lunes, 1 de julio de 2013

ARQUEOLOGIA - La Edad del Hierro

A comienzos del presente siglo, Déchelette dividía la Edad del Hierro en dos grandes períodos sucesivos: la primera Edad del Hierro, o época de Hallstatt (entre los años 900 a. 1. C.) y la segunda Edad, o época de La Téne (del 500 a. J. C. al comienzo de nuestra Era). Los nombres de ambas épocas derivan de la toponimia y son los de dos yacimientos famosos, de los que se extrajeron los elementos típicos correspondientes a uno y otro período. En realidad, el de Hallstatt constituye una verdadera época de transición entre la Edad del Bronce y la del Hierro. Este metal se emplea especialmente entonces en la fabricación de armas, en particular espadas, dando origen a la implantación de grandes adelantos metalúrgicos. Como el punto de fusión del hierro es mucho más alto que el del cobre y el estaño —o su combinación, el bronce—, se hace necesario un perfeccionamiento técnico, que se traduce especialmente en la creación de altos hornos y en otros adelantos conexos.
CERAMICA DE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO. Típica decoración geometrizante. Cultura Hallstatt. Proviene de Salem. Según Almagro
Esta división en dos grandes períodos no tiene vigencia más que para la mayor parte de Europa occidental y central, es decir, para las regiones a la sazón ocupadas por los iberos, celtas, ligures, germanos e ilirios. Todos los países escandinavos, Inglaterra y la Armórica no han conocido casi la época de Hallstatt; la metalurgia irrumpe en ellos casi directamente con la época de La Téne al comienzo del siglo v. En cambio, esta cultura de La Téne presenta un área de difusión europea y extraeuropea mucho mayor. Los hallazgos y estudios verificados desde la época de Déchelette hasta hoy revelan que no es tan fácil determinar como él lo suponía la fecha de la implantación del hierro en Europa o el paso de la Edad del Bronce a la del Hierro. La multiplicidad de las culturas del bronce y el movido cuadro de sus interpenetraciones culturales muestra que no es posible en el estado actual de nuestros conocimientos establecer exactamente dónde ni cuándo apareció el nuevo material en Europa. Los objetos de hierro, pues, comienzan por aparecer asociados generalmente al habitual ajuar de bronce y repitiendo sus formas. Se trata de espadas y grandes puñales, cuyo sentido guerrero queda explicado por la dureza, indestructibilidad y mortífero filo de tales instrumentos. Su rareza los reviste de mayor valor. De ahí que se los emplee inicialmente no para jabalinas o puntas de flecha, sino para aquellos objetos de los que el guerrero no debe desprenderse ni un solo momento.
CARRO ETRUSCO DE LA TENE. Cultura avanzada, dueña del carro con cierre metálico y del manejo de los caballos. Según Undst.

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