martes, 9 de julio de 2013

ARQUEOLOGIA - Las industrias del hombre primitivo

EL PERIODO ACHELENSE Del nombre de un barrio de la ciudad francesa de Amiens, llamado SaintAcheul, deriva el nombre de este período. En realidad —tanto desde el punto de vista climatológico, como del industrial— toda su primera parte consiste en una especie de prolongación del período anterior. El hacha de mano sigue siendo el instrumento predominante y va alcanzando gradualmente su mayor perfección. La forma oval adquiere un equilibrio extraordinario; las puntas se afinan y el filo, obtenido por medio de retoques muy finos y ligeros, se acentúa. Hay un tipo de hachas de mano casi triangulares, que adquiere una perfección tan grande como la de las formas lanceoladas. Junto a estas piezas —cuya perfección en el retoque de los bordes hace suponer que debieron servir para abrir y descuartizar a los animales cazados y para desgrasar y limpiar la parte interna de sus pieles—, están toda una vasta serie de instrumentos pequeños (que adquieren su mayor diversificación de tipos y su más alta realización en la Dordoña), tales como puntas de mano, perforadores, buriles, cuchillos y raederas. Los instrumentos achelenses son, en general, mucho más livianos, variados y perfectos que los del período anterior. Hay, pues, un sensible avance en la elaboración técnica. Los hombres que los hicieron tuvieron que soportar los inconvenientes de un clima que se fue enfriando gradualmente, lo que explicaría su utilización de las grutas como lugares de habitación y de las pieles de los animales como vestido. La fauna permanece esencialmente la misma, con acentuamiento de cérvidos. Especialmente ellos debieron constituir el manjar favorito de tales cazadores, muchas veces disputado al temible tigre de las cavernas.
BELLA HACHA DE MANO ACHELENSE. Esta hacha ha sido hallada en San Isidro, en los alrededores de Madrid, según Obermaier.

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