LAS AGUAS CORRIENTES Hay pocas especies animales que vivan permanentemente en esta clase de aguas, pues cuanto mayor es la velocidad de la corriente, tanto más difícil se hace la vida y mayor es la necesidad de adaptaciones. Entre sus habitantes transitorios figuran aquellos peces que las atraviesan en busca de otros lugares más propicios para vivir o para reproducirse. El plancton, formado en las aguas lentas o estancadas, también desciende pasivamente río abajo. Hay animales, sin embargo, que consiguen vivir en aguas correntosas definitivamente, merced a adaptaciones adecuadas. Así, hay muchos peces, como los llamados en Venezuela coronchos, que se agarran a las piedras del fondo de los ríos con la boca, utilizada como ventosa. Otros, por lo general muy pequeñitos (de la familia Pygididae), se fijan a las menores anfractuosidades de las rocas del fondo. Ciertas larvas de insectos viven también en las mismas aguas, y hasta en los chorros de las cascadas, dentro de cápsulas sujetas al fondo por un corto pedúnculo. Otras larvas construyen pequeños refugios con piedras en el fondo del río y resisten en ellos valientemente los embates de las aguas en rápida circulación.
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