sábado, 30 de marzo de 2013

FILOSOFIA - La filosofía patrística

JUSTINO Y TERTULIANO Los padres de la Iglesia fueron griegos o latinos. En los primeros siglos destacan JUSTINO, de ascendencia griega, nacido hacia el año 110 y TERTULIANO (150-220), un presbítero en Cartago, de estirpe latina. Para Justino la verdadera filosofía se halla en el cristianismo. Es verdad que existe en la filosofía griega, dice, un tesoro de verdades, a saber, la idea de Dios, la inmortalidad del alma... Pero cree, con la escuela judía de Alejandría (Filón), que los griegos han tomado estas verdades de las Escrituras sagradas. Digna de mención es su teoría del Logos. Hay que distinguir el Verbo perfecto (pas Logos) que es la razón divina (que sale de Dios como la luz del sol) y que, por tanto, es absolutamente diversa del universo, del verbo seminal (logos spermatikós), propio del hombre, imperfecto y limitado. Dios creó el mundo y hubo de redimirlo, para lo cual el Logos divino se hizo hombre y trajo a los mortales la revelación en toda su plenitud. El Logos ya se había revelado parcialmente antes del advenimiento de Cristo, no sólo en Moisés y los profetas, sí que también en filósofos y poetas del paganismo. De ahí que algunos paganos, como Sócrates, que han conducido su vida conforme a la exigencia de la razón, han sido cristianos, en cierto modo. No todos los padres de la Iglesia asumieron una actitud conciliadora respecto a la filosofía griega; algunos reputaron a ésta no sólo como inútil y nociva para el cristianismo, sino como fuente y causa de las herejías de la época. El más señalado enemigo de la ciencia griega es TACIANO, un asirio, cuya obra Pros Helleenas debió de haberse escrito por el año 170. Pero más tarde sucumbe él mismo a la Gnosis. También acabó por oponerse a las sectas no cristianas el apasionado apologista Quinto Septimio Florente Tertuliano (160-220, presbítero por algún tiempo en Cartago). Henchido de un ardiente fanatismo (originariamente ejerció la abogacía en su hogar africano), era un hombre de partido que no cejaba ante las consecuencias más paradójicas. Para Tertuliano la doctrina de Cristo, no sólo es suprarracional; también es, en parte, antirracional. El evangelio no sólo es incomprensible por la razón humana; también se encuentra a veces en contradicción con ella. "Se ha crucificado al Hijo de Dios; no nos avergonzamos de ello porque es degradante. Ha muerto el Hijo de Dios; es plenamente creíble porque es insensato. Ha resucitado de la tumba; es seguro, porque es imposible (certum est, quia impossibile est)." "Platón, dice en otro lugar, es el patriarca de los herejes". El cristianismo no se encuentra en relación con la filosofía griega: Jerusalén no tiene que ver con Atenas.

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