sábado, 14 de septiembre de 2013

ANTROPOLOGIA - Los primeros hombres

EL HOMBRE DE CROMAGNON
CARACTERISTICAS ESQUELETARIAS DEL HOMBRE DE CROMAGNON Las características esqueletarias de la raza de CroMagnon son las siguientes: Cráneo dolicocéfalo, con una capacidad media de 1,600 cm3. El índice cefálico es de 73,7. Contrariamente a lo que ocurre con la calota del hombre de Neanderthal, el cráneo del de CroMagnon es elevado (es decir, hypsicéfalo). En combinación con ese cráneo estrecho y largo, la cara es baja y muy ancha, lo cual produce una impresión de desarmonía. Si con mentón triangular, bien formado y hasta prominente. Igual diferencia, con respecto al hombre de Neanderthal, observamos en lo que se refiere a la talla. Frente al aspecto macizo y a la poca estatura del susodicho tipo, encontramos en el hombre de CroMagnon una talla muy superior. Broca había calculado en 1,80 mts, la del anciano encontrado en CroMagnon mismo. Riviére daba la de 1,85 a 2,05 mts. para los tres esqueletos encontrados por él. Las investigaciones de Verneau arrojan una talla media de 1,87 mts. Así, pues, y aunque los datos se diferencien, según los autores, en unos pocos centímetros, no cabe duda que el hombre de CroMagnon pertenece a los de muy alta estatura. Los detalles de su estructura esqueletaria son muy interesantes. Sus miembros son esbeltos, con una notable extensión del antebrazo en relación al brazo y de la pierna con referencia al muslo. Su caja torácica es notablemente ancha, como corresponde a seres que viven en constante contacto con la naturaleza. Uno de los detalles más interesantes de ese conjunto óseo se refiere a las manos, bastante más grandes que las de un hombre moderno. Es notable la semejanza, casi diríamos mejor la identidad, entre estos restos óseos y las huellas de manos pintadas en las paredes de diversas grutas. Sollas, que ha estudiado estas huellas rupestres de las manos del hombre de CroMagnon, hace notar este hecho. Las marcas dejadas por las manos de los hombres en la Caverna de Castillo (España) , por ejemplo, muestran el mismo conjunto de metacarpos alargados y de falanges cortas que estos restos óseos denuncian. No ha de creerse que el hombre de CroMagnon se presente sin variaciones en todas partes. Por el contrario, una gran variabilidad interna —que a veces llega a concretarse en sensibles apartamientos del tipo principal— es su característica. Así, por ejemplo, si bien es, en casi todas partes, homogéneamente dolicocéfalo, un cráneo hallado en Placard muestra un índice cefálico casi subbraquicéfalo. Otro tanto ocurre con respecto a la talla. Si bien la muy alta estatura es otra de sus características, los esqueletos de Obercassel son de estatura inferior. Cruzamientos, sistemas alimenticios, influencia de diversos medios geográficos, pueden haber intervenido para producir estas diferenciaciones internas. Contrariamente a lo que ocurre con el hombre de Neanderthal, el tipo humano de CroMagnon no ha desaparecido totalmente en la época prehistórica. Por el contrario, se ha prolongado durante el neolítico, en Francia y España. Ha llegado, quizá, al norte de Africa y a las Canarias, influyendo, respectivamente en la formación de las poblaciones de los Kabilas y Guanches. Más aun, todavía se los suele encontrar en poblaciones contemporáneas nuestras en diversas regiones de Francia y especialmente en la Dordoña. Este último dato, recogido por Collignon, es particularmente interesante como prueba de su arraigo y mantenimiento en su viejo hogar.

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