lunes, 4 de marzo de 2013

PRIMEROS AUXILIOS - Inyecciones

INYECCION SUBCUTANEA La técnica de la inyección subcutánea es sencilla. Se necesita contar con los siguientes elementos: una jeringa para inyecciones, llamada jeringa de Pravatz. La que consiste en un cuerpo hueco de vidrio de capacidad variable, apropiada a la cantidad que se quiere inyectar, en el cantidad de personas en condiciones de practicar una inyección en forma correcta, y que este procedimiento llegará a extenderse a muchas otras drogas apenas el trabajo de su confección baje de precio. La jeringa envase se monta desprendiendo la parte que cubre la aguja y saltando los sellos que fijan el émbolo. Ya viene esterilizada. Para emplear las jeringas se comienza por esterilizar completamente la aguja y la jeringa, para lo cual lo mejor es colocarla en un recipiente de volumen apropiado con agua suficiente para cubrir las piezas que la forman y hacerlo hervir durante cinco o diez minutos. Luego, sin tocarlas, se retiran del que penetra un cilindro, también de vidrio, llamado émbolo. En el extremo del cuerpo hay un segmento afilado donde se adapta una aguja de tamaño y calibre variado de acuerdo con la densidad y profundidad a que se quiere llegar. Una jeringa standard para inyecciones subcutáneas suele tener 5 cc de capacidad y la aguja una longitud de 4 centímetros. Hemos mencionado la jeringa actual autoinyectable. Así vienen ya en general preparados los sueros antitóxicos norteamericanos, la sulfamida soluble y algunas marcas de penicilina. Si consideramos que toda persona instruida tiene a su vez noción de lo que es la asepsia y la infección, no creemos aventurado predecir que día por día aumentará la recipiente por medio de unas pinzas, también quemadas en sus extremos y se arman las diferentes piezas que la constituyen. Hecho esto, se procede a absorber con la aguja el medicamento que viene contenido en la ampolla, la que se habrá abierto con una lima que trae la caja. Las manos del operador, así como el sitio donde se ha de inyectar, habrán sido también desinfectadas con alcohol fino. Las inyecciones hipodérmicas o subcutáneas se practican con preferencia en la cara externa de los brazos y los muslos. Bien limpio con alcohol el sitio de la inyección, se procede a tomar un pliegue de la piel, lo más amplio posible, y se introduce casi paralelamente a él la aguja, se presiona luego el émbolo con el índice de la mano que toma la jeringa, de modo que el líquido contenido en ella salga con moderada velocidad. La maniobra debe ser a la vez, suave y decidida, para no ocasionar dolor. Luego se retira rápidamente la aguja, haciendo sobre el lugar inyectado un suave masaje de la región por medio de un algodón. Técnica de la inyección subcutánea. A la izquierda, se muestra cómo después de haber limpiado con alcohol el sitio de la inyección, se procede a tomar un pliegue de la piel y se introduce casi paralelamente a él la aguja. A la derecha, en corte esquemático, se muestra cómo la aguja introducida según lo explicado antes, queda justamente debajo de la piel, sin interesar tejido muscular. Este tipo de inyecciones puede ser puesto por cualquiera que se atenga a las reglas indicadas respecto a elementos, forma y asepsia

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