sábado, 4 de enero de 2014

ASTRONOMIA - Instrumentos astronómicos

TELESCOPIO REFRACTOR Y REFLECTOR La ecuatorial descrita se llama también telescopio refractor, para distinguirlo del telescopio reflector, en que el objetivo, en lugar de ser una lente que concentra los rayos luminosos por refracción, es un espejo paraboloide que los concentra por reflexión: el ocular se parece al telescopio refractor. La montura del telescopio reflector es variada, pero siempre de forma que permita seguir automáticamente los astros por espacio de horas enteras.
ESQUEMA DE UNA ECUATORIAL MN, anteojo; PP, eje que sigue la dirección de la línea de los polos; AA, círculo perpendicular al eje PP, que representa el ecuador celeste; PB, círculo móvil en torno del eje PP y representa un círculo horario; S, contrapeso.
Los telescopios son los aparatos destinados, por excelencia, a explorar los más lejanos confines del universo, puesto que permiten observar, en igualdad de circunstancias, objetos tanto más lejanos, cuanto mayor abertura tenga su objetivo: de aquí el interés, por parte de los astrónomos, en construir telescopios de grandes dimensiones. Muchos telescopios tienen como complemento una cámara fotográfica, la cual ha permitido extender notablemente el campo de acción de estos aparatos. La principal ventaja de la fotografía sobre la observación directa consiste en el efecto cumulativo de la acción lumínica sobre la emulsión fotográfica durante horas enteras de exposición, con lo cual logra registrar ondas lumínicas, cuya intensidad sería demasiado débil para impresionar la retina. Además, la fotografía elimina el efecto subjetivo individual y permite el archivo de los datos de diversas épocas para relacionarlos entre sí. Por esto, los mayores adelantos de la Astronomía han tenido lugar en estos últimos años, con los grandes telescopios aplicados a la fotografía. La única manera de comunicarnos con los astros es por medio de la luz. Ahora bien, la cantidad de luz proveniente de un foco luminoso disminuye no sólo con el debilitamiento de la luminosidad del mismo foco, sino también con el aumento de su distancia. Con esto puede darse el caso que la distancia de muchas estrellas sea tan grande que la luz recibida de ellas no llegue a impresionar nuestra retina. El hecho es que sólo pueden percibirse a simple vista unas 6.000 estrellas. Para llegar a divisar más estrellas tenemos los telescopios, los cuales por medio del objetivo, modifican el camino de los rayos luminosos procedentes del astro, haciendo que se reúnan en un punto llamado foco, donde forman una imagen del astro mucho más luminosa. Supóngase que un grupo de personas dirige su mirada hacia Saturno. Para la visión de este planeta sólo se aprovecha la pequeñísima cantidad de luz que penetra en la pupila de los ojos de las personas del grupo; toda la restante se desperdicia. Por esto, ninguna alcanza a ver el anillo y los detalles de la superficie del planeta. Pero supóngase que un gran colector de luz, un telescopio colocado delante del grupo, reúne todos los rayos luminosos antes esparcidos. La luz que primero se repartía entre todos los observadores o que se desperdiciaba, puede llevarse a un solo ojo, que de esta suerte podrá ver lo que antes no veía. Así el gran telescopio de Monte Wilson, cuyo objetivo reflector mide 2,54 metros de diámetro, recoge de cada estrella una cantidad de luz 200.000 veces mayor que la recibida por el ojo en condiciones ordinarias.

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