HALLAZGOS EN CHINA De un mayor interés todavía, por tratarse de un elemento osteológico que aunque diminuto ha sido bien estudiado, es el hallazgo que el paleontólogo japonés Matsumoto verificó, en 1915, en un gran depósito de Loess, en la localidad de Honan (China) . Se trata de un sacro humano, encontrado en estrecha relación con restos óseos correspondientes a fauna fósil, entre la cual se destaca un tipo primitivo de elefante, vecino del mamut. Esta asociación sería ya una buena prueba de la gran antigüedad de ese resto humano. Pero su interés se acrecienta por ciertas características morfológicas, entre las cuales anotaremos, como las de mayor interés, la disminución gradual de las dimensiones de las vértebras sacras, a medida que descienden, y la débil curvatura resultante. Tales características le apartan del sacro de los hombres actuales, pero en cambio le aproximan al del hombre de Neanderthal, cuya vetusta antigüedad es notoria. Es el primer testimonio de la existencia del hombre en la China durante el período pleistoceno. En 1921, Matsumoto ha insistido con nuevos estudios acerca de la Edad de la piedra, esta vez en el Japón, estableciendo que ciertos hallazgos antropológicos se aproximan más a algunos tipos de hombres del paleolítico reciente que a las antiguas poblaciones de los Ainos, que constituyen el substractum de la población de su país.
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