jueves, 5 de diciembre de 2013

ZOOLOGIA - Los animales unicelulares o protozoarios

LOS PROTOZOARIOS CAUSANTES DE ENFERMEDADES Muchos protozoarios habitan el interior de los intestinos de los animales sin ocasionarles, no obstante, ningún daño, pero hay otros que viven dentro del intestino o en otras cavidades y órganos y perjudican enormemente al huésped, hasta el extremo de causarle la muerte. Veamos algunos de estos parásitos más importantes.
DISENTERIA AMEBIANA. Se trata de una ameba que se mueve, como los de más rizópodos, por medio de seudópodos, y vive en forma adulta en el interior del intestino grueso, donde ocasiona diarreas frecuentes y sanguinolentas, así como erosiones en el tabique intestinal, que llegan a veces hasta la perforación del mismo. En las formas crónicas resulta muchas veces un enflaquecimiento notable. Tanto la disentería amebiana aguda como la crónica pueden ocasionar la muerte. Son principalmente enfermedades de los países cálidos intertropicales. Es necesario no confundir la disentería amebiana, producida por la Entamoeba histolytica, con otra muy parecida, provocada por una bacteria, el Bacillus coli, y llamada disentería bacilar, que también es peligrosa.
COMO SE ADQUIERE LA ENFERMEDAD. La ameba que vive dentro del intestino representa la forma vegetativa adulta; fuera de este medio, muere rápidamente. En el interior del tubo intestinal, enquístanse varias de estas amebas, y estos quistes son eliminados con las deyecciones en grandes cantidades, lo mismo que algunas de las amebas en su forma vegetativa. En tanto que estas últimas están condenadas a perecer en el nuevo medio, los quistes expulsados con las heces resisten las más precarias condiciones de existencia y son repartidos por distintos lugares. Si una persona ingiere agua o alimentos vegetales en que haya de estos quistes, contraerá la enfermedad. Llegados al intestino grueso del huésped que los ha ingerido, los quistes, por un orificio que en ellos se abre, dejan escapar su contenido, con cuatro núcleos, y después el citoplasma se divide alrededor de cada núcleo, originando así cuatro amebas, que crecen rápidamente y se reproducen por división directa, con lo que se establece la terrible disentería.
PORTADORES DE QUISTES. La disentería amebiana se combate por medio de la emetina, alcaloide extraído de una planta, la ipecacuana. Muchos individuos aparentemente sanos y en cuyas deyecciones no se presentan amebas adultas, tienen con mucha frecuencia gran cantidad de quistes, y por consiguiente están dispersando la terrible enfermedad, lo que es fácil en las zonas rurales, donde no hay retretes. Estos sujetos se conocen como portadores o vectores permanentes de quistes.
EL PALUDISMO. Los esporozoarios son todos protozoarios parásitos de distintas especies de animales; por otra parte, están desprovistos de órganos locomotores, debido a la vida parasitaria. Aquí nos ocuparemos solamente de los plasmodios que parasitan el cuerpo humano. El paludismo, conocido también como malaria y bajo otros nombres, es una enfermedad cuyo primer síntoma es la aparición de una fiebre intensa y repentina, que desaparece al cabo de unas horas, reapareciendo periódicamente al cabo de uno o dos días, y así sucesivamente. La falta de un tratamiento inmediato trae consigo grandes perjuicios para el hígado y el bazo.
LOS PLASMODIOS EN EL CUERPO HUMANO. El hombre adquiere el plasmodio al ser picado por mosquitos del género Anopheles que se hallan infectados. Mediante la picadura, el plasmodio es introducido en la corriente sanguínea, y allí penetra en un glóbulo rojo, o hematíes, dentro del cual crece hasta ocuparlo por completo. Entonces, el plasmodio se reproduce por división directa, convirtiéndose en varios otros, y los nuevos individuos jóvenes, libertándose de aquel hematíes, penetran en otros sanos y comienzan de nuevo su ciclo, originando así una infección en masa del organismo. Justamente cuando se rompen los hematíes y quedan en libertad los protozoarios jóvenes, es cuando sobreviene la fiebre típica. El intervalo de uno, dos o tres días entre dos ataques de fiebre, representa exactamente el tiempo que los nuevos individuos emplean en completar su desarrollo dentro de los glóbulos rojos.
FORMACION DE LOS GAMETOS. Después de un gran número de reproducciones asexuales, los plasmodios de la sangre, en vez de seguir multiplicándose por división múltiple, dan origen a individuos de dos tipos, el gameto masculino (microgameto) y el gameto femenino (macrogameto), los cuales quedan retenidos dentro del hematíes en que se desarrollaron. Estos dos gametos están destinados a efectuar una reproducción sexual, pero esto no ocurre en el interior del cuerpo humano, sino en el interior del mosquito que casualmente ingiere la sangre de un enfermo que contenga gametos.
EL PLASMODIO EN EL CUERPO DE LOS MOSQUITOS. Al chupar la sangre de un ser humano que esté infectado con plasmodios, el mosquito absorbe los gametos contenidos en los hematíes. Los gametos masculinos, después de dividirse en varios gametos serpentiniformes (siete u ocho), fecundan a los gametos femeninos y dan origen a individuos que, mediante movimientos amiboideos, atraviesan el intestino y van a alojarse en el tejido muscular y adiposo que lo rodea. Aquí, los individuos sexuados se envuelven en una fuerte membrana elástica, crecen mucho y, por división múltiple, originan numerosos individuos que son arrastrados por la corriente sanguínea y van a fijarse en las glándulas salivares. Con su picadura, el mosquito inocula una gota de saliva, infectando así al hombre, en cuya sangre comienza nuevamente el plasmodio su ciclo. Entre los diversos mosquitos que pican al hombre, únicamente el organismo de los Anopheles es apto para permitir la evolución de los gametos.
LAS ESPECIES DEL GENERO PLASMODIO. Las especies de plasmodios que atacan al hombre son el Plasmodium malarie, el Plasmodium vivax y el Plasmodium falciparum, siendo este último el más temible de todos. Diversas especies parasitan a otros animales. De los mosquitos, hay varias especies de Anopheles capaces de trasmitirlos. La que lo hace con más éxito, sin embargo, es el Anopheles gambiae, de Africa, que fue accidentalmente transportado por la aviación a la costa nordeste de la América del Sur, donde segó millares de vidas, llegando a ser radicalmente exterminado gracias a los esfuerzos del servicio de sanidad del Brasil. La lucha contra el paludismo ofrece muy variados aspectos; se combate la enfermedad con la quinina, que es también un excelente preventivo; se combate al mosquito mediante el drenaje de los pantanos en que cría, o envenenando las aguas que alojan a sus larvas. El individuo sano se protege por el empleo preventivo de la quinina o de sus sucedáneos, o bien usando sustancias olorosas que ahuyentan al mosquito, o mosquiteros. El paludismo es una enfermedad esencialmente tropical, propia de lugares en que concurren condiciones altamente favorables para su dispersión. Durante la última guerra, en las selvas de Nueva Guinea, llegó a causar el 95 por 100 de las bajas en los ejércitos, teniéndose que librar una terrible batalla médica en que la victoria se debió al valor preventivo de la atebrina.
ENFERMEDAD DEL SUEÑO. Los tripanosomas son protozoarios flagelados. Poseen un cuerpo fusiforme y alargado, y un flagelo que sale del polo posterior del cuerpo y se prolonga por
delante, sobrepasando el extremo anterior del animal. Este flagelo se halla unido al cuerpo, a lo largo, por medio de una membrana denominada membrana ondulante. La enfermedad del sueño, propia del Africa tropical, es originada por la inoculación al hombre del Trypanosoma gambiense, que se localiza en la sangre, en los ganglios linfáticos y en el líquido cefalorraquídeo. Transmítese al hombre por la picadura de una mosca vulgarmente conocida con el nombre de tsetsé, y cuya denominación científica es Glossina palpalis. Esta mosca se infecta al picar al hombre. El tripanosoma, mezclado con la sangre, pasa al intestino medio del insecto, donde se multiplica y origina varios individuos que, tras una serie de modificaciones de forma, emigran hasta la trompa de la mosca y hacen que ésta sea apta para inocular el parásito a otros hombres. El Trypanosoma gambiense, sin embargo, existe en la sangre de otros animales, tales como el antílope, a los que no ocasiona enfermedad alguna. Este animal es, por consiguiente, un vector permanente de dichos parásitos.
LA ENFERMEDAD DE CHAGAS. La enfermedad de Chagas, que asola diversas regiones de América del Sur, es también producida por un tripanosoma, conocido como Schizotrypanum cruzi. Este protozoario es inoculado al hombre por un insecto comúnmente conocido bajo el nombre de zánchuca, que habita en las rendijas de las paredes de los ranchos, en las zonas rurales. Aliméntase este insecto de sangre, pero no inocula el tripanosoma al picar, sino con los excrementos que va depositando y que caen sobre las heridas producidas por su picadura. El ataque de la vinchuca al hombre tiene lugar durante la noche, pues el día lo pasa entregada al reposo. La enfermedad de Chagas, denominada también tripanosomiasis americana, afecta a diversos órganos del cuerpo humano, manifestándose su acción sobre el sistema nervioso, el sistema muscular, el corazón, las glándulas suprarrenales y la tiroides. Aparte del hombre y de la vinchuca, hay diversos animales vertebrados salvajes que son portadores del Schizotrypanum cruzi.
LAS LEISHMANIOSIS. Son las leishmaniosis enfermedades tropicales que producen en el hombre lesiones cutáneas y viscerales, y se deben a la inoculación de protozoarios del género Leishmania, que son transmitidos por la picadura de pequeños dípteros o mosquitos del género Phlebotomus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario