martes, 15 de abril de 2014

BIOLOGÍA - Instinto e inteligencia

PRUEBA DEL ERROR La complejidad de la coordinación entre la excitación y la respuesta, que caracteriza el acto inteligente, es tanto mayor cuanto más desarrolladas están la memoria y la asociación de ideas. La primera se encarga de guardar el mayor número posible de hechos de la experiencia pasada; la segunda, de escoger entre ellos los que, teniendo alguna analogía con la situación actual, pueden servir como ejemplo. Muchos mamíferos tienen buena memoria (aunque incomparablemente inferior a la nuestra), pero sus asociaciones de ideas son aún muy rudimentarias. Por ejemplo, un perro preso en una jaula acaba aprendiendo por sí mismo a abrir el pestillo por el método de la prueba del error. Intenta de todas formas actuar sobre la puerta sin conseguir nada. A cada ensayo errado sigue otro, hasta que por casualidad golpea con la pata en el lugar preciso para recordar cuál fue el ensayo eficaz, y colocado nuevamente en la jaula, ejecuta el movimiento que la abre. Pero él no comprende por qué se abrió el picaporte y no es capaz de generalizar el hecho aprendido para el caso de otras trabas colocadas en posiciones diferentes. Es que su capacidad de asociación de ideas es aún muy limitada. Del mismo modo un ratón aprende por ensayos sucesivos a salir con seguridad de un laberinto, pero si lo colocamos en un laberinto simétrico del primero, como si fuese su imagen especular (cuando en el primer laberinto el camino vira hacia la derecha, en el segundo vira hacia la izquierda, etc.), el ratón se muestra tan ignorante como al principio del entrenamiento anterior. No consigue asociar la forma de los dos laberintos y transferir el aprendizaje virando para el lado simétrico en todas las vueltas, como haría una criatura. El acto inteligente cuyo método es la prueba del error, es aún primitivo. No hay todavía comprensión de un problema, raciocinio. El animal, ante un obstáculo a la realización del objeto a que apunta, actúa al acaso, de las más diversas maneras, hasta acertar con la que es eficaz; su memoria registra la prueba eficaz, que será repetida siempre que la situación se presente. Esporádicamente el hombre puede usar el mismo método, por ejemplo cuando, bajo gran presión emotiva, golpea desesperadamente en las paredes de la prisión donde fue arrojado.

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