jueves, 19 de junio de 2014

BIOLOGÍA - La simbiosis

BERNARDO EL ERMITAÑO Y LAS ACTINIAS Una simbiosis citada por todos los clásicos es la del paguro, o Bernardo el ermitaño, que se asemeja a un cangrejo, pero abriga su blando abdomen dentro de conchas abandonadas de moluscos, al igual que las actinias, celentéreos que se establecen sobre dichas conchas. El paguro queda protegido contra los enemigos por el líquido urticante que segregan las actinias, y paga este obsequio llevándolas de paseo, pues anda arrastrando la concha. Así, la actinia, incapaz de moverse por sí misma, tiene mayor oportunidad de encontrar alimento, amén de disponer de los residuos de la alimentación del paguro. Ciertos cangrejos, que no viven en conchas, fijan actinias en sus pinzas, y así se protegen con su secreción.
Simbiosis entre Bernardo el ermitaño (paguro) y una actinia. Éste es un caso de "ayuda mutua". La actinia defiende al paguro con su secreción, y Bernardo el ermitaño traslada a la actinia a medios más alimenticios.

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