viernes, 18 de abril de 2014

BIOLOGÍA - El mecanismo de la adaptación

ADAPTACIÓN HEREDITARIA Sin embargo, existe también la adaptación hereditaria, de una estirpe entera, que no debe confundirse con la adaptación individual, no hereditaria. Todas las especies tienen caracteres hereditarios que las hacen aptas para vivir en un determinado hábitat y no en otros. Están, pues, adaptadas. Las plantas de terrenos arenosos y secos consiguen vivir allí por poseer órganos conformados de tal manera que pueden enfrentar la extremada escasez de agua y el excesivo calor. Un cacto, por ejemplo, no tiene hojas, y de ese modo no pierde agua transpirando por ellas; su tallo, jugoso y con clorofila, sustituye a las hojas efectuando la fotosíntesis y es, por otra parte, un verdadero reservorio de agua. No obstante, tales caracteres no son adquiridos por el individuo; son heredados de sus antepasados. Un cacto en nuestro jardín, en terreno abonado y húmedo, no por eso adquiere hojas; un culantrillo en un arenal muere, pero no pierde las suyas. Esto distingue claramente la adaptación hereditaria de la individual.

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