viernes, 5 de abril de 2013

FILOSOFIA - Filosofía Presocrática

EL ATOMISMO. LEUCIPO Y DEMOCRITO La otra gran dirección de los estudios presocráticos sobre el mundo, es el atomismo. Del atomismo griego proceden todos los sistemas pluralistas, materialistas o no. La invención del atomismo es uno de los actos más geniales del pensamiento filosófico griego; y resulta asombroso comprobar cómo, según lo afirma Lange, en su célebre Historia del materialismo, todas las tesis de esta dirección filosófica fueron inventadas por el gran DEMOCRITO de Abdera. Apenas si los modernos materialistas han agregado a la teoría de Demócrito algunas ideas más. Nunca deplorará lo bastante el hombre moderno, la pérdida de los escritos de Demócrito. Escribió tanto como Aristóteles. No sólo el materialismo, sino también el mecanicismo, procede de la escuela de Abdera. LEUCIPO fue el maestro de Demócrito. Los principios generales de la doctrina de ambos filósofos, los formula de este modo Aristóteles, en el admirable primer libro de la Metafísica, que tantas veces hemos citado. Dice así el Estagirita: "Leucipo y su amigo Demócrito, declaran que los elementos de las cosas son el pleno y el vacío; pero añaden que esto equivale al ser y el no ser. De estos elementos, el pleno y sólido es el ser; el vacío, el no ser; por ende el ser no es más que el no ser; el vacío no es más que el cuerpo. Estos elementos son las causas de las cosas, a título de materia. Y del propio modo que los filósofos que admiten el uno como sustancia, explican la producción de las demás cosas como modificaciones de la sustancia, sentando que lo blando y lo duro son los principios de las modificaciones, Leucipo y Demócrito dicen que las diferencias son las causas de las cosas, y admiten tres de ellas: la forma, el orden y la posición. Declaran, en efecto, que el ser no difiere sino por el arreglo, el contacto y el giro. Ahora bien, en su opinión, el arreglo es la forma, el contacto es el orden, el giro es la posición. Por ejemplo: A difiere de N por la forma, AN de NA, por el orden, y Z de N por la posición". ¡Cuántas veces leyendo nosotros este asombroso texto, hemos pensado en todo lo que la humanidad perdió, al perder la producción literaria democritana! Las ciencias físicas, a nadie deben tanto, como al gran pensador de Abdera. El rigor de su mente, la claridad de su doctrina, han sido uno de los vehículos eficaces de la física moderna. Y el peligro del materialismo consistirá siempre en pretender sustituir, con esta diafanidad del pensamiento físico, el secreto metafísico del mundo. "La masa material —dice De Wulf en su Historia de la Filosofía—, se compone de una innumerable multitud de átomos, o corpúsculos cualitativamente homogéneos, que se diferencian por su forma y magnitud. El átomo es, de sí mismo, inerte, eterno, indivisible (no matemática, sino físicamente), sólido y lleno; no contiene en su interior vacío alguno, puesto que el vacío es el principio de la divisibilidad (Parménides). La agregación o disgregación de las colonias de átomos explica la aparición o desaparición de un cuerpo, y aun los mismos fenómenos se reducen a figuraciones atómicas... Siendo eterno el movimiento, vacío y sin límites el espacio, e infinita la multitud de átomos, existen innumerables mundos." Por lo que concierne a la antropología, Leucipo y Demócrito sostienen que la sensación y el pensamiento, se producen por pequeñas imágenes, que llegan a nosotros por emanación. Nadie' puede tener una idea sin el concurso de una imagen. Pero Sexto Empírico en su libro Contra los matemáticos, enseña con relación a los de Abdera, que hay dos formas del pensamiento, una clara y otra obscura. Lo que es oscuro, es el dato de los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto. El conocimiento claro es por completo distinto. Conforme a Demócrito, la razón es un juez; la llama: "un conocimiento claro". Y el alma entera es una colonia atómica, coexistente con el cuerpo, pero compuesta de átomos más sutiles, que se deslizan fácilmente, unos sobre otros.

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