FILOSOFIA - Kant y el idealismo alemán

PERSONALIDAD Y OBRAS EMANUEL RANT nació el 22 de abril de 1724, en Koenigsberg (Prusia), fue hijo de un talabartero; se educó en una escuela pietista: el Collegium Fridericianum. Siendo alumno de la universidad de su ciudad natal, fue atraído poco a poco, de la filosofía y la teología a la ciencia natural. Terminados sus estudios, ejerció la docencia particular, cerca de Koenigsberg, durante diez años (174f1755); se re habilitó después en el otoño de 1755 como profesor auxiliar en la Facultad de Filosofía de aquella ciudad y en ella misma fue nombrado, en el año de '1770, profesor ordinario. Su actividad pedagógica no se limitó a disciplinas filosóficas: abordó también la antropología y la geografía física y, precisamente en éstas, sobrepasó al radio de acción de la universidad, gracias a su exposición animada, fina y conceptuosa. En la sociedad disfrutó de distinguida reputación; sus compatriotas buscaron y hallaron en él amable enseñanza sobre todo aquello que excitaba el interés general. Esta alegre y entusiasta movilidad espiritual de Kant, perdióse en la época de una concepción rigorista de la vida y cuando dominó en él la conciencia del deber que se manifestaba, ya en el esfuerzo ininterrumpido por conducir su extraordinaria obra filosófica, ya en el ejemplar cumplimiento de su vocación académica, ya, en fin, en la sobria rectitud de su vida, no exenta a veces de pedantería. La creciente fama en el atardecer de su existencia nunca interrumpió el curso cadencioso de una solitaria y modesta vida de sabio: sólo, si bien pasajeramente, el odio de la ortodoxia, encumbrada en el poder bajo el reinado de Federico Guillermo II, amenazó arrojar en su camino una sombra oscura. Kant murió, por debilidad senil, el 12 de febrero de 1804. La nueva fundamentación de la filosofía lograda por Kant, se lleva a efecto gracias al método crítico o trascendental que inventa. Tal descubrimiento, como es natural, fue lento y progresivo. De ahí que las obras de Kant se dividan en dos períodos: el precrítico y el crítico. Los opúsculos más importantes del período precrítico son: El único argumento posible para la demostración de la existencia de Dios (1763); De mundi sensibilis atque intelligibilis causa et principiis (1770); Obras del período crítico son: Crítica de la razón pura (1781); Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia (1783); Fundamentación de la Metafísica de las costumbres (1785); Crítica de la razón práctica (1788); Crítica del juicio (1790); Antropología (1800); Lecciones de Lógica (1800).