocidas hasta la fecha, así como las elaboradas por la corteza suprarrenal, la vitamina D, etc., son de un parecido químico extraordinario y derivan de un mismo antecesor químico; sus diferencias están en su acción y muy poco en su constitución. En resumen, pequeñas diferencias en la constitución química pueden ir acompañadas por grandes diferencias en la acción sobre el organismo.

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