sábado, 13 de abril de 2013

FILOSOFIA - Filosofía Presocrática

PARMENIDES Y PITAGORAS Frente a los milesios y a Heráclito, que florece de 535 a 475, está la escuela de Elea, con su principal filósofo, Parménides, acaso el verdadero creador de la Metafísica; pero antes de ocuparnos en el estudio de la escuela de Elea, y de la antítesis heráclito-eleática, vamos a trabar conocimiento, con una secta filosófica de inmensa reputación en la Antigüedad, y que sostuvo uno de los más audaces pensamientos del hombre: la filosofía matemática, y el ensayo de reducción del universo al número, a los números. La mejor introducción al pitagorismo —que no fue sólo una escuela de filosofía, sino una secta religiosa y política, inclinada hacia la aristocracia— nos la proporciona Aristóteles, en el primer libro de su Metafísica. He aquí esta larga citación: "Se llama pitagóricos a quienes primero se aplicaron a las matemáticas y las hicieron adelantar. Alimentados con tales estudios, pensaron que los principios de las matemáticas son los principios de los seres. Como en matemáticas son los números, por su naturaleza, los primeros elementos, creyeron ver los pitagóricos, en los números, muchas analogías con lo que es y lo que nace, más bien que en el fuego, la tierra y el agua. Por ende, determinada combinación de los números les pareció ser la justicia; otra diferente, el alma y el espíritu, y así con todo lo demás. También vieron en los números las combinaciones y las leyes de la música... Por tanto, he aquí su doctrina: el número es el principio de los seres, y de algún modo, su materia, que constituye sus modificaciones y estados. Los elementos del número son el par y el impar; el uno es determinado y el otro indeterminado". Desgraciadamente tenemos que tratar, en general, de "los pitagóricos", más bien que de PITAGORAS. Poco se sabe del sublime filósofo; todo se envuelve en la historia de su secta, de su doctrina esotérica, que sólo imperfectamente conocemos. Pero la trascendencia de la teoría pitagórica es tan grande, que puede decirse que así como las ciencias físicas y naturales proceden, en cierta forma, de los milesios, todo cuanto es matemático o trascendencia de lo matemático, en física o metafísica, procede de Pitágoras. De él procede Platón. El platonismo es, indudablemente, un pitagorismo transformado, merced a la enseñanza socrática. Al filósofo de que tratamos se atribuye el descubrimiento de la relación que media entre la armonía de los sonidos y la longitud de las cuerdas vibrantes. "De esta idea de que los sonidos armónicos dependen de los números enteros, y que su relación puede expresarse por una relación de números enteros, parece que se ha desarrollado la teoría pitagórica de que el número es el origen y esencia de las cosas" (E. von Aster en su obra: Historia de la Filosofía). En suma, es posible someter todas las cosas a números. Y como lo acaba de ver el lector, en el fragmento citado de la Metafísica de Aristóteles, los elementos del número son el par y el impar, que significan en el pitagorismo lo determinado y lo indeterminado. Uno de los momentos culminantes de la historia del pensamiento humano es sin duda el instante en que descubrió Pitágoras la relación acústica entre la longitud de las cuerdas vibrantes y su sonido. El gran filósofo nació en la isla de Samos, pero floreció su escuela, principalmente, en la Magna Grecia, o sea la Italia meridional. La Liga pitagórica ejerció en Crotona, durante largo tiempo, una hegemonía aristocrático-política, hasta que la perdió en una revolución.

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