viernes, 5 de julio de 2013

ANATOMIA Y FISIOLOGIA - El corazón

PROPIEDADES DEL MUSCULO CARDIACO El músculo cardíaco tiene con el músculo esquelético algunas diferencias fundamentales. Las fibras musculares que componen las aurículas se ramifican y anastomosan extensamente, constituyendo en realidad una especie de red sin solución de continuidad, una masa continua de protoplasma con numerosos núcleos. Lo mismo acontece con las fibras musculares de los ventrículos. Las aurículas están unidas a los ventrículos por tejido conectivo. En la aurícula derecha, al nivel de la desembocadura de las venas cavas, existe una pequeña masa de tejido embrionario denominada nódulo sinusal. En la parte inferior del tabique que separa las aurículas existe otra masa similar: el nódulo aurículoventricular. De este nódulo parte un haz (haz de His) constituido por tejido embrionario y tejido nervioso, que desciende por el tabique interventricular y se ramifica profusamente en ambos ventrículos. El haz de His y sus ramas se asemejan a un árbol invertido. LEY DEL TODO O NADA. El músculo cardíaco responde a un estímulo eléctrico, nervioso o mecánico con una contracción. Los estímulos débiles no provocan respuesta, pero una vez que alcanzan cierta intensidad, al sobrepasar el umbral, se produce una respuesta. La contracción resultante es máxima, es decir, que por más que aumente la intensidad del estímulo no se conseguirá un aumento de la intensidad de la contracción. Esto es lo que se llama la ley del todo o nada. Tanto la fibra muscular estriada corno las fibras miocárdicas responden a la ley del todo o nada. El corazón, formado por un sincitio de fibras miocárdicas, se contrae en su totalidad y en forma máxima en cuanto el estímulo sobrepasa el umbral. En el músculo esquelético no sucede tal cosa, pues a medida que va aumentando la intensidad del estímulo aplicado sobre su nervio motor entran en actividad más fibras musculares que aumentan, así, la intensidad de la contracción. El músculo cardíaco no responde a estímulos que le llegan cuando está contraído; en ese período es refractario a los estímulos. El período refractario del corazón es unas 100 veces más largo que el del músculo esquelético.

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