viernes, 5 de abril de 2013

DERECHO PUBLICO - Democracia actual

MEDIOS SEMIDIRECTOS DE EJERCER EL GOBIERNO DEMOCRATICO El hecho de que la democracia sea el gobierno "por el pueblo" no significa que los ciudadanos en conjunto deban ejercer la función pública. Es verdad que la antigua democracia griega fue directa, pero la compleja organización del Estado moderno impide que el gobierno sea ejercido por la muchedumbre. Sin embargo, aún en los tiempos actuales hay gobiernos democráticos semidirectos que se ejercen por medio de la "iniciativa popular", el "referendum" y el recall o revocatoria. La intervención semidirecta del pueblo tiene por objeto corregir las deficiencias del parlamentarismo y aplicar un severo control a los gobernantes que en el desempeño de sus funciones electivas no respondan a la confianza que el pueblo ha depositado en ellos. Con estos recursos legales pueden evitarse las revueltas sediciosas. LA "INICIATIVA POPULAR" tuvo su origen en la democracia suiza, donde el pueblo tiene el derecho de formular proyectos de ley y reformas parciales de orden constitucional. Esta participación semidirecta en las tareas legislativas se debatió también en la Asamblea Constituyente de la Revolución francesa, pero no prosperó. La "iniciativa popular" fue incorporada a algunas Constituciones europeas sancionadas después de la primera guerra mundial, pero tuvo una vida efímera. EL "REFERENDUM" O consulta al pueblo, es otra forma semidirecta que en la Roma antigua se llamó "plebiscito". Es de origen suizo, aunque también lo adoptó la Revolución francesa para sancionar preceptos constitucionales. En Suiza el "referendum" es obligatorio en unos cantones y facultativo en otros. También funciona en algunos Estados norteamericanos y en la República de Haití. Figura asimismo en las nuevas Constituciones europeas. EL "RECALL" o revocatoria consiste en el derecho que tiene el pueblo para dejar sin efecto la elección de algún representante, o para revocar alguno de sus actos realizados en el desempeño de sus funciones oficiales. En la Convención francesa de 1793, Robespierre afirmó que todos los funcionarios elegidos por el pueblo pueden ser removidos por él, del mismo modo que un mandatario es removido por su mandante. El recall funciona en varios Estados de Norteamérica, en los cuales basta la presentación de este recurso para que se convoque a nuevas elecciones; el funcionario denunciado tiene la facultad de presentar su propia candidatura y recobra el cargo si sale triunfante en la contienda electoral. El sistema de la revocatoria existió también en Alemania y España, antes del advenimiento de sus gobiernos dictatoriales. En la República Argentina, se ensayó el recall en la provincia de Córdoba, pero solamente para las funciones municipales. La aseveración de que la democracia es el gobierno "para el pueblo" ha dado origen a diversas interpretaciones. Los partidarios del Estado omnipotente opinan que en todos los casos deben primar los intereses generales sobre los derechos del individuo. Los sostenedores del individualismo prefieren vigorizar el esfuerzo personal. Los eclécticos, con muy buen criterio, prefieren armonizar los derechos de la persona humana con los bien entendidos intereses colectivos. La absorción del individuo por el Estado se ha realizado en los países llamados "totalitarios", antes y durante la guerra mundial de 1939-1945. Ya en la "Carta de Trabajo" de Italia se decía que la nación italiana era un organismo con fines, vida y medios de acción superiores en potencia y duración a los fines de los individuos, aislados o agrupados, que la componían. La Nación italiana era considerada como una entidad moral, política y económica que se realizaba integralmente en el Estado. El individuo se hallaba subordinado a la realización de los fines propios del organismo nacional. El lema ha sido: "Todo en el Estado, todo por el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado". Una concepción aun más rígida del Estado inspiró al 'Tercer Reich, que predicó la superioridad de la raza alemana y estableció diferencias entre el ciudadano y el súbdito, no considerando ciudadano sino a la persona de sangre aria alemana o racialmente similar. Los demás súbditos carecían de derechos políticos y sufrían los rigores de una legislación discriminatoria que afectaba sus derechos de familia y sus bienes. Tales prejuicios originaron un régimen de terror y de persecuciones contra las personas no arias. En la ideología nazi, todo estuvo supeditado a la omnipotencia de la "comunidad" y, frente a ésta, no se reconocían los derechos fundamentales del hombre. Afortunadamente, estas concepciones absurdas desaparecieron con el triunfo de las Naciones Unidas, que abrieron una nueva era de democracia fundada en la igualdad y en la libertad.

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