viernes, 27 de junio de 2014

BIOLOGÍA - Sucesiones y formaciones

LOS ANIMALES Debido a la movilidad de los animales, es mucho más difícil caracterizar sus formaciones. Ellas acompañan, sin embargo, a los vegetales, pues así como éstos dependen preponderantemente del clima, las formaciones animales son a su vez esclavas de la flora. En la gran mayoría de los casos son las plantas las que suministran alimento y abrigo a los animales. Es natural, por lo tanto, que con cada formación vegetal se relacione un grupo determinado de la fauna. Muchos animales sudamericanos sólo viven en la selva amazónica. Los monos de nariz chata y cola prehensil, que no existen en los demás continentes, encuentran allí las mejores condiciones para su vida arborícola, y lo mismo ocurre con otros mamíferos y muchas especies de aves. La desmesurada opulencia de los ríos abriga variadísimos peces, tortugas, caimanes, mamíferos de vida anfibia y hasta mamíferos estrictamente acuáticos, como el pez- buey y el manatí ("uiera"), que, según la leyenda, se interpone en la vida de los hombres y seduce a las doncellas. Ya en los campos son otros los habitantes característicos. En el nordeste brasileño vive el interesantísimo tamanduá (oso hormiguero). Propios de los campos, de norte a sur de nuestro continente, son los avestruces, velocísimos en la carrera. En las grandes alturas la influencia directa del clima sobre la fauna es más considerable. El frío y el suelo accidentado exigen de los habitantes de las altas montañas adaptaciones especiales. La llama, de apariencia semejante a la de un camello africano, pero cubierta de lana finísima, es un buen ejemplo de habitante de la región andina, así como el majestuoso cóndor, el mayor de los buitres, ave poderosísima e infatigable.

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